jueves, febrero 28

NADIE PUEDE ELIMINAR TU CREATIVIDAD


Benjamín, en muchos instantes de su infancia, reconocía que sus enfados le limitaban sus actuaciones y no podía comportarse de un modo distinto. Era como si al empezar con una actitud de ataque, su enfado debiera continuar, aunque estuviera equivocado. 

Reconocía que era una situación que no podía reconducir y debía ‘obligatoriamente’ seguir con la actitud de inicio. Fueron sus primeras reflexiones sobre la fuerza que ejercían sobre nosotros las actitudes equivocadas. Admitía no sólo la equivocación sino la fuerza que había que poner en funcionamiento para salirse de ellas. 

Equivocarse se trataba solamente de un paso. Admitir la equivocación y salir de ella representaban dos pasos. Por ello, admitir el error costaba. Sin embargo, era una ganancia personal de incalculable valor. 

“Sólo tú puedes limitar tu poder creativo, aunque la Voluntad de Dios es liberarlo. No es Su Voluntad que te prives a ti mismo de tus creaciones, de la misma manera en que tampoco es Su Voluntad privarse a Sí Mismo de las Suyas”. 

“¡No prives a la Filiación de tus regalos o te privarás a ti mismo de Dios! El egoísmo es cosa del ego, pero la plenitud del Ser pertenece al ámbito del espíritu porque así es como Dios lo creó”. 

“El Espíritu Santo mora en la parte de la mente que yace entre el ego y el espíritu, mediando siempre entre ellos en favor del espíritu. Para el ego eso es ser parcial, y reacciona como si algo estuviese contra él”. 

“Para el espíritu eso es la verdad porque el espíritu conoce su propia plenitud y no puede concebir que haya alguna parte de la que él esté excluido”. 

Benjamín, cada vez, a través de sus experiencias, evitaba la equivocación desde el primer momento. No deseaba verse obligado a seguir con la actitud de inicio cuando reconocía su error. También iba aceptando que una vez aceptado el error no era una inconsistencia desistir de su enojo. 

Así iba acortando sus tiempos de reacción. Iba venciendo mejor las fuerzas negativas que le decían que debía seguir con su inicio para ser coherente. Iba adquiriendo nobleza para deshacer los obstáculos del camino y permitir que la verdad y la sencillez de la bondad hiciera su trabajo y labrara su senda con sus principios.

miércoles, febrero 27

EL ESTADO DE SER ES INFINITO


Iván iba alcanzando a lo largo de los años una idea de ese concepto que le atrajo en su momento y del que nunca había oído hablar con anterioridad a ninguno de sus maestros. La idea del ‘ego’ había quedado agazapada, escondida, sin existencia propia porque realmente al no mencionarla parecía que no ocupaba ningún lugar en nuestras vidas. 

Sin embargo, no era así. Todavía hoy en la mente de mucha gente culta no estaba clara la idea. Podían hablar de sus experiencias, de sus inconvenientes, pero no lo achacaban al ego. Decían sencillamente que eran personas malas. Y cuando Jesús les dijo en sus momentos previos a su muerte que se perdonaran a todos los que habían exigido su muerte, decían que era Dios y nosotros, no. 

Iván estaba contento de haber hecho una buena incursión en ese terreno del ego donde todo se desmontaba y todo se deshacía ante una mirada amorosa o una mano amiga. 

“Este curso no tiene otro propósito que enseñarte que el ego es algo increíble, y que siempre lo será. Tú, que lo inventaste al creer lo increíble, no puedes emitir ese juicio por tu cuenta”. 

“Pero cuando aceptas la Expiación, o perdón, para ti mismo, decides en contra de la creencia de que puedes estar solo, desvaneciendo así la idea de separación y afirmando tu verdadera identificación con todo el Reino como algo que literalmente forma parte de ti”. 

“Esta identificación está más allá de cualquier duda del mismo modo en que está más allá de cualquier creencia. Tu plenitud es ilimitada porque el estado de ser es infinito”. 

Iván había aprendido a aceptar que formaba parte de todos los seres humanos. Su corazón vibraba con la universalidad y no aceptaba en su mente las ideas de enfrentamientos entre culturas, entre países, entre regiones, entre razas, o entre cualquier apariencia física que pudiera tenerse en cuenta. 

Toda defensa de la diferencia y de la superioridad era la creencia del ego. Era una creencia, pero no una realidad. Todos los seres humanos nacíamos por el mismo conducto y ningún ser humano elegía ni la familia ni el lugar donde nacía.

martes, febrero 26

MÁS ALLÁ DE NUESTRAS CREENCIAS


Gonzalo había pensado en más de una ocasión que tenía la sensación o la claridad que los límites por los que discurría su vida, o bien la vida, los entendía y los comprendía bien. Era como si ya hubiera llegado a cierto nivel desde donde se veía con claridad el mar desde la cima de una montaña. 

A veces se conformaba y esperaba solamente profundizar un poco más en sus comprensiones. Pero, globalmente, pensaba que todo lo tenía aclarado y aceptado. Los cambios de ciclo, de situación familiar y de nuevas visiones que habían llegado a su vida le hicieron ver que no todo estaba descubierto. 

Eran momentos puntuales que le despertaban algo nuevo. Un día entendió que no era posible tener una visión global de la vida. Siempre había aspectos para descubrir y profundizar. Debía ser humilde y aceptar que no todo estaba descubierto y su sensación era sólo eso: una sensación. 

“El Espíritu Santo te enseñará a percibir más allá de tus creencias porque la verdad está más allá de cualquier creencia, y la percepción del Espíritu Santo es verdadera”. 

“Te puedes olvidar del ego por completo en cualquier momento que así lo elijas porque el ego es una creencia completamente inverosímil, y nadie puede seguir abrigando una creencia que él mismo haya juzgado como increíble”. 

“Cuanto más aprendes acerca del ego, más te das cuenta de que no se puede creer en él. Lo inverosímil no se puede entender porque es increíble. Es evidente que una percepción basada en lo increíble no tiene sentido”. 

“Pero tal vez no hayas reconocido que dicha percepción está más allá de lo que se puede creer precisamente porque fue concebida como una creencia”. 

Gonzalo observaba que la afirmación de ir más allá de nuestras creencias era verdadera por propia experiencia. Por ello, esa sensación de creer que podía comprender los límites de su vida, o de la vida, era pura falacia. 

