Benjamín, en muchos instantes de su infancia, reconocía que sus enfados le limitaban sus actuaciones y no podía comportarse de un modo distinto. Era como si al empezar con una actitud de ataque, su enfado debiera continuar, aunque estuviera equivocado.
Reconocía que era una situación que no podía reconducir y debía ‘obligatoriamente’ seguir con la actitud de inicio. Fueron sus primeras reflexiones sobre la fuerza que ejercían sobre nosotros las actitudes equivocadas. Admitía no sólo la equivocación sino la fuerza que había que poner en funcionamiento para salirse de ellas.
Equivocarse se trataba solamente de un paso. Admitir la equivocación y salir de ella representaban dos pasos. Por ello, admitir el error costaba. Sin embargo, era una ganancia personal de incalculable valor.
“Sólo tú puedes limitar tu poder creativo, aunque la Voluntad de Dios es liberarlo. No es Su Voluntad que te prives a ti mismo de tus creaciones, de la misma manera en que tampoco es Su Voluntad privarse a Sí Mismo de las Suyas”.
“¡No prives a la Filiación de tus regalos o te privarás a ti mismo de Dios! El egoísmo es cosa del ego, pero la plenitud del Ser pertenece al ámbito del espíritu porque así es como Dios lo creó”.
“El Espíritu Santo mora en la parte de la mente que yace entre el ego y el espíritu, mediando siempre entre ellos en favor del espíritu. Para el ego eso es ser parcial, y reacciona como si algo estuviese contra él”.
“Para el espíritu eso es la verdad porque el espíritu conoce su propia plenitud y no puede concebir que haya alguna parte de la que él esté excluido”.
Benjamín, cada vez, a través de sus experiencias, evitaba la equivocación desde el primer momento. No deseaba verse obligado a seguir con la actitud de inicio cuando reconocía su error. También iba aceptando que una vez aceptado el error no era una inconsistencia desistir de su enojo.
Así iba acortando sus tiempos de reacción. Iba venciendo mejor las fuerzas negativas que le decían que debía seguir con su inicio para ser coherente. Iba adquiriendo nobleza para deshacer los obstáculos del camino y permitir que la verdad y la sencillez de la bondad hiciera su trabajo y labrara su senda con sus principios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario