viernes, agosto 31

UNA CUESTIÓN DE APRENDIZAJE

Esteban había desarrollado su capacidad de aprendizaje. Le encantaba descubrir nuevas leyes, nuevas relaciones, nuevas comprensiones. Cuando las entendía sentía una energía recorrer su sangre, sus huesos, sus músculos y sus nervios. Una alegría indecible palpitaba en su interior. 

Era una especie de éxtasis que le catapultaba hacia lo desconocido. Sentía, en esos momentos, que la persona había nacido para aprender, para crecer en su conocimiento y para tener idea cada vez más amplia del mundo que le rodeaba por doquier. 

Aprendía de las personas mayores, aprendía de los libros, aprendía de la naturaleza, aprendía de sus conversaciones. Siempre se destacaba algo nuevo que le daba esa chispa de vida que podía comprender en las palabras de Jesús: ‘He venido para que tengan vida y vida en abundancia’. 

Parecía que aprender era el secreto de superar nuestras limitaciones, nuestros momentos de desfallecimiento y nuestra falta de esperanza. Conocer, ampliar, llenar el alma de nuevas propuestas era lo más hermoso que tenía. Disfrutaba de esas experiencias con sus amigos y con ciertas personas profundas. 

“El Espíritu Santo es tu Guía a la hora de elegir. Reside en la parte de tu mente que siempre habla en favor de la elección correcta porque habla por Dios. Él es el último nexo de comunicación que te queda con Dios, comunicación que puedes interrumpir, pero no destruir”. 

“El Espíritu Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la tierra como en el cielo. Tanto el Cielo como la tierra están en ti porque la llamada de ambos está en tu mente”. 

“La Voz de Dios procede de los altares que le has erigido a Él. Estos altares no son objetos; son devociones. Sin embargo, ahora tienes otras devociones. Tu devoción dividida te ha dado dos voces y ahora tienes que elegir en cuál de los dos altares quieres servir”. 

“La llamada que contestas ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. La decisión es muy simple. Se toma sobre la base de qué llamada es más importante para ti”. 

Esteban estaba muy contento. Había descubierto que la vida espiritual, la vida del alma, la vida superior de una persona entraba de lleno, también, en el campo del aprendizaje. La mente podía comprender y podía elevarse por ese camino como lo hacía con otros temas. 

La mente, el espíritu, pasaban por el filtro de la comprensión y el aprendizaje y la persona se elevaba de una forma natural.

jueves, agosto 30

LA VOZ NO ES ARROGANTE

Santiago en su niñez había quedado impresionado oyendo hablar una persona adulta con una gran fuerza en su voz que inspiraba miedo y temor. Escuchaba a las personas decir que era un señor arrogante cuando se había marchado. Lo cierto era que no estaba seguro si esa voz nacía de la seguridad interna que nadie debía discutir o de un exceso de autoridad. 

Santiago reconocía que él no tenía muchas seguridades. Dependía de los adultos para orientarse en muchos temas. El respeto a los mayores era algo que se palpaba en el aire. Él, como niño, no podía por menos que respetar esa voz tan intimidante y nada más. 

Le repelía un poco, pero quién era él para atreverse a decir nada. Las caras de muchas personas quedaban con un rictus nada agradable. La preocupación navegaba por los aires e invadía a todas las personas presentes en su discurso. Eran tiempos de obligaciones y no de motivaciones ni de respetos. 

Con el paso del tiempo fue aprendiendo que se podía hablar con seguridad, pero sin intimidar, con seguridad, pero sin acusar, con seguridad, pero motivando a los demás. Esa seguridad unía. La aparente seguridad de aquel hombre no buscaba la unión. Más bien buscaba el miedo y la coacción. 

“La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. No exige nada porque su deseo no es controlar. No vence porque no ataca. Su Voz es simplemente un recordatorio”. 

“Es apremiante únicamente por razón de lo que te recuerda. Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar”. 

“La Voz que habla por Dios es siempre serena porque habla de paz. La paz es más poderosa que la guerra porque sana. La guerra es división, no expansión. Nadie gana en la batalla”. 

“¿Qué saca un hombre con ganar el mundo entero si con ello pierde su propia alma? Si le prestas oídos a la voz que no debes, pierdes de vista a tu alma. En realidad, no puedes perderla, pero puedes no conocerla”. 

“Por lo tanto, te parecerá que la has ‘perdido’ hasta que elijas correctamente”. 

Santiago, después de leer el párrafo, entendía mucho mejor la diferencia entre el conocimiento, la motivación, la unión y la separación, la arrogancia y la degradación. 

Se podía estar seguro sin oprimir ni amenazar. Sabía que en algunos círculos se tildaba de cobardía esa actitud. Sin embargo, la valentía no era la separación y la degradación de la otra persona. Sabía muy bien que aquel que degradaba a otro ser humano era porque el que atacaba estaba degradado. 

El camino de la unión era eterno. El otro era coyuntural.

miércoles, agosto 29

EL PODER CREATIVO NO ELIGE

Pablo siempre se había quedado sorprendido ante las evidencias que se desplegaban ante sus ojos cuando tenía que elegir entre dos soluciones y ninguna de ellas le llenaba, le dejaba en paz. Elegir en esas ocasiones era ir de mal en peor. Las dos tenían sus pros y sus contras. 

Era un placer encontrar cómo encontrar una tercera vía que nadie se había planteado. Una solución nueva que llenaba los corazones. Pablo recordaba con emoción el problema que se le presentó a Salomón ante dos madres que se arrogaban ser la auténtica progenitora del hijo viviente. 

El otro hijo había muerto. Una decisión difícil para ejercer la justicia y, sobre todo, la verdad. La fuerza de las madres era auténtica. No se podía poner en duda. Las dos sabían de llevar en el seno a esa criatura que le había dado la razón de ser de su maternidad. 

El niño no podía decir, ni hablar, ni compartir con Salomón quién era su madre. Una solución disparatada resolvió la cuestión. ‘Cortad al niño en dos mitades y dadle la porción a cada una de ellas’. La actuación de las dos madres ante la solución las identificó por completo. 

Su auténtica madre prefirió que su hijo viviera. Ella le había dado la vida y deseaba que viviera, aunque fuera con otra persona. La vida era lo máximo para aquella madre. La otra sintió un alivio. Había perdido a su hijo y deseaba que la otra madre pasara por la misma experiencia. Se calló y esperó que se ejecutara la orden. 

