viernes, noviembre 30

LA TERNURA NOS ATRAE


Mateo sentía desde pequeño la lejanía de un Ser infinito llamado Dios que estaba muy lejos, que era omnipotente, omnisapiente, omnipresente. Lo sabía todo de nosotros y nosotros no podíamos sentir su cercanía. Recordaba en la página de uno de sus libros de primaria un triángulo con un ojo que decía: Dios te vigila. 

Esa idea le hacía llenar de temor, miedo, grandeza, falta de libertad, omnipotencia del eterno. Una serie de emociones encontradas que no sabía cómo darles salida. A medida que se fue haciendo mayor, a sus veinte años leyó una definición que le atrapó la conciencia. 

Decía así: “orar era el acto de abrir el corazón a Dios como a un amigo”. Esa idea de amigo en una edad donde los amigos eran tan importantes en nuestro desarrollo le llegó muy hondamente. A veces, nadie como los amigos te podían comprender. 

Fue profundizando en esa idea y dejó de temerle. El Eterno era su amigo y eso lo decía todo. Desde entonces se fue forjando una nueva relación basada en la confianza y en la comprensión mutua. La amistad llenaba de paz y de apertura sus experiencias y sus pensamientos. 

“¿Qué podría despertar más dulcemente a un niño que una tierna voz que no le asusta, sino que simplemente le recuerda que la noche ya pasó y que la luz ha llegado?” 

“No se le dice que las pesadillas que lo estaban aterrorizando tanto no eran reales, pues los niños creen en la magia. Simplemente se le asegura que ahora está a salvo” 

“Más tarde se le enseña a distinguir la diferencia entre estar dormido y estar despierto, para que entienda que no debe tener miedo de los sueños. Y así, cuando vuelva a tener pesadillas, el mismo invocará la luz para desvanecerlas”. 

Algunos sueños están cargados de pesadillas, de temores, de angustias y de sinsabores. Es una maravilla despertar y darse cuenta de que todo ese mundo de pensamientos llevados a cabo en su mente no era totalmente cierto. 

El sueño era una demostración de lo que la mente podía llevar a cabo en una vertiente irreal pero sentida como real durante el sueño. Al despertar del sueño, los temores desaparecían y se centraban en una realidad distinta llena de amor de su madre, llena de comprensión por todos los que le amaban. 

Hermoso despertar que nos llama a nuestra puerta cada día para poner en práctica las opciones de perdón, comprensión y apoyo a todas las personas, que como Dios, eran nuestros amigos.

martes, noviembre 27

TODOS COMPLETOS EN UNO


Guille no se creía que había sido hecho perfecto y que no lo había aceptado en su corazón ni en su mente. Una perfección que iba completándose a medida que iba descubriendo nuevas ideas, nuevos planteamientos, nuevos caminos que vibraban con su interior. 

Ese anhelo de plenitud que estaba en su interior era un recuerdo de lo que realmente había sucedido en sus momentos iniciales. Después una duda persistente y pertinaz había echado por tierra toda esa verdad y, sin quererlo, había aceptado esa escasez y esa carencia como un ser limitado. 

Abrir los ojos al mundo los había dejado sorprendidos por las maravillas que había descubierto. Abrir los ojos a su interior no lo había practicado mucho. Todo lo había aprendido de fuera, de experiencias, de consejos, de conversaciones y de juegos que había compartido. 

Era un contrasentido. Aspirar a la perfección cuando realmente esa perfección estaba en su esencia y dudaba de ella. El camino para retornar a esa perfección que estaba grabada en sus huesos era sencillo. No aceptar las dudas que se habían interferido y lo habían puesto a elegir excluyendo a los demás. 

“Como cualquier buen maestro, El Espíritu Santo sabe más de lo que tú sabes ahora, y sólo te enseña para que llegues a ser igual que Él. Tú te enseñaste mal a ti mismo al creer lo que no era cierto”. 

“No creíste en tu propia perfección. ¿Iba acaso Dios a enseñarte que habías fabricado una mente dividida, cuando Él sabe que tu mente es íntegra? Lo que Dios sí sabe es que Sus canales de comunicación no están abiertos a Él”. 

“Eso le impide impartirles Su gozo y, así, saber que Sus Hijos son completamente dichosos. El compartir Su gozo es un proceso continuo, no en el tiempo sino en la eternidad”. 