Gonzalo se repetía que la verdad estaba más allá de cualquier creencia. Toda una expresión que trataba de comprender en toda su extensión. La verdad, entonces, no estaba basada en la creencia. La verdad debía estar basada en la experiencia sin intervención de la creencia para analizar dicha experiencia.

lunes, febrero 25

EQUIVOCARSE NO ES UN DELITO


José celebraba aceptar que se equivocaba y que no debía justificarse ante nadie por sus equivocaciones. El peligro radicaba en mantener el error para no aceptarlo ante los demás ni ante sí mismo. En alguna ocasión había visto toda una estrategia de alguien para no asumir sus errores. 

Los errores no se podían superar si no se asumían. Era el primer paso para no darles ninguna importancia y poder dejarlos de lado. Era una libertad de no estar al acecho para justificarse ante nadie. 

“No le tengas miedo al ego. Él depende de tu mente, y tal como lo inventaste creyendo en él, puedes asimismo desvanecerlo dejando de creer en él. No proyectes sobre otros la responsabilidad por esa creencia, o, de lo contrario prolongarás su existencia”. 

“Cuando estés dispuesto a asumir total responsabilidad por la existencia del ego, habrás dejado a un lado la ira y el ataque, pues estos surgen como resultado de tu deseo de proyectar sobre otros la responsabilidad de los propios errores”. 

“Mas una vez que lo hayas aceptado como tus propios errores, no te detengas ahí. Entrégaselos de inmediato al Espíritu Santo para que Él los deshaga completamente, de manera que todos sus efectos desaparezcan de tu mente y de la Filiación en su totalidad”. 

La invitación era tranquilizadora; “no le tengas miedo al ego”. Para nosotros era como dejar de tener miedo a aceptar nuestros errores como proceso natural que ocurría en nuestras vidas. Ser responsable de nuestros errores era el primer paso. 

El siguiente paso quedaba marcado por entregar nuestros errores al Espíritu Santo y que Él los deshiciera. Al no creer en ellos, al desplegar nuestra confianza ante el Espíritu Santo, al sentirnos seguros de que el error no se quedaría en nuestra mente, nos daba la garantía de nuestra superación total. 

La paz volvía con todo su poder a nosotros y podíamos repetir ese proceso todas las veces que ocurrieran errores en nuestra vida. De otro modo, al no aceptarlos, era el mejor modo de tenerlos en la mente para siempre.

domingo, febrero 24

EL EGO ES UNA CONFUSIÓN SOBRE TU IDENTIDAD


Darío aceptaba que, si tenía una idea acerca de otra persona, esa idea vivía en su interior. Partía de la ley que no se podía ver en los demás nada más que a nosotros mismos. Por tanto, una idea equivocada sobre otra persona, era una idea equivocada sobre nosotros mismos. 

Esa dualidad que utilizábamos comúnmente creyendo que podíamos delimitar, definir a los demás como distintos de nosotros, era un error que se basaba en la separación entre las personas. La psicología nos ha demostrado que es un error en nuestra vida práctica. 

“No puedes perpetuar una ilusión acerca de otro sin perpetuarla en ti mismo. No hay forma de poderse escapar de esto, ya que es imposible fragmentar la mente. Fragmentar es dividir en pedazos, y la mente no puede atacar ni ser atacada”. 

“La creencia de que puede – error que el ego siempre comete – sirve de fundamento para el uso que éste hace de la proyección. El ego no entiende lo que es la mente y, por lo tanto, no entiende lo que eres tú”. 

“Su existencia, sin embargo, depende de tu mente porque el ego es una creencia tuya. El ego es una confusión con respecto a tu identidad. Al no haber tenido nunca un modelo consistente, no se desarrolló nunca de forma consistente”. 

“Es el resultado de la aplicación incorrecta de las leyes de Dios, llevada a cabo por mentes distorsionadas que están usando indebidamente su poder”. 

Darío se quedaba ciertamente sorprendido. La afirmación de que “el ego no entiende lo que es la mente” le dejaba inicialmente desconcertado. El ego se creía poderoso para hablar de todos los temas inclusive de la mente. Ciertamente, algunos habían entrevisto las deficiencias de la mente. 

“El corazón tiene razones que la razón no entiende”, decía Blaise Pascal. Era una forma de clarificar de que la mente no lo era todo. Ni la mente considerada por el ego tenía ninguna visión de conjunto verdadera. El ego solía dividirlo todo. Y el ego dividía a la mente para romper su poder de unidad. 

Darío se quedaba con esa visión de conjunto de la que nada podía desgajarse. La mente era una. Era una unidad. Todos los seres humanos tenían la misma mente, la misma unidad. Por mucho que se esforzara el ego, no podía dividir en su esencia esa mente unificada. Solamente la confundía para dividirla.

viernes, febrero 22

DAR TU PROBLEMA A OTRO NO TE LO QUITA


Mario quería aprender el modo en que funcionaba la proyección. Inicialmente parecía que era una solución. Pero pasarle la incomprensión a los demás no daba luz a nuestra mente para reflexionar, cambiar, y encontrar la comprensión. 

Releía esa afirmación: “Proyecta el conflicto desde tu mente a otras mentes, en un intento de persuadirte de que te has librado del problema”. Solamente queda en el intento. Se trata de mentalidad, de ideas. Se necesita clarificarlas y buscar la solución. Arrojarlas sobre los demás no solucionaba el asunto de comprenderlas. 

“Hay dos errores fundamentales en este intento: el primero es – estrictamente hablando – que el conflicto no puede ser proyectado porque no puede ser compartido”. 

“Cualquier intento de conservar una parte de él y deshacerse de la otra no tiene realmente ningún sentido. Recuerda que un maestro en conflicto no es un buen maestro ni un buen alumno”. 

“Sus lecciones son confusas y el valor de transferencia de las mismas se ve limitado por su confusión. El segundo error es la idea de que puedes deshacerte de algo que no deseas dándoselo a otro”. 

“Dándolo es precisamente como lo conservas. La creencia de que viéndolo fuera de ti lo excluyes de tu interior es una distorsión total del poder de la extensión. Por eso, los que proyectan se preocupan tanto de su seguridad personal”. 

“Temen que sus proyecciones van a retornar a ellos y hacerles daño. Puesto que creen haberlas desalojado de sus mentes, creen también que esas proyecciones están tratando de volverse a adentrar en ellas”. 

“Pero como las proyecciones no han abandonado sus mentes, se ven obligados a mantenerse continuamente ocupados a fin de no reconocer esto”. 