Salomón lo tuvo fácil entonces. La auténtica madre había hablado. No había que elegir entre dos posibilidades. Una tercera totalmente creativa tomaba su lugar y deshacía el problema. 

“El Espíritu Santo te insta tanto a recordar como a olvidar. Has elegido estar en un estado de oposición en el que los opuestos son posibles. Como resultado de ello, hay ciertas decisiones que tienes que tomar”. 

“En el estado de santidad la voluntad es libre, de modo que su poder creativo es ilimitado y elegir no tiene sentido. El poder de elegir es el mismo poder que el de crear, pero su aplicación es diferente”. 

“Elegir implica que la mente está dividida. El Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. Dios no dejó a Sus Hijos desconsolados a pesar de que ellos decidieron abandonarlo”. 

“La Voz que ellos pusieron en sus mentes no era la Voz de Su Voluntad, en favor de la cual habla el Espíritu Santo”. 

Pablo se regocijaba interiormente ante la decisión de Salomón frente a las dos madres. El conocimiento divino, la voluntad divina, sabía cómo actuar. Sin duda, la Voz Divina a través del Espíritu Santo era tan necesaria porque así no se elegía. 

Las mismas madres, con su reacción, demostraban de una forma tranquila y sosegada, quién era la auténtica madre. No había que elegir. Y ese era el poder creativo maravilloso que La Voz del Espíritu Santo compartía.

martes, agosto 28

DIOS NO GUÍA, COMPARTE.

Juan iba aprendiendo nuevos conceptos. Empezaba a comprender que entraba en un nuevo campo cuyo conocimiento no era el que él había vivido. Se sentía un aprendiz abriéndose a nuevos planteamientos y a nuevos horizontes que se le presentaban con un deleite especial. Los iba aceptando. 

Los verbos iban cambiando de significado. Unas palabras con una acepción positiva se quedaban vacías de contenido porque Dios no las utilizaba por sus motivos totalmente distintos a los nuestros. Era una nueva luz de comprensión que le llegaba con la fuerza de lo nuevo. 

“Dios no guía porque lo único que puede hacer es compartir Su perfecto conocimiento. Guiar entraña evaluación, ya que implica que hay una manera correcta de proceder y otra incorrecta, una que se debe escoger y otra que se debe evitar”. 

“Al escoger una, renuncias a la otra. Elegir al Espíritu Santo es elegir a Dios. Dios no está dentro de ti en un sentido literal; más bien, tú formas parte de Él. Cuando elegiste abandonarlo, te dio una Voz para que hablase por Él”. 

“Ya no podía compartir Su conocimiento contigo libremente. La comunicación directa se interrumpió al tú inventar otra voz”. 

Juan no podía captar de inmediato la idea de que Dios no le guiaba. Era el buen pastor que se hacía cargo de sus ovejas. Ahora, Juan se daba cuenta de que la diferencia entre ovejas y personas radicaba en la mente. Dios no guiaba la mente de nadie. Compartía Su conocimiento con Sus Hijos, con sus mentes. 

La grandeza de la relación con Dios hablaba de la maravilla de sus planteamientos. Nosotros podíamos llegar a Él por analogía con los saberes humanos. Sin embargo, la voz de Jesús iba clarificando la relación que nos unía con el Eterno de una forma específica y clara.

lunes, agosto 27

TÚ ERES EL REINO DE LOS CIELOS

Lucas se quedaba sorprendido con esas frases que afirmaban lo que realmente éramos nosotros. Por una parte, su interior le decía que era verdad al escucharlas: Tú eres el Reino de los Cielos. Por otra parte, no sentía que era algo que todos los humanos no tuvieran dentro de ellos. 

Había pasado, en su proceso de maduración, desde una idea de Reino de los Cielos externo, rico y bello en lo físico, rodeado de sensaciones y brisas encantadoras, a una idea de un estado interno. El Reino de los Cielos era un estado, una forma de pensar, un estado de sentirse pleno y completo. 

El Reino de los Cielos era algo interno. Habitaba en la mente, en las entrañas de cada uno y en los latidos del corazón. Este le mandaba al organismo la alegría, el gozo y la armonía. Cada uno podía vivir ese Reino de los Cielos con toda plenitud en su experiencia diaria. 

“Tú eres el Reino de los Cielos, pero permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que ahora necesitas una nueva luz. El Espíritu Santo es el resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de oscuridad”. 

“Suya es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos pasa a ocupar el lugar que le corresponde. Antes de la separación no tenías necesidad de dirección”. 

“Disponías de conocimiento. Y volverás a disponer de él de nuevo”. 

Lucas vislumbraba el camino, el modo, las ideas de ir recopilando en su vida todos esos tesoros que había ido perdiendo por no creer demasiado en él mismo. Los humanos tenían una tendencia a degradarse a ellos mismos. Creerse completos era una idea que expulsaban de su interior. 

Era cierto que algunos que tenían un concepto alto de ellos mismos trataban a los demás de débiles mentales y cobardes. Ese tipo de personas no representaban lo que su interior les pedía. Tener la seguridad que éramos el Reino de los Cielos era tan efectivo porque al aceptarlo para nosotros lo aceptábamos para todos. 

El que veía el Reino de los Cielos en él, veía el Reino de los Cielos en los demás. Esa era nuestra verdad. Ese era el camino de la plenitud y de la unidad.

domingo, agosto 26

DOS VOCES DENTRO DE TI

Marcos se daba cuenta que podía tener conversaciones personales con él mismo sin necesidad de ningún otro intermediario. Había visto a algunas personas tener conversaciones ellas solas. Estaban tan metidas en ellas que no reparaban que había otras personas mirándolas. 

Marcos, al analizar cualquier incidencia, siempre tenía dos visiones al abordarlas. Saber que disponía de dos voces en su interior le hacía estar alerta. Dos voces que confundía con él mismo y que creía que eran suyas totalmente. Con el tiempo se había dado cuenta que no eran suyas. 

Pero la experiencia le decía que eran sus pensamientos y no podía liberarse de sus pensamientos y de esas dos voces. Lo que sí podía hacer era identificarlas y descubrir quién había detrás de cada una de ellas. Esa posición de distanciamiento lo hacía sentir más sereno y más analítico. 