“La extensión de Dios, aunque no toda Su plenitud, se obstruye cuando la Filiación no se comunica con Él cual una sola. Así que Dios pensó; ‘Mis Hijos duermen y hay que despertarlos’”. 

Guille tenía claro que el sendero de la universalidad, del perdón, de la comprensión y de las manos unidas entre todos Sus Hijos era el modo de quitar la obstrucción de la plenitud de Dios. La mente era poderosa para crear y también era capaz de retornar a Dios y participar de la creación.

domingo, noviembre 25

NO HAY INSUFICIENCIA, HAY PERFECCIÓN


Benito se quedaba sorprendido. La idea de enseñanza era vital en el aprendizaje y en el desarrollo de las habilidades y de nuestra situación. Cada día se abrían ante nuestros ojos posibilidades de nuevos significados que orientaban nuestra vida y nos daban los motivos de nuestra existencia. 

En ocasiones, Benito se preguntaba si el sueño que estaba viviendo era tan profundo que muchas creencias eran eso, creencias pero que distaban mucho de la realidad. La mente era capaz de fabricar creencias, vivirlas y moverse dentro de ellas como si fueran reales. 

Las creencias de cruzarse con un gato negro como señal de mal augurio. La creencia en el miedo a los lugares oscuros y se necesitaba que la luz no desapareciera nunca de dichos lugares. La afirmación interna de que no eran queridos por sus progenitores. 

Benito había visto muchas de esas creencias en su diario vivir. Eran tan reales para la gente que las vivía que no podían luchar contra ellas. Eran creencias tan firmes y seguras que parecían una cárcel fabricada para no salir de ellas. Así era de potente la mente que fabricaba dichas creencias. 

“Dios no enseña, pues enseñar implica una insuficiencia que Dios sabe que no existe. Dios no está en conflicto. El propósito de enseñar es producir cambios, pero Dios sólo creó lo inmutable”. 

“La separación no fue una pérdida de la perfección, sino una interrupción de la comunicación. La voz del ego surgió entonces como una forma de comunicarse estridente y áspera”. 

“Esto no podía alterar la paz de Dios, pero sí alterar la tuya. Dios no la acalló porque erradicarla habría sido atacarla. Habiendo sido cuestionado Él no cuestionó. Él simplemente dio la Respuesta. Su Respuesta es tu maestro”. 

Benito veía caminos nuevos que establecían las cualidades de cada uno de nosotros. Le había quedado esa idea de que la perfección no fue tocada. Lo que se trastornó fue la comunicación. Teníamos en nuestros corazones ecos de esa perfección que Dios puso en nosotros. 

Era cierto que la voz del ego también tenía su función y nos guiaba por caminos extraños a los propuestos por el Espíritu Santo. La Respuesta de Dios era el Espíritu Santo para recobrar la comunicación y así restablecer nuestra visión divina sin ninguna equivocación.

viernes, noviembre 23

EL GOZO DEL DESCUBRIMIENTO


Samuel compartía la experiencia que tenía cada día con uno de sus amigos. Descubrir nuevas ideas, nuevas visiones, nuevas actitudes, nuevas comprensiones sobre los detalles de la vida era un placer tan intenso que se revelaba como su comida y su bebida al nivel del espíritu. 

Una emoción de alegría, de plenitud, de gozo y de sensación que todo estaba completo le acompañaban en esos momentos de vida auténtica. Recordaba un libro que había leído cuando tenía unos dieciséis años: ‘El rechazo del placer’. No recordaba el autor o autora, pero fue un título que le impactó. 

No entendía cómo se podía rechazar momentos supremos de dicha y de felicidad de una forma tan trivial y superficial. Entendía que muchas veces se buscaba fuera lo que ya estaba dentro de cada ser humano. Descubrir una mano amiga, descubrir una nueva forma de enfocar las dificultades era un placer sin comparación. 

“En el Reino no hay ninguna duda acerca de lo que eres y de dónde te encuentras. La duda no tiene cabida allí porque la primera pregunta jamás se planteó”. 

“Al haber sido por fin completamente contestada, nunca se planteó. Sólo el Ser vive en el Reino, donde todo mora en Dios en absoluta certeza. El tiempo dedicado a hacer preguntas en el sueño, ha dado paso a la creación y a su eternidad”. 

“Tú gozas de tanta certeza como Dios, pues eres tan real como Él, pero lo que antes gozaba de absoluta certeza en tu mente ha pasado a ser ahora únicamente la capacidad para gozar de ella”. 