Mario se fijaba en la proyección expresada por el refrán: ‘piensa el ladrón que todos son de su condición’. Y ‘los que piensan que todos mienten’. Esa proyección no se resolvía porque todos lo hacían. Si se comprendía, el ladrón cambiaba de actitud y entendía que no debía hacerse. Lo mismo pasaba con el mentiroso. Entonces, sólo entonces, había abandono de la proyección.

jueves, febrero 21

EL CONFLICTO DE LOS DEMÁS NO ME IMPORTA


Luis durante mucho tiempo había tenido la concepción de que el conflicto de los demás nunca podía concernirle ni importarle. La separación que el ego imponía, Luis la llevaba a cabo en toda su extensión. Pero la vida le enseñaba otras cosas. La alegría compartida era doble alegría, la pena compartida era la mitad de la pena. 

No se podía indicar que la separación entre las personas era lo oportuno. Era perderse un gran campo de experimentación y de desarrollo. Los elementos compartidos entraban en el campo del conocimiento y en el de la comprensión. Era un medio extraordinario para crecer juntos y conocerse juntos. 

La idea de la vida era conocerse, ampliarse, ver la universalidad y perder esa zona de limitación que por diversas razones nos imponíamos por nuestra comprensión limitada del otro. 

“El uso que el ego hace de la proyección tiene que entenderse plenamente antes de que la inevitable asociación entre proyección e ira por fin pueda erradicarse. El ego siempre intenta perpetuar el conflicto”. 

“Es sumamente ingenioso en encontrar soluciones que parecen mitigar el conflicto, ya que no quiere que el conflicto te resulte tan intolerable que decidas renunciar a él”. 

“Por lo tanto, trata a toda de costa de persuadirte de que él puede liberarte del conflicto, no sea que lo abandones y te liberes a ti mismo. Utilizando su propia visión distorsionada de las leyes de Dios, el ego se vale del poder de la mente sólo para quebrantar el verdadero propósito de esta”. 

“Proyecta el conflicto desde tu mente a otras mentes, en un intento de persuadirte de que te has librado del problema”. 

Luis no podía quedarse indiferente. Proyectar el conflicto de nuestra mente sobre los demás seguía la idea del refrán: ‘Piensa el ladrón que todos son de su condición’. La idea de proyección no podía liberar esa creencia. 

Así la condición de ladrón nunca se podía erradicar de la mente humana. La desconfianza total contra todos y la proyección que blanqueaba y disminuía nuestra culpabilidad, ennegrecía y engrandecía la culpabilidad de los demás.

miércoles, febrero 20

PROYECCIÓN O EXTENSIÓN


Enrique había adquirido la costumbre de compartir sus alegrías y sus tristezas. A medida que iba ganando en madurez, las alegrías las compartía con todos, sus tristezas solamente con personas que él creía que estaban preparadas para ello y podía recibir de ellas hermosas reflexiones. 

Esa acción de compartir era una necesidad interna. Compartir era como poner en palabras los elementos difusos del sentimiento. Las palabras se llenaban de esa actitud de alegría y transmitían energía positiva, hermosa, fabulosa, con las otras personas. 

La energía de la tristeza tenía esas dos partes siempre presentes en ella. Eran motivo de reflexión y motivo de desánimo. La tristeza ayudaba a reflexionar, a ir hacia el interior. Era algo que se manifestaba que no funcionaba bien. Al menos se creía que algo fallaba. 

“Hemos dicho que sin proyección no puede haber ira, pero también es verdad que sin extensión no puede haber amor. Todo ello refleja una ley fundamental de la mente, y, por consiguiente, una ley que siempre está en vigor”. 

“Es la ley mediante la cual creas y mediante la cual fuiste creado. Es la ley que unifica al Reino y lo conserva en la Mente de Dios. El ego, sin embargo, percibe dicha ley como un medio para deshacerse de algo que no desea”. 

“Para el Espíritu Santo, es la ley fundamental del compartir, mediante la cual das lo que consideras valioso a fin de conservarlo en tu mente. Para el Espíritu Santo es la ley de la extensión. Para el ego, la de la privación”. 

“Produce, por lo tanto, abundancia o escasez, dependiendo de cómo eliges aplicarla. La manera en que eliges aplicarla depende de ti, pero no depende de ti decidir si vas a utilizar la ley o no”. 

“Toda mente tiene que proyectar o extender porque así es como se vive, y toda mente es vida”. 

Enrique había aprendido también que debía pensar también con quien compartía sus alegrías. No todos aceptaban esas alegrías como una bendición para todos sino como motivo de envidia y de incomodidad. Lo cierto era que compartirlas con las personas adecuadas era un motivo de regocijo para ambas. 

Así éramos los humanos. Prestos a compartir lo que ocurría en nuestro interior porque esa acción nos hacía ver a nosotros mismos aspectos que no habíamos considerado anteriormente. Y la idea de completarnos y unirnos con los demás radicaba en una buena comunicación donde la vida bullía con todo su esplendor.

martes, febrero 19

SIN NINGÚN TIPO DE SACRIFICIO


Carlos no entendía la idea de sacrificio para superar algún obstáculo. Veía que era un concepto muy en boga durante aquellos años de su adolescencia y primera madurez. Cuando pensaba en la maravilla que había descubierto con su novia y esposa después, el sacrificio no tenía lugar en esa experiencia. 

Era una transformación inefable, indecible. No se podía explicar las tremendas ilusiones que circulaban por su mente y por sus ideas que pasaban por ella. Todo era alegría, ilusión, nueva mirada, nueva visión y nuevas palabras, que sazonaban las conversaciones cuando su prometida o esposa era objeto de conversación. 

Esa boda, ese enlace, ese período tan especial podía empañarse con la idea de sacrificio. Amar era la experiencia más hermosa y bella que podía salir de su boca, de su corazón, de sus poros. No había que hacer ningún esfuerzo ni sacrificio cuando el enamoramiento lo envolvía todo. 

“Percibe cualquier parte del sistema de pensamiento del ego como completamente demente, completamente ilusoria y completamente indeseable, y habrás evaluado correctamente todo el sistema”. 

“Esta corrección te permite percibir cualquier parte de la creación como completamente perfecta, completamente real y completamente deseable. Al desear sólo esto, tendrás sólo esto, y al dar sólo esto, serás sólo esto”. 