En esa posición sentía que se acercaba mucho mejor a la comprensión de los conflictos que se libraban en su interior. 

“Tanto la separación como el principio que gobierna la Expiación dieron comienzo simultáneamente. Cuando el ego fue engendrado, Dios puso en la mente la llamada de júbilo”. 

“Esta llamada es tan poderosa que el ego siempre se desvanece ante su sonido. Por eso tienes que elegir escuchar una de las dos voces que hay dentro de ti. Una la inventaste tú (el ego), y no forma parte de Dios. La otra te la dio Dios, Quien sólo te pide que la escuches”. 

“El Espíritu Santo se encuentra en ti en un sentido literal. Suya es la Voz que te llama a retornar a donde estabas antes y a donde estarás de nuevo. Aún en este mundo es posible oír sólo esa Voz y ninguna otra”. 

“Ello requiere esfuerzo, así como un gran deseo de aprender. Esa es la última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad como alumnos que como Hijos”. 

La distancia que le venía con la paz, con la meditación, con la serenidad, le hacía analizar los hechos con una visión diferente. Una voz pensaba en Dios, en el Padre, en la Persona más querida por sus planteamientos. La otra voz se dirigía por caminos de autoprotección. 

Caminos que calculaban las estrategias y le indicaban los señuelos de la otra persona para engañarlo. Pero Marcos siempre tenía la misma tendencia. Desoía la voz de doble sentido que le hablaba del engaño en el otro. Siempre le daba la posibilidad de que la propuesta de nobleza estuviera en el otro. 

Esa decisión le daba mucha paz. No importaba que la otra persona faltara a esa confianza de nobleza otorgada en su interior. A Marcos le hubiera gustado que lo hubieran considerado así. Después, cada uno en sus decisiones se hacía acreedor a esa confianza otorgada o no. 

La voz del Padre siempre resonaba en sus sienes y los latidos de su corazón. Le daba fortaleza interior y una intensidad moral que le hacía mirar a la cara y a los ojos a todos con esa nobleza de persona natural. Marcos sentía en esa decisión la victoria más grande de su vida.

viernes, agosto 24

LA VOCACIÓN DE LA MENTE

Mateo cada vez que leía el significado de vocación ‘llamada’, algo en su interior se movía y se sentía concernido. No le era indiferente esa apelación que llegaba desde el exterior para tocar a su puerta e invitarle a seguirla. Se sentía como un pájaro libre esperando la llamada de su grupo, de sus progenitores, de sus maestros. 

Notaba que todo un cielo azul, estrellado, limpio e infinito estaba envolviéndolo en esa especie de contacto interno. La fuerza magnética de esa voz interna la sentía con la fuerza de la ilusión, con la visión de su camino y con el sendero por donde debía encaminar sus pasos. 

No había nada que lo detuviera. La llamada era parte de su vida. Y esa llamada le llegó y lo dejó todo. Se fue al lugar donde creía que debía estar y allí fue creciendo como un árbol fuerte y arraigado bebiendo de las fuentes eternas que tanto le decían a su interior. 

“El Espíritu Santo es el espíritu de júbilo. Es la llamada a retornar con la que Dios bendijo la mente de Sus Hijos separados. Esa es la vocación de la mente. Antes de la separación la mente no tenía ninguna vocación”. 

“Antes de eso simplemente ‘era’, y no habría podido entender la llamada al recto pensar. El Espíritu Santo es la Respuesta de Dios a la separación. Es el medio a través del cual la Expiación cura hasta que la mente en su totalidad se reincorpore al proceso de creación”. 

Mateo se quedaba contento, alegre, lleno de esperanza y lleno de ilusión. Dios dispuso que dentro de cada mente se instalara esa llamada a retornar a Dios. Un Padre amoroso y amante no hubiera dejado ir a su hijo sin un hilo conductor que lo llevara otra vez a Él. 

Toda la sabiduría del cielo se movilizó para que dejando intacta la libertad, el deseo de retornar a Dios quedara indestructible en cada uno de Sus Hijos.

jueves, agosto 23

CURAR ES REPARAR

Guille tenía muy presente las heridas que había tenido en sus manos o en cualquier parte de su cuerpo. Saber que la piel se renovaba ofrecía la oportunidad de que muchas señales de las incidencias habidas se disimulaban o desaparecían. Algunas no dejaban ninguna huella. 

El ser humano que era un compuesto de una parte exterior, cuerpo, y una parte interior, pensamiento y sentimiento, podía curar tanto lo externo como lo interno. A veces se podían ver ciertas señales que indicaban que había pasado algo en la piel. Ciertos comportamientos indicaban que algo había pasado en el corazón. 

Son dos aspectos que en ocasiones olvidábamos en nuestras reflexiones. Sin embargo, las vivíamos con una fuerza sin igual cuando lo interno quedaba afectado, no recuperado, no curado, no superado. El desequilibrio nos definía y nos distorsionaba nuestras emociones y nuestras sensaciones. 

La paz se había evaporado. El dolor interno hacía su agujero negro que impedía la alegría y la aceptación. Lo esencial de nuestras almas inarmónicas y la falta de serenidad se reflejaba. 

“Curar no es crear, es reparar. El Espíritu Santo fomenta la curación mirando más allá de ella hacia lo que los Hijos de Dios eran antes de que la curación fuese necesaria, y hacia lo que serán una vez que hayan sanado”. 

“Esta alteración de la secuencia temporal debería resultarte familiar, ya que es muy similar al cambio que el milagro produce en la percepción que se tiene del tiempo”. 

“El Espíritu Santo es la motivación para alcanzar la mentalidad milagrosa: la decisión de subsanar la separación renunciando a ella. Tu voluntad se encuentra todavía en ti porque Dios la ubicó en tu mente, y aunque puedes mantenerla dormida, no puedes destruirla”. 

“Dios mismo mantiene tu voluntad viva al transmitirla desde Su Mente a la tuya mientras perdure el tiempo. El milagro mismo es un reflejo de esta unión de voluntades entre Padre e Hijo”. 

Guille se abría a su Padre con toda su ilusión y con todo el agradecimiento de su corazón. Era un Padre que no había dejado nada al azar. La estrecha relación del Padre Celestial con su Hijo quedaba evidente. 