El goce de la paz, de la certeza, de la universalidad y de la plenitud de todos los hermanos juntos delante del Señor es un gozo inefable y de gran calidad. El eterno nos llama a su Reino donde todos y cada uno tiene su sitio con total certeza.

jueves, noviembre 22

DOS VIDAS DEJAN RASTRO EN NOSOTROS


Daniel, a la mañana siguiente, no daba crédito a lo que había soñado. Los personajes, las situaciones, las palabras, los gestos y los movimientos eran tan reales que reaccionaba ante ellos como si fuera la vida misma. Teníamos la capacidad de vivir una vida durante la vigilia y otra en el sueño. 

Las dos vidas nos hacían sentir la situación como real, como auténtica. Nuestro cuerpo no podía hacer ninguna diferencia. La percepción en el sueño era tan natural como lo era la vida de vigilia. Nada podía distinguirlas. Solamente al amanecer, al despertar del sueño, podíamos separar ambas percepciones. 

Los miedos experimentados durante el sueño, las angustias vividas durante el sueño quedaban como rastro de esos momentos intensos de sufrimiento personal que no se podían evitar en nuestros músculos y en nuestras constricciones. 

“Escucha, pues, la única respuesta del Espíritu Santo a todas las preguntas que el ego plantea: eres una criatura de Dios, una parte de Su Reino de inestimable valor que Él creó como parte de Sí mismo”. 

“Eso es lo único que existe y lo único que es real. Has elegido un sueño en el que has tenido pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar. Cuando le oigas no quedará ni rastro de tu sueño porque despertarás”. 

“Tus sueños contienen muchos de los símbolos del ego y estos te han confundido. Eso se debe, no obstante, a que estabas dormido y no te dabas cuenta de ello”. 

“Cuando despiertes, verás la verdad a tu alrededor y dentro de ti, y ya no creerás en los sueños porque estos dejarán de ser reales para ti. El Reino, en cambio, y todo lo que allí has creado, será sumamente real para ti porque es hermoso y verdadero”. 

Dos vidas que se cruzan en nuestras experiencias y dejan su huella en nuestro interior. Dos vidas que luchan en nuestro corazón y en nuestra mente. Dos vidas que tratan de revelarse como las auténticas. Sin embargo, solamente una de las dos es real y es auténtica. 

Daniel quería tener un detalle para poder separarlas a las dos. Encontró una idea que le satisfizo. La vida que le sugería la exclusión de personas no era real, era un sueño total. La vida que le sugería la unidad universal era real y tenía vida por sí misma.

miércoles, noviembre 21

ALIADOS PERO NO HERMANOS


David admitía que había confundido el significado de dos palabras muy próximas. Quizás no se había percatado de las diferencias. Habían aliados en algunas ocasiones, pero no eran hermanos. Sin darse cuenta había concluido que los aliados eran hermanos. 

Con el paso del tiempo dejó de creer en la relación de hermanos porque las personas buscaban alianzas, no relaciones de fraternidad. Reconocía que inconscientemente buscaba las relaciones de fraternidad entre las personas. Por ello, cuando las alianzas se rompían los hermanos, según él, desaparecían. 

Las relaciones entre las personas seguían sus leyes de me interesas, no me interesas. La verdad no satisfacía las relaciones. Eran los aliados quienes defendían las alianzas. Los hermanos, en cambio, buscaban la verdad y no se les podía defender cuando carecían de la verdad. 

La mejor manera de defender a un hermano era acompañarle en el camino del reconocimiento del error y, juntos, superarlo para que la verdad no se apartara nunca de su camino. 

“El ego no puede oír al Espíritu Santo, pero cree que parte de la mente que lo hizo está en su contra. Interpreta esto como una justificación para atacar a su hacedor”. 

“Cree que la mejor defensa es el ataque, y quiere que tú creas eso también. A no ser que lo creyeses no te podrías poner de su parte, y el ego tiene gran necesidad de aliados, aunque no de hermanos”. 

“Al percibir en tu mente algo ajeno a sí mismo, el ego hace del cuerpo su aliado porque el cuerpo no forma parte de ti. Esto hace del cuerpo el amigo del ego. Esta es claramente una alianza basada en la separación”. 

“Si te pones de parte de esta alianza no podrás sino sentir miedo porque te estarás poniendo de parte de una alianza basada en el miedo”. 

