domingo, agosto 5

¿RIESGOS U OPORTUNIDADES?

Sebas, cuando era pequeño, sentía el miedo que le transmitía su madre cuando se trataba de conocer mundo. La gente desconocida encerraba muchos interrogantes y no era oportuno conceder la confianza a ciertas personas. Podían hacernos mucho daño. 

Los relatos de incidentes de engaño, de sobornos, de chantaje, de traiciones eran las noticias destacadas en los periódicos. La gente no era consciente de que los periódicos debían hablar siempre de problemáticas. Al final y a la postre, esas noticias vendían periódicos. 

Durante los años, Sebas fue pasando de una idea de maldad general de la gente a una idea de bondad general de las personas. Muchas de ellas eran generosas y dispuestas a ayudar a los demás. No eran tan malas como le habían dicho. No eran tan feroces como se las describía. 

Un grado de sensatez debía conservarse para no meterse en problemas delicados. Pero la gente sencilla era honesta y ayudadora. Cada uno de ellos vivía sus problemas delicados y entendían mucho mejor que nadie cuando otros vivían esos mismos problemas que habían pasado. 

“Lo único que el ego percibe es un todo separado, desprovisto de las relaciones que presupone el estado del ser. El ego, por lo tanto, está en contra de la comunicación, de la interconexión, excepto cuando se utiliza para establecer separación”. 

“El sistema de comunicación del ego está controlado por la necesidad que tiene de protegerse, e interrumpirá la comunicación siempre que se sienta amenazado. Esta interrupción es una reacción hacia una o varias personas determinadas”. 

“El carácter específico de la manera de pensar del ego da lugar, entonces, a generalizaciones falsas que no son realmente abstractas en absoluto. El ego simplemente responde, de ciertas maneras específicas, a todo lo que percibe como relacionado”. 

Sebas comprendía un poco mejor el funcionamiento del ego. Cuando había una persona en concreto que había actuado mal, entonces el ego hacía la generalización falsa de que todas las personas se comportaban de esa manera. 

Era triste observar que cuando una persona se portaba bien, el ego no hacía la misma generalización. Eso no le interesaba. Temía que la bondad destruyera el ego. Sebas captaba esas discordancias y veía que con cosas concretas el ego se hacía fuerte. 

Pero con cosas concretas también la bondad superaba al ego en millones de personas.

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