“Tu voluntad se encuentra todavía en ti porque Dios la ubicó en tu mente, y aunque puedes mantenerla dormida, no puedes destruirla. Dios mismo mantiene tu voluntad viva al transmitirla desde Su Mente a la tuya mientras perdure el tiempo”. 

Las acciones del Padre dejaban a Guille boquiabierto. Dios ubicó Su voluntad en nuestra mente como nuestra voluntad. Podemos olvidarnos y dejarla dormida pero así y todo no se autodestruye. El Padre mismo mantenía la voluntad viva al transmitirla desde Su Mente a la tuya. 

Nada podía ser tan relacional, lleno de cariño, de afecto y de identificación al saber que nuestro Padre nos hacía partícipes de Su mente al transferirla desde Su Mente a la nuestra.

miércoles, agosto 22

DAR ES GANAR

Benito se llenaba la mente, los sueños, las ideas y las dichas con conceptos que le llenaban el corazón en cada momento. Desde pequeño había sentido la llamada de la universalidad y cada vez que podía poner en práctica ese principio en sus reflexiones se henchía de gozo. 

Olvidar la idea de que tenías que defenderte, tenías que imponer tu criterio y dominar el ambiente, también lo estaba liberando. Nadie atacaba si estaba tranquilo y armónico. Siempre se atacaba desde la falta de paz y desde el enfado personal. Un ataque era más bien la manifestación de una persona angustiada. 

Había que comprender y solucionar la angustia. En ese proceso de superación se alcanzaban cimas nuevas y maravillosas. Nuevas vetas de la mente, de la visión y de los objetivos se dibujaban como una novedad creativa que llegaba hasta sus raíces y su corazón latía de una forma más dinámica. 

“El Espíritu Santo – la inspiración que toda la Filiación comparte – induce a una clase de percepción en la que muchos elementos son como los del Reino de los Cielos”. 

“En primer lugar, su universalidad es perfectamente inequívoca, y nadie que la alcance podría pensar ni por un momento que compartirla signifique cualquier otra cosa que no sea ganar”. 

“En segundo lugar, es una percepción que es incapaz de atacar, y, por lo tanto, es verdaderamente receptiva. Esto quiere decir que, si bien no engendra conocimiento, tampoco lo obstruye en modo alguno”. 

“Finalmente, señala el camino que lleva a lo que está más allá de la curación que trae consigo, y conduce a la mente que está más allá de su propia integración, hacia los senderos de la creación”. 

“En este punto es donde se producen suficientes cambios cuantitativos para producir un verdadero salto cualitativo”. 

Benito grababa esos tres principios en su corazón: universalidad, no ataque, elevación de la mente hacia la creación. Se veía volar por el infinito, por el azul del horizonte, por los pulmones henchidos de auténtico oxígeno que le proporcionaba una energía desconocida. 

Una ilusión que no tenía fin y un profundo y ancho mundo que parecía inacabable se abría delante de él. No se podía pedir más. No se podía ansiar más. No se podía vibrar con tanta intensidad y sentir que era cierta. No era un sueño. Así se dejaba llevar como una hermosa ave surcando la superficie del mar.

martes, agosto 21

LLEGAR AL ETERNO

Samuel se quedaba pensativo y feliz al mismo tiempo. Iba descubriendo, a través de aquellas lecturas, que los humanos tenían impreso en su corazón los valores más altos de la divinidad. Era algo lógico si se repetía que habíamos sido creados por Dios. 

Nuestro Padre celestial no podía dejarnos sin amparo, sin orientación, sin recursos, sin posibilidades de retornar a Él en el caso de que decidiéramos alejarnos de Él. Una fuerza interna nos impulsaba hacia nuestra paternidad con la misma fuerza en el nivel del espíritu como la sangre en el nivel animal. 

Por ello, se sorprendía un poco menos cuando en su interior se gozaba con Dios, con sus caminos y con sus planes para Sus Hijos. Cada día descubría un poco más a su Padre y se regocijaba con los nuevos descubrimientos de las atenciones que tenía para cada uno de Sus Hijos. 

“Dios honró incluso las creaciones falsas de sus Hijos porque ellos lo habían hecho. Pero también bendijo a Sus Hijos con una manera de pensar que fuese capaz de elevar sus percepciones a tal altura, que casi pudieran llegar hasta Él”. 

“El Espíritu Santo es la Mente de la Expiación. Representa un estado mental lo suficientemente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transferencia a ella sea finalmente posible”. 

“La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cruzar hasta él. Tal vez sea más útil en este caso utilizar el significado literal de la palabra ‘transferida’, o sea ‘transportada’, puesto que el último paso es Dios Quien lo da”. 

Samuel agradecía en su alma que la impronta de su creación divina quedara en su interior con una manera de pensar que pudiera llevarle a su camino de vuelta antes de decidir alejarse de su Creador. 

Ahora entendía un poco mejor esa manera de pensar que le había quedado en su interior y que, en muchos momentos, le había sorprendido por haber aplicado la sabiduría con una paz indecible como si realmente estuviera Dios en su corazón.

lunes, agosto 20

EL ESPÍRITU SANTO ES LA MENTE DE CRISTO

Daniel se entretenía en su mente con sus recuerdos infantiles. Siempre le habían dicho que Jesús era Dios, que Dios Padre era Dios y que el Espíritu Santo era Dios. Al final se encontraban con tres dioses en un solo Dios verdadero. Un verdadero galimatías. Como no lo resolvían le pusieron el nombre de misterio. 

El principio básico de que Dios era uno, Dios era la fuente, Dios era la unicidad, no podía enfrentarse ahora a tres dioses. Lo de los tres dioses ni por asomo podía expresarse. Pero los tres tenían algo similar, algo que los identificaba como una unidad. Los lectores no podían descifrarlo. 

Las palabras de Jesús que expresó que Su Padre y Él eran uno desorientaban en su exposición. Otras manifestaciones ponían de acuerdo las diferencias. Había temas que sólo le concernían al Padre. Él no las sabía. Lo cierto que para la mente acostumbrada al cuerpo y al espíritu no podía captar las diferencias. 

Era cierto que había unidad entre los tres. Los tres participaban de la misma mente. Pero la falta de cuerpo les ponía difícil captar, comprender y aceptar. Así que con la palabra misterio lo dejaron todo sin resolver porque la mente era incapaz de encontrar comprensión. 