David comprendía la confusión que había tenido en su mente. Los aliados venían y se iban según los intereses materiales que los alentaba. Los hermanos eran hermanos para toda la vida porque la bondad del amor así lo determinaba.

martes, noviembre 20

SIEMPRE RESPONDE


Abel le acababa de confirmar a su amigo que, si no quería conocer el pensamiento de Dios en aquella situación que estaba pasando, mejor que no se lo preguntara. Había tenido muchas ocasiones en las que las preguntas realizadas al Eterno eran todas contestadas. 

El amigo de Abel se quedaba perplejo. Le decía que no era posible que eso ocurriera. No siempre se oía con claridad la Voz del Espíritu Santo en nuestras vidas. Y expresaba bien la contestación. No siempre se oía con claridad. A veces teníamos tanto ruido en nuestra vida que no escuchábamos los Voz importante. 

El Eterno siempre contestaba cualquier pregunta. Muchas veces no de la manera como nos gustaría a nosotros. No como la formulamos. Pero siempre estaba atento y nos daba una orientación oportuna sobre la situación que compartíamos con Él. 

Abel tenía la seguridad de haber experimentado en momentos claves de su vida: en su niñez, en su primera juventud, en su adolescencia, en su primera madurez. Esa hermosa experiencia y concluía que a lo largo de su vida nunca Su presencia ni Su voz había dejado de manifestarse. 

Abel se puso cierto domingo muy nervioso. Su ansiedad era tal que fue ante las puertas de la universidad para constatar una seguridad innegable: estaba cerrada. Tenía necesidad de conocer la nota de uno de sus exámenes. Le dijeron que habían salido, pero había que esperar al lunes. 

Su ansiedad subía de tono. Paseaba por uno de los jardines de la ciudad. Encontró, sin esperarlo, un grupo de personas del club que frecuentaba. Estaban haciendo juegos grupales. Los saludó y le invitaron a participar. Inicialmente deseaba negarse. 

Sin embargo, un rato después estaba participando con los demás. Estuvo dos horas divirtiéndose, solazándose con la amistad y con los vaivenes del juego. Se olvidó de la nota, de su ansiedad, recobró su tranquilidad y le agradeció al Eterno que no le hiciera caso en su petición de que le abrieran la universidad. Le agradeció que su ansiedad desapareciera. 

“No podrás entender el conflicto hasta que entiendas plenamente el hecho fundamental de que el ego no sabe nada. El Espíritu Santo no es el que habla primero, pero siempre contesta”. 

“Todo el mundo en uno u otro momento ha acudido a Él para de una u otra forma obtener ayuda, y Él ha contestado. Puesto que el Espíritu Santo responde de verdad, responde para siempre, lo cual quiere decir que todo el mundo dispone de la respuesta ahora mismo”. 

El corazón de Abel asentía con alegría, con latidos acompasados llenos de vida, la verdad que esas palabras implicaban. El resto de aquel domingo se vio pleno con la novedad de ver el lunes que la nota que esperaba era positiva. La mente se fijaba en la ansiedad. 

El Espíritu Santo que conocía todo se centraba en la paz y le devolvió la paz de una forma inesperada.

lunes, noviembre 19

LA PREGUNTA SIN RESPUESTA


Josué había caído muchas veces en la tópica pregunta si era antes el huevo o la gallina. Un circuito que empezó en algún momento y que desde entonces se producía cada día y con una periodicidad establecida. Pero, referida al principio no se sabía la respuesta. 

Preguntas sin solución o respuestas tan evidentes que no se veían. La mente estaba hecha para vivir el presente, el ahora, el momento donde su cuerpo estaba. La mente, en ocasiones, o muchas veces, vagaba por los recovecos del pasado almacenado en el cerebro y se abstraía de lo presente y vivía en el pasado. 

Se les daban muchas vueltas a los sucesos pasados. Eran como tratar con cadáveres que no tenían vida. Era como disecar los nervios y los músculos, los órganos que ya no latían, no vibraban ni funcionaban. Así la mente trataba con restos corpóreos sin vida y la misma mente se llenaba de vacío y de muerte. 

Sin lugar a dudas, se necesitaba, además de la experiencia, una guía para completar el conocimiento de los habíamos vivido y de lo que estábamos viviendo. Toda una serie de piedras angulares sobre los que construir la comprensión de la vida auténtica y no de la muerte que yacía en los recuerdos yertos y sin vida. 

