viernes, febrero 8

LO QUE CREES SER DETERMINA TUS REACCIONES


Marcos iba comprendiendo sus reacciones frente a los demás que no llegaba a explicarse en algunos momentos. Se quedaba sorprendido al descubrir que le había salido una respuesta que no esperaba frente a una persona. “¿Cómo había podido portarse de esa manera?”, se preguntaba. 

Estaba entreviendo de que todo lo que hacía por los demás le llenaba. Era como si lo estuviera necesitando interiormente. Se quedaba perplejo en muchas ocasiones. Nadie le había hablado de esa relación entre hacer a los demás y llenarse él mismo. 

La vida se estaba abriendo con todas sus potencialidades y él era una persona muy capaz y sabía analizarse a él mismo, aunque en ocasiones no tuviera todas las herramientas de comprensión necesaria. Entonces la intuición suplía el conocimiento e iba adelante. 

“Cuando un hermano actúa insensatamente, te está ofreciendo una oportunidad para que lo bendigas. Su necesidad es la tuya. Tú necesitas la bendición que puedes darle”. 

“No hay manera de que tú puedas disponer de ella excepto dándola. Esa es la ley de Dios, la cual no hace excepciones. Careces de aquello que niegas, no porque haya carencia en ello, sino porque se lo has negado a otro”. 

“Al negárselo a otro no eres consciente de ello en ti. Lo que crees ser determina tus reacciones, y lo que deseas ser es lo que crees que eres. Lo que deseas ser, entonces, determina forzosamente tus reacciones. 

La idea de bendecir a otro cuando se estaba portando insensatamente no siempre nos ponía en la mejor de las actitudes para bendecirlo. Y, sin embargo, ese era el camino para recibir la bendición de Dios en tu vida. No la recibíamos por nuestras peticiones sino por la relación con el otro. 

Una nueva visión que caía en el corazón de Marcos que veía que sus intuiciones iban en la misma dirección. Así que se abría a la bendición y a la superación. Dios siempre buscaba bendecirnos en nuestros actos de bendición a los demás.

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