“El Espíritu Santo es la Mente de Cristo, la cual es consciente del conocimiento que yace más allá de la percepción. El Espíritu Santo comenzó a existir como medio de protección al producirse la separación, lo cual inspiró simultáneamente el principio de la Expiación”. 

“Antes de eso no había necesidad de curación, pues nadie estaba desconsolado. La Voz del Espíritu Santo es la llamada a la Expiación, es decir, a la restitución de la integridad de la mente”. 

“Cuando la Expiación se complete y toda la Filiación sane, dejará de haber una llamada a retornar. Pero lo que Dios crea es eterno. El Espíritu Santo permanecerá con los Hijos de Dios para bendecir las creaciones de estos y mantenerlas en la luz de la dicha”. 

Daniel empezaba a comprender. Ya no necesitaba la idea de misterio. A través de sus hijas pudo comprender que ellas participaban de la espiritualidad de su esposa y de él mismo. Habían vivido juntos. Se habían educado en la misma línea. Los cuatro miembros de la familia pisaban la misma senda espiritual. 

Se podía decir que los cuatro tenían un mismo espíritu. Había unidad entre ellos. Al desarrollarse sus hijas, al casarse, al formar familia, expandieron sus pensamientos. La unidad espiritual se mantenía, aunque la familia aumentaba. De la misma manera, teníamos una hermosa familia con el Padre, con Jesús y con el Espíritu Santo.

domingo, agosto 19

EL ESPÍRITU SANTO ES EL SABER DEL ETERNO

David hablaba agradablemente con aquella persona tan agradable y cordial. Era un gozo intercambiar conocimientos, logros, objetivos y medios de vida y de educación cristiana. Era un descanso poder tener líneas de unión entre los humanos. 

Los corazones vibraban. Las ideas se intercambiaban. Los objetivos se fundían en las dos mentalidades que habitaban en sus cerebros. De momento, saltó una idea en la conversación. Aquel señor decía que la idea de la Santísima Trinidad era algo impensable. Era como pintar a un Dios con tres cabezas. 

Lo cierto era que los que aseveraban la creencia en la Santísima Trinidad la teñían de misterio. Algo que llegaba hasta nosotros, pero que éramos incapaces de captar con la idea de un Dios único. Ideas que chocaban en las mentes racionales, pero con la idea de misterio se le daba un acomodo aparente. 

Esa idea de un dios con tres cabezas no se le olvidó a David. La biblia trataba con aspectos espirituales principalmente. ‘Las palabras que os he dicho son espíritu y vida’, recalcó Jesús. En esa línea de espíritu podía entenderse el mensaje de Jesús. 

“El Espíritu Santo es la única parte de la Santísima Trinidad que tiene una función simbólica. Se le ha llamado el Sanador, el Consolador y el Guía. Se le ha descrito también como algo ‘separado’, aparte del Padre y del Hijo”. 

“Yo mismo dije: ‘Si me voy os enviaré a otro Consolador que morará con vosotros para siempre’. Su función simbólica hace que Él sea difícil de entender, ya que todo simbolismo se presta a diferentes interpretaciones”. 

“Como hombre, y también como una de las creaciones de Dios, mi recto pensar, que procedió del Espíritu Santo o Inspiración Universal, me enseñó en primer lugar y, ante todo, que esta inspiración es para todos”. 

“Yo mismo no hubiese podido gozar de ella de no haber sabido esto. La palabra ‘sabido’ es apropiada en este contexto porque el Espíritu Santo está tan próximo al conocimiento que lo evoca que facilita su llegada”. 

“He hablado anteriormente de la percepción elevada o ‘verdadera’, que está tan próxima a la verdad que Dios Mismo puede salvar la diminuta brecha que hay entre ellas”. 

“El conocimiento está siempre listo para fluir a cualquier parte, pero no puede oponerse a nada. Puedes, por consiguiente, obstruirlo, pero jamás perderlo”. 

David veía que ya no necesitaba tener un Dios con tres cabezas. El Espíritu Santo era el conocimiento del Eterno que pasaba a su Hijo y a todos los seres humanos creados. 

David veía que en su mente luchaban dos tipos de pensamientos. Uno que iba por el camino de lo más excelso y eterno. Otro que iba por la destrucción y la separación entre la criatura y su Creador que no podía, por consiguiente, ser eterno.

viernes, agosto 17

CONCEPTOS SENCILLOS



Abel caía en la cuenta que el camino hacia el infinito no era un trazado tan complicado como había pensado. Era sencillo, fácil de aprender, fácil de llevar a la práctica cuando estaba sazonado de confianza, entrega, sabiduría y dirección divina. 

La grandeza del ser humano radicaba en su mente. Ella era el faro que debía dar luz a las interpretaciones diversas que llegaban a su alma. Su corazón le guiaba en las elecciones de estas diversas posibilidades. Una vez asimilados en su interior, su logro estaba a su alcance. 

“Demos comienzo a nuestro redespertar con unos cuantos conceptos simples: 

Los pensamientos se expanden cuando se comparten. 

Cuantos más creen en ellos, más poderosos se tornan. 

Todo es una idea. 

¿Cómo, entonces, puede asociarse dar con perder? 

“Esta es la invitación al Espíritu Santo. He dicho ya que puedo ascender a lo alto y hacer que el Espíritu Santo descienda hasta ti, mas sólo puedo hacer eso a instancia tuya”. 

“El Espíritu Santo se encuentra en tu mente recta, tal como se encontraba en la mía. La Biblia dice: ‘Que more en ti la mente que estaba en Cristo Jesús’, y lo utiliza como una bendición”. 

“Se trata de la bendición de la mentalidad milagrosa. Te pide que pienses como yo pensé, uniéndote de esta manera a mí en el modo de pensar de Cristo”. 

Abel se quedaba en paz, en tranquilidad, en serenidad. Veía que los caminos del infinito eran sencillos de comprender y eso le facilitaba mucho el camino para tener la mente de Cristo. Cada enseñanza del evangelio de Jesús resonaba en su interior con una comprensión que le encantaba.

jueves, agosto 16

LA CURACIÓN ES UN PENSAMIENTO DE UNIÓN

Josué se daba cuenta de que la superación de las metas logradas por el ser humano estaba en su pensamiento, en su experimentación y en sus verificaciones. El pensamiento era vital en ese proceso que nos había ido civilizando, humanizando y comprendiendo a través de los siglos. 