“Cuando Dios te creó te hizo parte de Él. Por eso el ataque no tiene cabida dentro del Reino. Hiciste al ego sin amor, y, por consiguiente, él no te ama. No puedes permanecer dentro del Reino sin amor, y puesto que el Reino es amor crees estar privado de él”. 

“Esto le permite al ego considerarse así mismo algo separado y externo a su hacedor, y de ahí que hable en representación de la parte de tu mente que cree que tú estás separado que eres algo externo a la Mente de Dios”. 

“El ego planteó entonces la primera pregunta que jamás se hizo, pregunta que él jamás podrá contestar. La pregunta; ‘¿Qué eres?’ represento el comienzo de la duda”. 

“Desde entonces el ego jamás ha contestado ninguna pregunta, aunque ha hecho muchas. Las actividades más ingeniosas del ego no han hecho más que enmarañar la pregunta, pues dispones de la respuesta y el ego te tiene miedo”. 

La libertad nos ha dado la posibilidad bien de retomar nuestros orígenes, bien de seguir creando una artificiosidad de separación de Dios. Sentir esa libertad en nuestros latidos y en la sangre que nos da su vida nos hace capaces de responder con nuestras decisiones. 

La grandeza de la vida se expande al aceptar con total libertad nuestros orígenes sustanciales. Tenemos un Padre. Tenemos un hermano grande. Tenemos una fuerza de espíritu dentro de nosotros que espera nuestra orden. La libertad tiene esa maravilla. Es nuestra decisión y nada más.

domingo, noviembre 18

NO CONFUNDIR LA RESPUESTA Y LA PREGUNTA


Benjamín, en ocasiones, se preguntaba por el Espíritu Santo. Era una pregunta directa para comprender un elemento esencial de la vida espiritual. Sin embargo, la dificultad en definirlo, comprenderlo y conceptuarlo, era harto difícil y nunca le habían dado una respuesta adecuada. 

Reconocía que sin una comprensión adecuada poco uso iba a realizar en su vida de los mencionados dones del Espíritu Santo y de los frutos del Espíritu Santo. Reflexionaba aquella tarde sentado en su habitación. Tenía una música tenue de fondo y la idea del Espíritu Santo revoloteaba por el ambiente. 

De alguna manera, pensaba, debía encontrar alguna pista para entenderlo y conceptuarlo. La mente debía darnos esa respuesta. La mente era nuestra ayuda y no podía dejarnos abandonados a nuestra suerte sin ofrecer su fruto adecuado a las preguntas que nos preocupaban y nos inquietaban. 

Su mente divagaba. Buscaba comparaciones con otras palabras. Sabía que era difícil definir la oscuridad. Todo quedaba reducido que la oscuridad era ausencia de luz. La luz quitaba la oscuridad y favorecía que todos pudiéramos hacer nuestras maniobras fácilmente cuando la luz estaba. Sin luz, la oscuridad no ayudaba en nada. 

El Espíritu Santo que nos recordaba nuestra unión con Dios se ponía de manifiesto cuando nuestro ego, nuestra posibilidad de decidir por nosotros mismos sin otro recurso, decía que podía vivir sin la ayuda ni la protección de Dios. El ego se sentía soberano. 

Sin embargo, el ego terminaba por separar a las personas, por enfrentarlas, por fijarse en las diferencias y subrayar sus contradicciones. Desde ese punto de vista el Espíritu Santo era la idea contraria. 

“Recuerda que el Espíritu Santo es la Respuesta, no la pregunta. El ego siempre habla primero. Es caprichoso y no le desea el bien a su hacedor. Cree, y con razón, que su hacedor puede dejar de brindarle apoyo en cualquier momento”. 

“Se te desease el bien, aparentemente se alegraría de ello, pero el ego no se considera parte de ti. Por tanto, tu bien y el suyo son contrapuestos. En cambio, el Espíritu Santo se alegrará cuando te haya conducido a tu hogar y ya no tengas necesidad de que Él te guíe”. 

“En la separación entre las personas radica el error fundamental de percepción del ego, la base de todo su sistema de pensamiento” 

Benjamín captaba que el ego y el Espíritu Santo funcionaban como la oscuridad y la luz. La defensa de los intereses personales de cada uno y el enfrentamiento entre las personas era la oscuridad. El Espíritu Santo, en cambio, buscaba la comprensión de las personas y el bien común de todas ellas. Eso obedecía a las funciones de la luz. 