“Las ofrendas que le haces al ego siempre se experimentan como sacrificios, pero las que le haces al Reino son ofrendas que te haces a ti mismo. Dios siempre las estimará porque les pertenecen a Sus Hijos amados, y Sus Hijos le pertenecen a Él”. 

“Todo poder y gloria son tuyos porque el Reino es Suyo”. 

Carlos se sentía feliz. Ya no había que aceptar la idea de sacrificio. Era una palabra, un concepto, que pertenecía al sistema de pensamiento del ego. La idea de amor, amar, ilusión, felicidad y la nueva visión, pertenecían al Reino de Dios.

lunes, febrero 18

LA VOLUNTAD DE DIOS EN TU CORAZÓN


Sebas había sentido durante mucho tiempo la lejanía de Dios. La perfección divina se enfrentaba a la imperfección humana y no había brecha que pudiera romperse en la relación. Después, la reflexión sobre la omnipotencia de Dios frente a lo miserable del ser humano. 

Sin lugar a dudas era un abismo insalvable. Las diferencias no se podían conjugar. Solamente quedaba una actitud de respeto hacía las alturas y una conformación a nuestro medio imperfecto que nos atraía hacia la equivocación y el error. 

A pesar de eso, el corazón de Rafa se abría de par en par. Dios nos miraba como Hijos, no como hijos bastardos que le habían desobedecido. Dios nos consideraba como parte suya. La mejor bendición era sentirlo como nuestro mejor amigo. Esa relación había llenado el corazón de Sebas. 

“Tú eres la voluntad de Dios. No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario, estarás negando lo que eres. Niega lo que eres y atacarás, al creer que has sido atacado. Mas ve el amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes”. 

“Ve su abundancia en todos y sabrás que estás en Él junto con todos sus hermanos. Ellos forman parte de ti, tal como tú formas parte de Dios. Cuando no entiendes esto, te sientes tan solo como se siente Dios Mismo cuando Sus Hijos no lo conocen”. 

“La paz de Dios radica en entender esto. Sólo hay una manera de escaparse del pensamiento del mundo, del mismo modo en que sólo hubo una manera de adentrarse en él: entendiendo totalmente al entender la totalidad”. 

Sebas se quería repetir: “Tú eres la voluntad de Dios. No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario, estarás negando lo que eres. Niega lo que eres y atacarás, al creer que has sido atacado. Mas ve el amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes”. 

No podía renunciar a lo que realmente era. La voluntad de Dios estaba en su interior y lo aceptaba con mucho gozo.

domingo, febrero 17

EL ESPEJO DE LOS DEMÁS


A Adolfo le hubiera gustado que le hubieran enseñado a conocerse a él mismo. Los sabios en la antigüedad lo habían expresado, pero sus maestros no lo habían compartido. Era una asignatura pendiente durante muchos años de su vida. En cierto momento, tuvo un encuentro con el concepto de espejo y empezó a saber algo de sí mismo. 

El concepto de espejo le impactó. Todos estaban acostumbrados a tener la sensación de que había personas que nos caían bien, muy bien o nada bien. Hacíamos una clasificación inmediata con unas pocas palabras, con unos gestos o con una actitud. 

Eso no lo podía discutir nadie. El problema surgía cuando intentábamos comprenderlo. Adolfo recordaba la experiencia que tuvo una vez con un zapatero cuando todavía existían y nos arreglaban el calzado. Un señor que se dirigía de una forma superior, exigente, tratando de saberlo todo y de hacer sentir a los demás como ignorantes. 

Había ido de parte de su padre. El zapatero y su padre se conocían. Adolfo se lo expresaba a su padre, pero no le hacía caso. Decía que el zapatero era así de una forma natural. 

Adolfo no le entendía. Captaba que de alguna manera le faltaba al respeto. No entendía ni la actitud del zapatero ni la de su padre. “Puesto que el ego es aquella parte de tu mente que no cree ser responsable de sí misma, y puesto que no le es leal a Dios, es incapaz de tener confianza”. 

“Al proyectar su creencia demente de que tú has traicionado a tu Creador, el ego cree, que tus hermanos que son tan incapaces de ello como tú, están intentando de desposeerte de Dios”. 

“Siempre que un hermano ataca a otro, eso es lo que cree. La proyección siempre ve tus deseos en otro. Si eliges separarte de Dios, eso es lo que pensarás que otros están haciendo contigo”. 

Adolfo terminó comprendiendo que la naturalidad y la confianza que le ofrecía al zapatero estaba fuera del nivel en el que él estaba. Esa actitud de confianza de Adolfo hacia su padre, le rechinaba al zapatero. 

Y el propio zapatero se veía delante de un espejo donde la confianza sobresalía. Y se mofaba de esa actitud como de niño pequeño cuando Adolfo ya tenía once años y comprendía muchas cosas del mundo adulto. 

La sorna del zapatero, su autosuficiencia, su superioridad de palabras y de experiencias, se dejaban lanzar mientras esperaba que le entregara las botas de su padre. Lo hacía sentir incómodo. No le atraía cumplir ese encargo de su padre. 

Pero, no podía negarse. Su padre estaba comprometido con dos trabajos para sacar económicamente su hogar adelante y tenía que ayudarle. Descubrió que la falta de respeto por un señor mayor del que no esperaba esa actitud, le molestaba y le hería.

viernes, febrero 15

EL ROBO DE TU TESORO


Rafa entendía muy bien que, en ocasiones, atacábamos a los demás cuando creíamos que nos quitaban algo que nosotros teníamos en estima. Nuestra reacción demostraba que lo amábamos. El problema radicaba que nadie podía quitarnos aquello que nosotros no permitíamos. 

Así que era una cuestión de analizar en cada ocasión en la que reaccionábamos con mucho ímpetu el asunto tratado. Ahí nos daríamos cuenta de aquellas cosas que no permitíamos que se tocaran. Eran nuestras, sólo nuestras y de nadie más. En eso radicaba nuestra seguridad. 

El problema era que nuestra equivocación no nos dejaba ver la verdad. Nuestra seguridad no venía de lo que creíamos nosotros que nos daba seguridad. Aferrarnos demasiado a las cosas era nuestro problema. Aferrarnos a ideas preconcebidas no nos daban una solución. 

“El ataque nunca podría suscitar más ataques si no le percibieses como un medio para privarte de algo que deseas. Sin embargo, no puedes perder algo a no ser que no lo valores, y que, por lo tanto, no lo desees”. 