Se quedaba perplejo cuando en la repetición de las acciones de nuestros antepasados no entraba en cuestión el pensamiento. Era como repetir actos por puro mecanismo, aunque no se entendiera totalmente desde la razón. 

“La curación es un pensamiento por medio del cual dos mentes perciben su unidad y se regocijan. Su gozo exhorta a todos los miembros de la Filiación a que se regocijen junto con ellas, y permite que Dios acuda a ellas y se manifieste a través de ellas”. 

“Sólo la mente sana puede experimentar una revelación de efectos duraderos porque la revelación es una experiencia de pura dicha. Si no eliges ser completamente dichoso, tu mente no puede tener lo que no elige ser”. 

“Recuerda que para el espíritu no hay diferencia alguna entre tener y ser. La mente superior piensa de acuerdo con las leyes que el espíritu obedece, y, por lo tanto, honra únicamente las leyes de Dios”. 

“Para el espíritu, obtener no significa nada y dar lo es todo. Al tenerlo todo, el espíritu lo conserva dándolo, y, de este modo, crea de la misma manera en que el Padre creó”. 

“Aunque esta manera de pensar no tiene nada que ver con la posesión de bienes materiales, aun a la mente inferior le resulta comprensible en conexión con ideas. Si compartes una posesión física, ciertamente divides su propiedad”. 

“Mas si compartes una idea, no la debilitas. Toda ella te sigue perteneciendo, aunque la hayas dado completamente. Y lo que es más, si aquel a quien se la has dado la acepta como suya, eso la refuerza en tu mente, y, por lo tanto, la expande”. 

“Si puedes aceptar el concepto de que este mundo es un mundo de ideas, la creencia en la falsa conexión que el ego hace entre dar y perder desaparece”. 

Josué comprendía esa unión en el mundo del espíritu entre tener y ser. También se quedaba atónito que la mente inferior pudiera entender que dar era expandir, ganar, autoafirmarse y crecer; no era perder. 

“Mas si compartes una idea, no la debilitas. Toda ella te sigue perteneciendo, aunque la hayas dado completamente. Y lo que es más, si aquel a quien se la has dado la acepta como suya, eso la refuerza en tu mente, y, por lo tanto, la expande”. 


miércoles, agosto 15

MUCHAS IDEAS NOS BENDICEN

Benjamín había tenido en muchas ocasiones una idea especial. Cuando conocía a cierta persona, después de hablar unos diez minutos con ella, tenía la sensación de que se conocían y que había mucha afinidad entre ellas. Parecía que hubieran tenido contacto anteriormente. 

Era una experiencia rara, extraña, pero, a la vez, verdadera y auténtica. Se preguntaba cómo era posible una experiencia de ese tipo. Nunca había tenido la oportunidad de estar con esa persona y, sin embargo, le daba toda la sensación de que se conocían. 

Las relaciones con las personas era todo un misterio y muchos misterios se guardaban en los corazones. No se podían comunicar a menos de pasar por locos, absurdos e ininteligibles. El corazón guardaba muchos secretos incapaces de ser comunicados como el corazón de una madre con su hijo. 

Pero esa incapacidad de ser comunicados no podía quitar, de ninguna manera, la verdad de la experiencia. “Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice”. 

“Deberías querer bendecirles a tu vez como muestra de agradecimiento. No tienes que conocerlos personalmente ni ellos a ti. La luz es tan potente que irradia a través de toda la Filiación, la cual da gracias al Padre por irradiar Su dicha sobre ella”. 

“Únicamente los santos Hijos de Dios son canales dignos de Su hermosa dicha porque sólo ellos son lo suficientemente hermosos como para conservarla compartiéndola”. 

“Es imposible que un Hijo de Dios pueda amar a su prójimo de manera diferente de como se ama a sí mismo. De ahí que la plegaria del sanador sea: 

Permíteme conocer a este hermano como me conozco a mí mismo. 

Benjamín se sentía relajado. Era como si hubiera dejado un peso que llevaba en su corazón desde hacía mucho tiempo. Era un revés para él no poder compartir lo que había en su corazón. Ahora lo entendía. Lo aceptaba y lo incorporaba a su vida. 

Lo importante era volcar su dicha sobre la Filiación. Podía compartir con sus pensamientos y en sus momentos de meditación sus ideas sobre la Filiación. Veía que no estaba solo. Había una gran multitud que podía recibir sus sentimientos. 

Por ello, después de volcar muchas de sus experiencias, podía suceder ese encuentro de tener la sensación de que había conocido anteriormente esa persona que acababa de conocer. “Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice”.

martes, agosto 14

CURAR ES INTEGRAR

Iván recordaba una época donde algunos comunicadores de la radio habían elegido la mentalidad de recomendar la felicidad con moderación. Siempre se despedían con la frase que lo afirmaba: ‘Sean moderadamente felices’. 

No querían ser muy felices. No creían en ese estado de plenitud provocado por la dicha y por la felicidad. Decían que la vida te daba suficientes reveses como para tomarla como un lugar de felicidad. Un poco de ella era oportuna. Mucha, daba entender que no existía, no se esperaba, no habitaba en la tierra. 

Conceptos que Iván iba guardando en su interior. Su corazón latía con una fuerza especial en esos terrenos donde lo agradable, lo maravilloso, lo estupendo y la ayuda generosa vibraba de una manera especial. No se buscaba. Cada ocasión y cada momento de la existencia nos daba esa posibilidad. 

Al leer los efectos que una felicidad y dicha connatural a nuestra vida, Iván se quedaba estupefacto. Era una apuesta más por la dicha, por la parte positiva de la vida y por la parte agradable de una mano amiga auténtica y cariñosa. Ahora tenía idea más clara de no abundar en lo negativo, en los reveses y en lo inesperado. 

Toda su mente se alegraba con la dicha. Todo su cuerpo le daba la bienvenida. Toda la naturaleza la recibía con sus brazos abiertos. Esas actitudes le proporcionaban gozo, emoción, ilusión y entusiasmo. 

“Para poder actuar de todo corazón tienes que ser feliz. Si el miedo y el amor no pueden coexistir, y si es imposible estar completamente atemorizado y seguir viviendo, el único estado de plenitud posible es el del amor”. 

“No existe diferencia alguna entre el amor y la dicha. Por lo tanto, el único estado de plenitud posible es el de absoluta dicha. Curar o hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y unificar”. 

