viernes, agosto 31

UNA CUESTIÓN DE APRENDIZAJE

Esteban había desarrollado su capacidad de aprendizaje. Le encantaba descubrir nuevas leyes, nuevas relaciones, nuevas comprensiones. Cuando las entendía sentía una energía recorrer su sangre, sus huesos, sus músculos y sus nervios. Una alegría indecible palpitaba en su interior. 

Era una especie de éxtasis que le catapultaba hacia lo desconocido. Sentía, en esos momentos, que la persona había nacido para aprender, para crecer en su conocimiento y para tener idea cada vez más amplia del mundo que le rodeaba por doquier. 

Aprendía de las personas mayores, aprendía de los libros, aprendía de la naturaleza, aprendía de sus conversaciones. Siempre se destacaba algo nuevo que le daba esa chispa de vida que podía comprender en las palabras de Jesús: ‘He venido para que tengan vida y vida en abundancia’. 

Parecía que aprender era el secreto de superar nuestras limitaciones, nuestros momentos de desfallecimiento y nuestra falta de esperanza. Conocer, ampliar, llenar el alma de nuevas propuestas era lo más hermoso que tenía. Disfrutaba de esas experiencias con sus amigos y con ciertas personas profundas. 

“El Espíritu Santo es tu Guía a la hora de elegir. Reside en la parte de tu mente que siempre habla en favor de la elección correcta porque habla por Dios. Él es el último nexo de comunicación que te queda con Dios, comunicación que puedes interrumpir, pero no destruir”. 

“El Espíritu Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la tierra como en el cielo. Tanto el Cielo como la tierra están en ti porque la llamada de ambos está en tu mente”. 

“La Voz de Dios procede de los altares que le has erigido a Él. Estos altares no son objetos; son devociones. Sin embargo, ahora tienes otras devociones. Tu devoción dividida te ha dado dos voces y ahora tienes que elegir en cuál de los dos altares quieres servir”. 

“La llamada que contestas ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. La decisión es muy simple. Se toma sobre la base de qué llamada es más importante para ti”. 

Esteban estaba muy contento. Había descubierto que la vida espiritual, la vida del alma, la vida superior de una persona entraba de lleno, también, en el campo del aprendizaje. La mente podía comprender y podía elevarse por ese camino como lo hacía con otros temas. 

La mente, el espíritu, pasaban por el filtro de la comprensión y el aprendizaje y la persona se elevaba de una forma natural.

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