“Esto hace que te sientas privado de ello, y, al proyectar tu propio rechazo, crees entonces que son otros los que te lo están quitando a ti. No podrás por menos que sentirte atemorizado si crees que tu hermano te está atacando para arrebatarte el Reino de los Cielos”. 

“Esta es la base fundamental de todas las proyecciones del ego”. 

Rafa aceptaba esa idea de que nos estaban robando porque nosotros creíamos que nos lo podían robar. Una idea desmesurada de posesión intervenía en el concepto. Nadie nos podía robar nada. No poseíamos nada. El otro no tenía acceso a nuestro interior. 

El Reino de los Cielos vivía en nuestro interior, en nuestra visión, en nuestras opiniones y en nuestras consideraciones. La gente podría discutirnos muchas cosas, pero nunca robarnos lo que éramos nosotros.

jueves, febrero 14

ATACAN PORQUE SE CREEN VÍCTIMAS


Esteban no podía entender cómo los que atacaban se sentían víctimas. Creía que el ataque lo efectuaban desde su fortaleza interior, desde su osadía de sentirse valientes y superior a los demás. Siempre esa demostración de fuerza de los demás lo había dejado pensativo. 

Empezaba a vislumbrar el perdón de Jesús a todos aquellos que le rechazaban. No era una función del poder de Jesús. Era una función de la comprensión del ser humano. Los seres humanos tranquilos, seguros de sí mismos, serenos y comprensivos no necesitaban atacar. 

Se sentían seguros y completos en ellos mismos. Pero, aquellos a los que les faltaba esa seguridad interna, debían buscar esa seguridad interna dominando físicamente a los demás. Pasaban de ser víctimas al sentirse inseguros a ser verdugos de los otros para llenar esa carencia interna. 

“Sólo un Hijo de Dios es un maestro lo suficientemente digno como para poder enseñar a otro. En todas las mentes hay un solo Maestro que enseña la misma lección a todo el mundo”. 

“Él siempre te enseña la inestimable valía de cada Hijo de Dios, y lo hace con infinita paciencia, nacida del Amor infinito en nombre del cual habla. Todo ataque es un llamamiento a Su paciencia, puesto que Su paciencia puede transformar los ataques en bendiciones”. 

“Los que atacan no saben que son benditos. Atacan porque creen que les falta algo. Por lo tanto, comparte tu abundancia libremente y enseña a tus hermanos a conocer la suya”. 

“No compartas sus ilusiones de escasez, pues, de lo contrario, te percibirás a ti mismo como alguien necesitado”. 

Esteban cambiaba su punto de vista, su comprensión sobre las personas que imponían sus ideas sobre los demás. Sus ataques no eran más que demostraciones de que algo no iba bien en sus vidas. Sus carencias de amor no las soportaban y, al imponer sus ideas sobre los demás, se creían recompensados. 

Se sentían importantes. Se sentían, como expresaban, realizados. Ahora, después de la reflexión lo que único que lograban era una mayor escasez, una mayor carencia. Les faltaba algo. También les faltaba la comprensión de las personas a las que atacaban. Algo en ese camino del ataque se perdía.

miércoles, febrero 13

HONRAR, DAR HONOR A TUS HERMANOS


Santiago tenía muy presente la utilización del verbo ‘honrar’. Procedía del verbo dar honor. Ser ‘honorable’ era la dignidad que tenía cada persona por su procedencia. Todos los Hijos de Dios son honorables. La tristeza se producía cuando los seres humanos le usurpaban esa función a Dios. 

La palabra ‘honorable’ procedía de la palabra ‘honorar’. Y ‘honorar’ se había convertido en ‘honrar’. Decidir nosotros mismos quiénes eran honorables era una función que nadie nos había dado, nadie nos hacía capacitado para decidirlo. Solamente El Eterno tenía esa capacidad. 

Y eso nos creaba problemas porque al creer que había personas carentes de la honorabilidad afirmábamos sin duda que había algo en nosotros que tampoco era honorable. La ley era fiel a su principio. Solamente veíamos en los demás lo que éramos nosotros. 

“Honrar a tus hermanos es el único regalo apropiado para quien Dios Mismo creó dignos de honor, y a quienes honra. Muéstrales el aprecio que Dios siempre les concede, pues son Sus Hijos amados en quienes Él se complace”. 

“No puedes estar separado de ellos porque no estás separado de Él. Descansa en Su Amor y protege tu descanso amando. Pero ama todo lo que Él creó – de lo cual tú formas parte – o no podrás aprender lo que es Su paz y aceptar Su don para ti mismo y como tú mismo”. 

“No podrás conocer tu propia perfección hasta que no hayas honrado a todos los que fueron creados como tú”. 

Santiago admitía que tener claro esos principios era desarrollar en su interior esa visión global que no discriminaba a nadie. Esa visión global quitaba las diferencias, abolía las jerarquías y deshacía los niveles de todo tipo. 

Y con esa visión global se desarrollaban en el interior de la persona la misma visión que el Padre. Viendo a los demás honorables se veía uno a sí mismo honorable.

martes, febrero 12

ERES EL DON DE LA VIDA


Pablo reconocía que a lo largo de los años la idea que tenía de sí mismo había cambiado. Desde un inicio titubeante hasta la tranquilidad y la serenidad que había descubierto, un largo trecho se había caminado y se había solidificado con sus experiencias y la sabiduría acopiada durante ese tiempo. 

Compartir ideas universales, sentir la energía bullir en la cara de los demás, unidas las manos como un corro cerrado lleno de emoción y verdad, apoyar en malos momentos, saber callar y escuchar, llorar juntos a los que lloran y se avergüenzan por ello, sentir pisadas conjuntas llenas de amistad. 

Todos, absolutamente, todos teníamos, poseíamos el don de la vida, el don de la amistad, el don de la mirada sincera, el don de compartir el interior de nuestra alma con naturalidad. La vida se abría en par en par y nos sentíamos completos sin saber por qué. 

“El don de la vida es tuyo para que lo des, ya que fue algo que se te dio. No eres consciente de él porque no lo das. No puedes hacer que lo que no es nada tenga vida, puesto que es imposible darle vida a lo que no es nada”. 

“Por lo tanto, no estás extendiendo el don que a la vez tienes y eres, y consecuentemente no puedes conocer a tu propio Ser. Toda confusión procede de no extender vida, ya que esa no es la Voluntad de tu Creador”. 

“Separado de Él no puedes hacer nada, y ciertamente no haces nada separado de Él. Sigue el camino que Él te señala para que puedas recordar quién eres, y muéstraselo a otros, no sea que te olvides de ti mismo”. 

