martes, junio 18

HAY ANHELOS QUE NO PUEDEN FALTAR


Iván estaba con un dilema. Cuando su alma ingenua decía que deseaba ser como Dios en su forma de pensamiento y en su aceptación de que vive dentro de nosotros, alguien le decía que ese pensamiento era irrespetuoso. Le subrayaban que nosotros no podíamos ser como Dios. 

Cuando la mente de Iván pensaba que el Creador dejó su imagen y semejanza en nosotros, además de nuestra libertad para escogerlos y apreciarlos, le decían que nosotros habíamos sido capaces de borrar la imagen de Dios de nuestras almas. 

Iván se confundía. Su libertad le empujaba a elegir la Voluntad de Dios que era la suya cuando su libertad no elegía mal. Le decían que no podía hacer nada y que Jesús tenía que venir para restaurar esa alma llagada, vencida, rendida, y llena de maldad. 

Iván concluía que Dios era su verdad y que Su Voluntad vivía dentro de nosotros y ya no discutía más con nadie. 

“En última instancia todo el mundo tiene que recordar la Voluntad de Dios porque, en última instancia, todo el mundo tiene que reconocerse a sí mismo. Este reconocimiento es el reconocimiento de que su voluntad y la de Dios son una”. 

“En presencia de la verdad, no hay descreídos ni sacrificios. En la seguridad de la realidad, el miedo no tiene absolutamente ningún sentido. Negar lo que simplemente es, tan sólo puede dar la impresión de que es temible”. 

“El miedo no puede ser real sin una causa, y Dios es la única causa. Dios es amor y Él es ciertamente lo que tú deseas. Esa es tu voluntad. Pide esto y se te concederá, porque estarás pidiendo únicamente lo que ya te pertenece”. 

Iván, ante las palabras de la definición de Dios como amor, quedaba prendado de esa hermosa expresión del amor para nuestra comprensión: el amor siempre disculpa, siempre confía, siempre espera, siempre está pase lo que pase, nunca falla. 

Eso hacía vibrar a Iván en su corazón y aceptaba que esa voluntad era la suya y, además, también era la de Dios. Había llegado a una certera conclusión. La Voluntad de Dios era la suya.

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