El ego habla primero (la oscuridad) el Espíritu Santo responde (la luz). En la comparación destacaba la función de ambos. Los conceptos iban clarificándose.

viernes, noviembre 16

ENSEÑA SÓLO AMOR


Iván había quedado entusiasmado con la conversación que había tenido con unos amigos. Era un matrimonio a los que conoció cuando daba clase a su hijo. Más tarde también le dio clase a su hija. La afinidad espiritual entre la familia y él los había hecho avanzar en caminos personales de amistad. 

A pesar de la identificación con los actos de amor comunes, salió el tema del juicio de aquellos a los que la humanidad había condenado. Unieron a ese tema las palabras de Jesús: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Jesús perdonó a aquellos que gritaban jaleando su muerte. 

Los humanos en general solemos perdonar. Algunas personas van más allá y perdonan a sus verdugos. Pero en la conversación salió a relucir cierto ánimo de revancha y de censura hacia todos los que habían hecho mal y la humanidad los había censurado. 

Iván, siguiendo las palabras de Jesús, decía que nosotros no teníamos ninguna razón, ningún derecho, ninguna potestad para condenar a nadie. Sin embargo, en ocasiones, ocupábamos el lugar de Dios justiciero y la condenación nos salía por todos los poros. 

“Puesto que no puedes dejar de enseñar, de compartir esas incidencias de tu corazón, tu salvación radica en enseñar exactamente lo opuesto a lo que el ego cree”. 

“Así es como aprenderás la verdad que te hará libre y que te mantendrá libre a medida que otros la aprendan de ti. La única manera de tener paz es enseñando paz”. 

“Al enseñarla, no puedes sino aprenderla, pues no puedes aprender aquello de lo que todavía te disocias. Sólo así podrás recobrar el conocimiento que desechaste”. 

“Para poder compartir una idea tienes primero que disponer de ella. Dicha idea despierta en tu mente mediante la convicción que nace de enseñarla. Aprendes todo lo que enseñas”. 

“Enseña solamente amor, y aprende que el amor es tuyo y que tú eres amor”. 

Iván dejó a sus amigos. Su corazón se sentía aliviado, tranquilo y lleno de paz. También la paz embargó a sus amigos. La idea de dejar de juzgar les llenaba de un soberano descanso. No habíamos sido llamados los humanos a condenar sino a apoyar y resaltar lo maravilloso que había en todos los seres humanos. 

Un corazón pleno y amante no puede condenar: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Jesús no condenó ni siquiera en los momentos donde se sentía abandonado, señalado, condenado y despreciado.

jueves, noviembre 15

RENUNCIA AL ATAQUE


Gonzalo no acababa de comprender, de forma global, esa idea de renunciar a defenderse. Defenderse, en muchos momentos, era atacar al contrincante, a la persona que nos compartía lo que nosotros no sentíamos en nuestro interior. Esa diferencia nos hacía saltar y empezar el ataque al otro por su equivocación. 

También admitía que el ataque provenía de una herida interna. Algunas personas podían herirnos de una forma impensable para nosotros. La herida sangraba y nos hacía iniciar un proceso de contraataque de intensidad directamente proporcional a la profundidad de la herida que habíamos sentido. 

Gonzalo reflexionaba que si no hubiera herida no habría contraataque. El asunto radicaba en la herida, ese sentirnos heridos que nos desequilibraba de una forma ostensible. Ahí encontraba el camino de la superación del ataque. Nadie podía herirnos si nos sentíamos seguros de nosotros mismos. 

Nuestra inseguridad propiciaba la herida y creíamos que debíamos contraatacar y nos sentíamos totalmente legitimados para ello. Era una razón de fuerza. La razón que nos perdía en los dolores de nuestra herida rasgada que nos ahondaba y no nos dejaba tranquilos en nuestra visión y en nuestra alma. 

“La única seguridad radica en extender el Espíritu Santo porque a medida que ves Su mansedumbre en otros, tu propia mente se percibe a sí misma como totalmente inofensiva”. 

“Una vez que puede aceptar esto completamente, no ve necesidad alguna de protegerse. La protección de Dios alborea entonces sobre ella, asegurándole que está totalmente a salvo para siempre”. 

“Los que están perfectamente a salvo son completamente benévolos. Bendice porque saben que son benditos. Desprovista de ansiedad, la mente es totalmente benévola, y puesto que extiende caridad, es también caritativa”. 