“Honra únicamente a los Hijos del Dios viviente, y alégrate de poder contarte entre ellos”. 

Pablo se veía animado, motivado, para extender algo que todos teníamos sin lugar a dudas. La vida estaba en nosotros para compartir, para llenar a los demás y los demás llenarnos a nosotros mismos. Era un movimiento de ida y vuelta. Una felicidad extraordinaria. 

La idea de compartir era una ley que se grababa en su corazón. Sabía que si no compartía esa vida que anidaba dentro de él, tampoco se desarrollaba en él. Solamente lo que se compartía se tenía. Toda una osadía para decir que aquello que se daba se tenía, y, si no se daba, se perdía.

lunes, febrero 11

LAS ILUSIONES SON INVERSIONES


Juan leía el título y veía el significado de ‘inversiones’ en dos niveles. Por una parte, la palabra ‘inversión’ implicaba sentido opuesto, colocar algo en su sentido distinto como en un espejo de arriba abajo. Por otra parte, se dedicaba a poner fondos económicos en una cuenta para hacerla fructificar desde el punto de vista económico. 

Así que las ilusiones gozaban de los dos significados. Por una parte, ver el mundo y los elementos totalmente distintos, en distinta posición, en forma simétrica. Por otra, dedicarle todo nuestro tiempo e interés a aquello que lo considerábamos con mucho interés en nuestra vida. 

En el caso concreto de la mente, ambos significados eran verdaderas frustraciones. La ilusión como visión opuesta era la no-realidad. Eran como un espejismo. Veíamos agua en el desierto en nuestros ojos por nuestros deseos, pero no como algo real, físico, que se pudiera utilizar. 

En el significado de dedicar nuestro tiempo, nos frustraba ver que, al emplear nuestro tiempo, las experiencias no se correspondían con lo esperado. Era como una inversión fallida que terminaba disminuyendo nuestro capital invertido. 

“Las ilusiones son inversiones. Perdurarán mientras les sigas atribuyendo valor. Todos los valores son relativos, mas todos son poderosos porque son juicios mentales”. 

“La única manera de desvanecer las ilusiones es retirando de ellas todo el valor que les has otorgado. Al hacer eso dejan de tener vida para ti porque las has expulsado de tu mente”. 

“Mientras sigas incluyéndolas en tu mente estarás infundiéndoles vida. Mas no hay nada en ellas que pueda recibir tu regalo”. 

Juan se volvía consciente de que era él y nadie más quien les daba a las ilusiones la fuerza para volver a ser pensadas por su mente. Nadie tenía la culpa, nadie las había inventado, nadie las había puesto en funcionamiento excepto él mismo. 

Por ello, se sentía totalmente libre de decidir, sin depender de nadie, no darles ninguna fuerza a esas ilusiones que no tenían realidad en su vida.

domingo, febrero 10

NECESITAS TU PROPIA BENDICIÓN


Lucas se quedaba un tanto perplejo porque siempre le habían enseñado a pedir la bendición de Dios. Ahora le indicaban que su propia bendición era vital para él. Dios estaba siempre dispuesto a dárnosla. Sin embargo, siempre estábamos dispuestos a decir que no la merecíamos. 

Se repetía que la distancia entre nosotros y Dios era infinita y aunque Dios nos diera todo su amor, decíamos que no lo merecíamos. No había mayor abismo de separación entre Dios y nosotros al admitir que la distancia era insalvable. Era el pago que el ego exigía para no hacer creer a la persona que era digna de tal atención. 

El mundo del ‘ego’ se revestía de una falsa humildad. Ser igual a Dios era ser igual en amor. Ser igual a Dios era la maravilla más grande que nos podría suceder. Su amor estaría en nosotros y la visión que tendríamos de los demás sería la misma visión que Jesús. 

De todos modos, Lucas pensaba que era un asunto controvertido y era mejor no entrar en esos campos de rarezas mentales. Estaba bien dejar las cosas como estaban. Dios en su cielo y nosotros en nuestra tierra. Eso sí, siempre se añadía que nosotros éramos pecadores. Así se pagaba la factura cada día de la distancia entre la criatura y su Creador. 

“No necesitas la bendición de Dios porque de ella ya dispones para siempre, pero sí necesitas la tuya propia. La imagen que el ego tiene de ti es la de un ser desposeído, vulnerable, e incapaz de amar”. 

“Sin embargo, puedes escaparte muy fácilmente de ella abandonándola. Tú no formas parte de esa imagen, ni ella es lo que tú eres. No veas esa imagen en nadie, o la habrás aceptado como tú eres”. 

“Todas las ilusiones acerca de la Filiación se desvanecen al unísono tal como fueron forjadas al unísono. No le enseñes a nadie que él es lo que tú no querrías ser”. 

“Tu hermano es el espejo en el que ves reflejada la imagen que tienes de ti mismo mientras perdure la percepción. Y la percepción perdurará hasta que la Filiación reconozca que es íntegra”. 

“Tú inventaste la percepción, y esta perdurará mientras la sigas deseando”. 

Lucas veía una forma de considerarse a sí mismo de una forma totalmente opuesta a como lo había hecho. Se daba cuenta de que estaba rechazando las bendiciones de Dios por considerarse indigno. El abismo que había entre lo divino y lo humano era insalvable. 

Las bendiciones de Dios no podían llegar mientras nosotros no las aceptáramos tal como Dios nos las concedía. La humildad no radicaba en la lejanía ni en la distancia. La humildad se focalizaba en la recepción de lo que Dios disponía. Nosotros no podíamos contradecir la voluntad de Dios.

viernes, febrero 8

LO QUE CREES SER DETERMINA TUS REACCIONES


Marcos iba comprendiendo sus reacciones frente a los demás que no llegaba a explicarse en algunos momentos. Se quedaba sorprendido al descubrir que le había salido una respuesta que no esperaba frente a una persona. “¿Cómo había podido portarse de esa manera?”, se preguntaba. 

Estaba entreviendo de que todo lo que hacía por los demás le llenaba. Era como si lo estuviera necesitando interiormente. Se quedaba perplejo en muchas ocasiones. Nadie le había hablado de esa relación entre hacer a los demás y llenarse él mismo. 

La vida se estaba abriendo con todas sus potencialidades y él era una persona muy capaz y sabía analizarse a él mismo, aunque en ocasiones no tuviera todas las herramientas de comprensión necesaria. Entonces la intuición suplía el conocimiento e iba adelante. 