“Por eso, no importa a qué parte de la Filiación se le ofrece la curación o qué parte la lleva a cabo. Todas las partes se benefician, y se benefician por igual”. 

Iván quedaba impactado por esa afirmación: “Curar o hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y unificar”. La felicidad nos unía los unos a los otros. Compartir la felicidad, con esa autenticidad del corazón, era sentirnos parte de una unidad estupenda. 

Iván se repetía para sus adentros. Nadie lo escuchaba. Lo sentía en sus sienes palpitando. La felicidad compartida era la sensación más potente que podía ponerse en práctica para la superación y para sentirnos todos uno con nuestro Hacedor. 

Y los pensamientos de Iván dialogaban consigo mismo y se decían que realmente ese pensamiento era el auténtico Cielo que todo corazón ansiaba.

lunes, agosto 13

LA LUZ DE LA DICHA

Gonzalo, al igual que todos los seres humanos, iba en busca de la dicha, de la felicidad, de la alegría que lo impulsara por encima de las nubes y sintiera todas las luces alrededor de él. Una situación inconcebible, pero llena de corazón, de manos amigas y de ojos comprensivos y amantes. 

Le encantaba soñar con esos episodios de altos vuelos donde la comprensión y la energía unida de los humanos alcanzaban sensaciones inolvidables y su visión se expandiera para alcanzar lo inefable. En algunos momentos de su vida los había experimentado. 

El día que recibió la última nota de su grado de Licenciatura en la Universidad fue algo especial. Las letras de su profesor se deslizaban por la franja subrayada gris de la papeleta para dejar patente ese sobresaliente M.H. (matrícula de honor). Allí se concitaban muchos elementos. 

Cinco años de estudios universitarios culminados con una matrícula de honor. Cinco años de esfuerzo (trabajaba y estudiaba a la vez). Cinco años de renuncias, de sacrificios, de restricciones y de apoyos de su familia. Un ambiente estudiantil estupendo. Todo ese cúmulo de incidencias lo hicieron volar por un terreno inexplorado. 

Lo había logrado con el esfuerzo de su familia, de sus amigos, de sus personas cercanas que eran muchas y con la vista puesta siempre en el centro de su gran descubrimiento: Jesús. 

“Curar es hacer feliz. Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en las muchas que has dejado pasar. Esto es lo mismo que decirte que has rehusado sanar”. 

“Tu luz es la luz de la dicha. El resplandor no está asociado con la aflicción. La dicha suscita que uno esté completamente dispuesto a compartirla, y fomenta el impulso natural de la mente de responder cual una sola”. 

“Quienes intentar curar sin ser ellos mismos completamente dichosos, suscitan diferentes respuestas a la vez y, por consiguiente, privan a otros de la dicha de responder de todo corazón”. 

Gonzalo se quedaba agradecido. La ilusión de su logro era su dicha interior y esa dicha la compartía con su familia, con sus amigos, con todas las personas de bien y la dicha se multiplicaba sin darse cuenta del bien que producía en todo su camino y en todas las personas que participaban. 

El camino de la plenitud estaba pavimentado de alegrías, de gozos, de satisfacciones interiores y de sonrisas suaves y plenas de todo tipo. No quería dejar pasar esas experiencias: 

“Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en las muchas que has dejado pasar. Esto es lo mismo que decirte que has rehusado sanar. Tu luz es la luz de la dicha”.

domingo, agosto 12

SERVICIAL E INOFENSIVOS

José, cada vez que se acercaba a Dios, veía que era un gozo, una tranquilidad y una paz indecible. Se podía descansar en Su presencia porque se estaba seguro que Dios no nos haría ningún daño. La idea de ser inofensivo se aplicaba a Dios y a una madre amante, a un padre amante. 

Los seres humanos nos volvíamos desconfiados y alerta cuando no estábamos seguros, cuando algo nos faltaba en nuestro interior y estábamos preparados para atacar a quien osaba pasar los lindes de acercamiento que nosotros considerábamos seguros de nuestra persona. 

La paz era un elemento relativo. No le concedíamos la importancia que tenía. Vivir con confianza estaba a nuestro alcance. Al aceptar la confianza en nosotros mismos podíamos, al mismo tiempo, compartirla con los demás. Confianza y seguridad eran parte de nuestra mente en reposo llena de paz. 

“Dios es alabado cada vez que una mente aprende a ser completamente servicial. Esto, sin embargo, es imposible, a menos que también aprenda a ser completamente inofensiva, pues ambas creencias tienen que coexistir”. 

“Los que son verdaderamente serviciales son a su vez invulnerables porque no protegen a sus egos, y, por lo tanto, nada puede hacerles daño. Su espíritu servicial es la manera en que alaban a Dios”. 

“Él les devolverá las alabanzas que le hagan porque ellos son como Él, y pueden regocijarse juntos. Dios se extiende hasta ellos y a través de ellos, y cunde una alegría por todo el Reino”. 

“Cada mente que ha sido transformada contribuye a aumentar esta alegría al estar individualmente dispuesta a compartirla. Los verdaderamente serviciales son los obradores de milagros de Dios, a quienes yo dirijo hasta que estemos todos unidos en el júbilo del Reino”. 

“Yo te dirigiré allí donde puedas ser verdaderamente servicial, y a quien pueda seguir mi dirección a través de ti”. 

José se quedaba tranquilo y en reposo. Sabía que caminaba en la presencia de Dios. Reconocía que Él mismo dirigía la empresa de compartir con cada uno de Sus hijos, Su vida y Su amor. “Yo te dirigiré allí donde puedas ser verdaderamente servicial, y a quien pueda seguir mi dirección a través de ti”.

viernes, agosto 10

CAMINAR CON EL ETERNO

Darío, en su mente, pensaba cómo sería el caminar con el Eterno. Era una nueva dimensión. Era una nueva forma de pensar. Era una nueva senda que divergía de las experiencias del ego que tenía cada día. No podía trasponer sus experiencias a las divinas porque la analogía era muy diferente. 

Una nueva mente tenía nuevos métodos de actuación, nuevas ideas de comprensión, nuevas actitudes que impulsaban la acción. Era un enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo, lo pasado y lo no vivido. Así que debía ir aprendiendo poco a poco los nuevos caminos por los que cabía ir enfilando sus reflexiones. 

