lunes, febrero 18

LA VOLUNTAD DE DIOS EN TU CORAZÓN


Sebas había sentido durante mucho tiempo la lejanía de Dios. La perfección divina se enfrentaba a la imperfección humana y no había brecha que pudiera romperse en la relación. Después, la reflexión sobre la omnipotencia de Dios frente a lo miserable del ser humano. 

Sin lugar a dudas era un abismo insalvable. Las diferencias no se podían conjugar. Solamente quedaba una actitud de respeto hacía las alturas y una conformación a nuestro medio imperfecto que nos atraía hacia la equivocación y el error. 

A pesar de eso, el corazón de Rafa se abría de par en par. Dios nos miraba como Hijos, no como hijos bastardos que le habían desobedecido. Dios nos consideraba como parte suya. La mejor bendición era sentirlo como nuestro mejor amigo. Esa relación había llenado el corazón de Sebas. 

“Tú eres la voluntad de Dios. No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario, estarás negando lo que eres. Niega lo que eres y atacarás, al creer que has sido atacado. Mas ve el amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes”. 

“Ve su abundancia en todos y sabrás que estás en Él junto con todos sus hermanos. Ellos forman parte de ti, tal como tú formas parte de Dios. Cuando no entiendes esto, te sientes tan solo como se siente Dios Mismo cuando Sus Hijos no lo conocen”. 

“La paz de Dios radica en entender esto. Sólo hay una manera de escaparse del pensamiento del mundo, del mismo modo en que sólo hubo una manera de adentrarse en él: entendiendo totalmente al entender la totalidad”. 

Sebas se quería repetir: “Tú eres la voluntad de Dios. No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario, estarás negando lo que eres. Niega lo que eres y atacarás, al creer que has sido atacado. Mas ve el amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes”. 

No podía renunciar a lo que realmente era. La voluntad de Dios estaba en su interior y lo aceptaba con mucho gozo.

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