“Cuando un hermano actúa insensatamente, te está ofreciendo una oportunidad para que lo bendigas. Su necesidad es la tuya. Tú necesitas la bendición que puedes darle”. 

“No hay manera de que tú puedas disponer de ella excepto dándola. Esa es la ley de Dios, la cual no hace excepciones. Careces de aquello que niegas, no porque haya carencia en ello, sino porque se lo has negado a otro”. 

“Al negárselo a otro no eres consciente de ello en ti. Lo que crees ser determina tus reacciones, y lo que deseas ser es lo que crees que eres. Lo que deseas ser, entonces, determina forzosamente tus reacciones. 

La idea de bendecir a otro cuando se estaba portando insensatamente no siempre nos ponía en la mejor de las actitudes para bendecirlo. Y, sin embargo, ese era el camino para recibir la bendición de Dios en tu vida. No la recibíamos por nuestras peticiones sino por la relación con el otro. 

Una nueva visión que caía en el corazón de Marcos que veía que sus intuiciones iban en la misma dirección. Así que se abría a la bendición y a la superación. Dios siempre buscaba bendecirnos en nuestros actos de bendición a los demás.

TUS DESEOS DETERMINAN TUS REACCIONES


Marcos iba comprendiendo sus reacciones frente a los demás que no llegaba a explicarse en algunos momentos. Se quedaba sorprendido al descubrir que le había salido una respuesta que no esperaba frente a una persona. “¿Cómo había podido portarse de esa manera?”, se preguntaba. 

Estaba entreviendo de que todo lo que hacía por los demás le llenaba. Era como si lo estuviera necesitando interiormente. Se quedaba perplejo en muchas ocasiones. Nadie le había hablado de esa relación entre hacer a los demás y llenarse él mismo. 

La vida se estaba abriendo con todas sus potencialidades y él era una persona muy capaz y sabía analizarse a él mismo, aunque en ocasiones no tuviera todas las herramientas de comprensión necesaria. Entonces la intuición suplía el conocimiento e iba adelante. 

“Cuando un hermano actúa insensatamente, te está ofreciendo una oportunidad para que lo bendigas. Su necesidad es la tuya. Tú necesitas la bendición que puedes darle”. 

“No hay manera de que tú puedas disponer de ella excepto dándola. Esa es la ley de Dios, la cual no hace excepciones. Careces de aquello que niegas, no porque haya carencia en ello, sino porque se lo has negado a otro”. 

“Al negárselo a otro no eres consciente de ello en ti. Lo que crees ser determina tus reacciones, y lo que deseas ser es lo que crees que eres. Lo que deseas ser, entonces, determina forzosamente tus reacciones. 

La idea de bendecir a otro cuando se estaba portando insensatamente no siempre nos ponía en la mejor de las actitudes para bendecirlo. Y, sin embargo, ese era el camino para recibir la bendición de Dios en tu vida. No la recibíamos por nuestras peticiones sino por la relación con el otro. 

Una nueva visión que caía en el corazón de Marcos que veía que sus intuiciones iban en la misma dirección. Así que se abría a la bendición y a la superación. Dios siempre buscaba bendecirnos en nuestros actos de bendición a los demás.

jueves, febrero 7

NO TE PUEDES EXCLUIR DE TUS PENSAMIENTOS


Mateo no había caído en la idea de que excluir a las personas de nuestra experiencia era excluirse a él mismo de su pensamiento. La exclusión suya del pensamiento era un imposible total. Sus pensamientos eran su propia vida, sus propias experiencias, su propia idiosincrasia. 

Desde que nació siempre tuvo a las personas a su alrededor. Por sí mismo no hubiera podido desarrollarse. Después, al crecer, se entraba en la tontería de aceptar a algunos y excluir a otros. Eso era ir contra la esencia de su existencia. No había ninguna referencia para hacer las exclusiones. 

Por tanto, era una invención personal que le provocaba autodestrucción porque la idea de la plenitud existía en su interior con todas las personas. No había ningún argumento que le justificara la idea de separación con los demás. Los conceptos del me gustaba y no me gustaba eran tan cambiantes que no tenían ninguna solidez. 

“Siempre que le niegas la bendición a un hermano te sientes desposeído, ya que la negación es tan total como el amor. Negar parte de la Filiación es tan imposible como lo es sólo amarla en parte”. 

“No es posible tampoco amarla totalmente sólo a veces. No puedes estar totalmente comprometido sólo en algunas ocasiones. La negación de por sí no tiene ningún poder, pero tú puedes conferirle el poder de tu mente, el cual es ilimitado”. 

“Si lo utilizas para negar la realidad, esta desaparece de tu conciencia. Es imposible apreciar la realidad parcialmente. Por eso, cuando niegas parte de ella pierdes la conciencia de toda ella”. 

“La negación, no obstante, es una defensa, y, por ello, puede usarse constructivamente, así como negativamente. Pero puesta al servicio del Espíritu Santo, puede ayudarte a reconocer parte de la realidad y, por consiguiente, a apreciarla en su totalidad”. 

“La mente es demasiado poderosa como para estar sujeta a ninguna exclusión. Nunca podrás excluirte a ti mismo de tus pensamientos”. 

Mateo asentía a esas afirmaciones. Perder parte de la filiación era perderla a toda. Era construir un mundo nuevo que no concordaba con la esencia de nuestra creación. Esa idea de exclusión era una parte básica del ego que se anteponía a la idea del Creador. 

Cada uno debía decidir si seguía la senda de la inclusión, la senda del Creador, o la senda de la exclusión, la senda del ego fabricada por nosotros.

miércoles, febrero 6

CREAR CON EL ETERNO ES TU FELICIDAD


Guille buceaba en los pilares que sostenían la felicidad del ser humano. Todo edificio debía estar apoyado en sólidos cimientos para resistir todos los avatares de los tiempos, de los vientos y de los cielos. Un buen diseñador debía tenerlo en cuenta para dejar que las fuerzas naturales se deslizaran por la estructura. 

Poner diseños sin mediar las adversidades que pudieran venir sería una planificación errónea y descabellada. Muchos ponían sus pilares de felicidad en el tener. En ese tener voluptuoso que, a veces, te llegaba, a veces, te eludía. Tener no significaba nada en el interior. 