Era un descubrimiento que debía venir por algún medio para ir incorporándolo a su vida: “Dios ha salvaguardado tu reino, pero no puede compartir Su gozo contigo hasta que no conozcas el reino con toda tu mente”. 

“La revelación no es suficiente porque es una comunicación de Dios hacia ti solamente. Dios no tiene necesidad de que se le devuelva la revelación, lo cual sería claramente imposible, pero sí desea que se transmita a otros”. 

“Esto no se puede hacer con la revelación en sí, pues su contenido no puede ser expresado debido a que es algo sumamente personal para la mente que lo recibe”. 

“No obstante, dicha mente la puede extender a otras mentes, mediante las actitudes generadas por la sabiduría que se deriva de la revelación”. 

Darío empezaba a comprender por qué se sentía, en muchas ocasiones, incomprendido cuando trataba de compartir las revelaciones que recibía del Eterno. Una experiencia que le había llenado totalmente provocaba rechazo en algunos. 

Darío ahora veía claro que esas revelaciones eran personales, individualizadas, y precisas para su experiencia. Lo importante era sacar la sabiduría que se derivaban de esas revelaciones y compartirla con los demás. 

El último párrafo era una luz para él: “No obstante, dicha mente la puede extender a otras mentes, mediante las actitudes generadas por la sabiduría que se deriva de la revelación”.

jueves, agosto 9

TU PAPEL EN LA CREACIÓN

Mario sabía que en toda la obra de creación cada persona ocupaba un lugar específico. No era un lugar de petición, de arrepentimiento, de perdición, ni de soledad. Tenía la seguridad interna que todo era gozoso en la relación con el Creador. 

Todo en Él era gozo, comprensión, apoyo y tranquilidad en cada momento de la existencia. Esa serenidad era lo que más le atraía del Eterno. Lejos quedaron ya esas ideas de miedo y de control enseñadas en las aulas que ejercía el Dios que todo lo sabía. 

Le repetían que Dios lo sabía todo y que nada podía escaparse a su visión. Sin embargo, poco le hablaron del Dios de amor, de cariño, de afecto y de apoyo que lo definía como el mejor Padre del mundo. Los padres terrenales ejercían su autoridad y, a veces, ordenaban, mandaban con autoritarismo. 

La forma de ser de Dios estaba muy lejos de esa manera de entender la relación. Dios era más como una madre comprensiva que llevaba en su corazón a su hijo y que deseaba darle, como le dio en su vientre, todas las energías y todas las sabidurías para andar por la vida. 

Era una tranquilidad ver cómo se definía según nuestra comprensión ese Dios amigo, cercano, sonriente y con los brazos abiertos para ser nuestro mejor confidente y contarle todas las incidencias del corazón. No había mejor padre, no había mejor madre, no había mejor psicólogo, no había mejor psiquiatra, no había mejor médico. 

Esa era la conclusión a la que estaba llegando en su vida Mario. Vida que se manifestaba llena de un fuerte apretón de manos y de una mirada firme y sostenida en sus encuentros serenos. 

“La Biblia afirma repetidamente que debes alabar a Dios. Esto no quiere decir que debas decirle lo maravilloso que es. Dios no tiene un ego con el que aceptar tal alabanza, ni percepción con qué juzgarla”. 

“Pero a menos que desempeñes el papel que te corresponde en la creación, Su gozo no será total porque el tuyo no lo es. Y Él ciertamente sabe esto. Lo sabe en su propio Ser y en la experiencia que Su Ser tiene de la experiencia del Hijo”. 

“El constante fluir de Su Amor se obstruye cuando Sus canales están cerrados, y se siente solo cuando las mentes que Él creó no se comunican plenamente con Él”. 

Mario veía que cada persona tenía la oportunidad de mostrar esa parte comprensiva y ayudadora de Dios. Era un placer saber que el Padre adusto y distante que había aprendido de pequeño, se había transformado en nuestra comprensión en un Padre realmente amante y cercano. 

Y esa veta cariñosa del Padre era nuestro papel en la creación. A Dios no se le podía ver, pero a los que caminaban con el Padre celestial les podía compartir, como canales de Dios, Su Amor y Su apoyo.

miércoles, agosto 8

LO TIENES TODO. COMPARTIR ES GOZAR.

Luis se estaba deteniendo en su caminar al verse, de momento, sorprendido por un hallazgo en su mente. Caminó un poco más. Eligió un lugar para sentarse y llenarse los ojos con el paisaje. Entonces dejó que ese descubrimiento que acababa de asomar sus primeras intenciones se manifestara. 

Siempre había dado por supuesto que estaba incompleto, debía superarse en todos los sentidos, debía aprender en todos los campos, estaba en marcha y no había tiempo para sentirse pleno por nada. Estaba todo por alcanzar, conquistar y sentir en su interior. 

Aquella tarde, su caminar se vio interrumpido por una idea nueva que llegaba con poder y con fuerza hasta sus aledaños. La luz de la nueva idea le deslumbró. Lo tenía todo. No le faltaba nada. No debía ir en busca de nada. Todo se experimentaba en su interior. 

Esa idea de plenitud había parado muchos años de ideas carentes de algo que debía llenar cada día, cada semana, cada mes, cada año. La plenitud llegaba a su vida sin darse cuenta. No había nada que llenar. Todo estaba lleno. No había nada que demostrar. Todo estaba vivo en su interior. 

Lo único que debía hacer era compartir para incrementar el gozo de aquello que ya estaba en su corazón. “Dios que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo”. 

“Nada real puede incrementarse excepto compartiéndolo. Por eso, Dios te creó a ti. La abstracción divina se deleita compartiendo. Eso es lo que significa la creación. 

“Las preguntas ‘¿qué?’, ‘¿cómo?’, ‘¿con quién?’ son irrelevantes toda vez que la verdadera creación lo da todo, ya que sólo puede crear a semejanza propia”. 

“Recuerda que la diferencia que hay entre tener y ser en la existencia, en el Reino no existe. En el estado de ser la mente lo da todo”. 

Luis se quedaba perplejo pero feliz, aturdido pero liberado, sorprendido pero pleno. No le faltaba realmente nada. Sólo quedaba compartir. Y compartir el tesoro que llevábamos dentro. Un tesoro regalado por Dios y dado para hacernos totalmente completos.