Tener nos daba la ilusión de posesión, pero no nos daba la plenitud del ser que se podía alcanzar con profesiones humildes donde el tener no ocupaba ningún puesto principal en la escala de logros de la vida. 

“Ante esta deprimente situación, El Espíritu Santo te recuerda dulcemente que estás triste porque no estás llevando a cabo tu función de co-creador con el Eterno, y, por lo tanto, te estás privando a ti mismo de felicidad”. 

“Esto no es algo que el Eterno haya decidido, sino que tú fuiste quien lo decidió así. Si tu mente pudiese estar en desacuerdo con el Eterno, lo que tu voluntad dispusiese no tendría sentido”. 

“Sin embargo, puesto que la Voluntad del Eterno es inalterable, no es posible ningún conflicto de voluntades. Esta es la enseñanza perfectamente congruente del Espíritu Santo”. 

“La creación, no la separación, es tu voluntad porque es también la voluntad del Eterno, y nada que se oponga a ella tiene sentido en absoluto. Al ser una obra perfecta la Filiación sólo puede obrar con perfección”. 

“Así se extiende en la dicha que fue creada y se identifica con su Creador y Sus creaciones porque son uno y lo mismo”. 

Guille reconocía la fuerza de la argumentación. Estar sólidamente instalado sobre el Creador nos desarrollaba la acción de co-crear. No había de lo que el ser humano se sintiera más pleno que poder sacar de lo no pensado algo nuevo e imaginativo para compartir con los demás. 

Y eso nos daba esa felicidad que venía a nuestra vida al comunicar esas ideas locas que cruzaban nuestras mentes en busca del bien de todos y en busca de las mentes sensibles y sensatas que abundaban por doquier.

martes, febrero 5

LA LOCURA NOS PODÍA ENVOLVER


Samuel había pensado más de una vez en la definición de locura que le habían dado unos educadores en una conferencia. No se lo acababa de creer. Decían que todo el mundo tenía cierto grado de locura. El problema de estar loco era no concordar con el grado de locura de la sociedad. 

Si estás de acuerdo con ese grado de locura social, se nos consideraba cuerdos. Lo único que hacían los psiquiatras, los psicólogos y los pedagogos eran acostumbrarnos a vivir con ese grado de locura. Entonces, una vez alcanzado, nos daban el alta y nos decían que podíamos vivir con los locos aceptados. 

Era una posición que nunca se había planteado. Los presentadores de ese curso les hicieron ver que toda persona estaba un poco loca porque no seguía las pautas de la sociedad. Y, por tanto, se debía adaptar a la locura. 

“Si permites que la locura se adentre en tu mente, es que has juzgado que la cordura no es algo enteramente deseable. Si deseas otra cosa, fabricarás otra cosa, pero al ser otra cosa atacará tu sistema de pensamiento y dividirá tu lealtad”. 

En ese estado de división no te será posible crear y tendrás que mantenerte alerta contra dicho estado porque lo único que se puede extender es la paz. Tu mente dividida está obstruyendo la extensión del Reino, y en la extensión de este reside tu felicidad”. 

Si no extiendes el Reino, es que no estás pensando en tu Creador ni creando como Él Creó”. 

Samuel comprendía que no había caído en la locura porque se había aferrado de la sabiduría de Jesús. Era un cierto tipo de locura aceptar a unos como dignos de formar parte de nuestros amigos y rechazar a otros como elementos que nos quitaban la paz. 

Era una mente dual, una mente dividida, una mente destrozada interiormente. Los psicólogos, los psiquiatras, los educadores nos decían que ese tipo de locura era normal. No había problema con él. La dualidad era algo normal en la vida diaria. 

Unos eran buenos, otros malos y no pasaba nada. Una vez adaptados a ese tipo de locura éramos normales. La mayoría pensaba así. Sin embargo, cuando se exponía que la mente era universal, que la elección entre bueno y malo no era lo natural, lo sano, lo agradable y lo feliz, nos decían que estábamos locos. 

Estábamos locos porque la línea de lo sano, de lo razonable, de lo aceptado, era una locura mayoritaria. Las locuras de todos eran locuras, pero no tenían razón.

lunes, febrero 4

EL MUNDO DEL EGO ES: NADA


Samuel le daba vueltas a un refrán que se había instalado en la sociedad pleno de desconfianza. “Piensa mal y acertarás”. Era como romper la esencia de la persona. Era como sentirse atacado uno mismo cuando se encontraba en una situación delicada y esperaba que lo entendieran. 

Toda la sinceridad que pudiera utilizar chocaba contra la roca de los tiempos. “Piensa mal y acertarás”. Siempre en los planteamientos de otra persona estaba presente el susodicho refrán. Se buscaban, en ocasiones, razones que no existían. Solamente vivían en la mente del que pensaba. 

No podía haber una sensación franca y sincera. Todo tenía que estar envuelto de la sospecha, de la suspicacia, de la desconfianza, del engaño. La naturalidad, la nobleza, y la posibilidad de apoyar se esfumaba. Las cosas estaban claras. “Piensa mal y acertarás”. 

“Cuando percibes a la creación, como tú no formas parte de ella, la consideras débil, y los que se consideran a sí mismos débiles, no pueden sino atacar. Mas el ataque tiene que ser ciego porque no hay nada que atacar”. 

“Por lo tanto, inventan imágenes, las perciben como despreciables y luego las atacan por su falta de valor. Esto es todo lo que el mundo del ego es: nada. No tiene sentido. No existe”. 

“No trates de entenderlo, porque si tratas de entenderlo, es que crees que se puede entender, y, por lo tanto, que se puede apreciar y amar. Eso justificaría su existencia, la cual es injustificable”. 

“Tú no puedes hacer que lo que no tiene sentido lo tenga. Eso no sería más que una mente demente”. 

Samuel no quería caer en el sentimiento opuesto. Era cierto que algunas personas trataban de engañarse a sí mismas y a nosotros. Era cierto que algunas personas abusaban de nuestros sentimientos de acogimiento y de ayuda. Sin embargo, la ecuanimidad, la serenidad, la reflexión y la atención no les podía faltar. 

En muchas ocasiones esas personas con idea de engañarnos se habían visto a sí mismos despreciables e inhumanos. La actitud noble de las personas nunca era objeto de burla ni de ridículo. Por esa actitud, muchos volvieron a confiar en las personas. También les ayudó a confiar en ellas mismas. 

Encontraron a través del engaño, el engaño personal que se estaban haciendo a ellos mismos y trataban de hacerlo a los demás.