“La seguridad no es otra cosa que la completa renuncia al ataque. Ninguna transigencia al respecto es posible. Si enseñas ataque en cualquier forma que sea, lo habrás aprendido, y ello no podrá sino causarte dolor”. 

“Con todo, ese aprendizaje no es permanente, y puedes desaprenderlo dejándolo de enseñar”. 

Gonzalo entendía el dolor de la herida. Una herida aceptada era un dolor asumido. Una herida inconsciente era una perturbación inconsciente que nos dirigía por caminos y pensamientos equivocados y enrevesados. La falta de claridad de la mente la hacía tropezar con nimios inconvenientes. 

Ahora podía entrever las profundidades del alma. Ahora podía captar la grandeza de la renuncia al ataque, su comprensión y su posibilidad de que nadie le pudiera herir. Su seguridad en el Eterno era tal que su camino le llevaba por la puerta de la paz y no aceptaba ninguna herida porque sencillamente no era verdadera.

martes, noviembre 13

TU ESENCIA VITAL


José soñaba con la idea de la paz. La relación pacífica entre los humanos era una flor que crecía en su corazón como un anhelo eterno. Sin embargo, las personas eran, en ocasiones, más proclives a expresar el odio con mayor intensidad que el amor. 

Sabía que esa idea de intensificar el odio provenía de una idea equivocada de autodefensa. Aquellos que más atacaban era los que más necesitaban del amor y de su comprensión. El ataque provenía de su soledad, de su temor, de su inseguridad, de su creencia en su culpabilidad. 

La idea básica de cada persona era amar y ser amado. El amor era la energía que brotaba entre todos y nos hacía sentir de una forma completa y con una sonrisa en la cara que la podíamos compartir con todos. Y esa energía era una expansión de algo tan hermoso como la aceptación y la unión. 

“Si has de verte libre de conflictos, tienes que aprender únicamente del Espíritu Santo y enseñar únicamente con Él. Tú eres únicamente amor, mas cuando lo niegas, haces de lo que eres algo que tienes que aprender a recordar”. 

“Dije anteriormente que el mensaje de la crucifixión fue: ‘Enseña solamente amor pues eso es lo que eres’. Esta la única lección que está perfectamente unificada porque es la única lección que es una sola”. 

“La única manera de aprenderla es enseñándola. ‘Lo que enseñes es lo que aprenderás’. Si esto es verdad, como en efecto lo es, no olvides que lo que enseñas te enseña a ti. Y tú no puedes sino creer en lo que proyectas o extiendes”. 

José había experimentado en algunos momentos la fuerza que la ira desplegaba para expresar la defensa. Lleno de emoción negativa, oscura, salían palabras que herían y que deseaban destrozar al ‘adversario’. Lo de adversario era un eufemismo. Nadie quería hacernos daño excepto nuestra creencia en el mal. 

Parecía que permanecer a la defensiva era una actitud oportuna para estar alerta sobre las palabras negativas de los demás. Reconocía que la paz le ayudaba mucho más. Admitía esas ideas negativas como una acción de las personas que debía aceptar más como una petición de comprensión y de amor que de ataque. 

Con esa idea, le era mucho más fácil desarrollar la paz.

lunes, noviembre 12

APRENDEMOS AL COMPARTIR


Darío, en algunas ocasiones, se veía sorprendido por algunas de las cosas que decía y compartía con sus amigos, con sus alumnos y con sus compañeros profesores. Algunos de ellos se lo hacían notar y le subrayaban la sabiduría de aquello que les compartía. 

Darío se quedaba sin palabras. Aquello a lo que ellos se referían lo acababa de descubrir en la cadena de razonamientos que estaban compartiendo. Es decir, lo acababa de descubrir él mismo. No era un saber almacenado en su memoria ni en su cerebro. Era fruto del descubrimiento en la conversación. 

Era una experiencia que al compartirla con los demás se sentía incómodo. Las personas no aceptaban que lo acabara de ver. Sólo aquellos con los que tenía una afinidad más cercana le aceptaban sus afirmaciones. Ahora, al leer las ideas del párrafo que tenía ante sus ojos, se veía comprendido y entendido. 

Trató de ser comprensivo con las personas que tenían dificultad de admitir esos acontecimientos y cuando se lo hacían notar, se callaba y lo suplía con una amplia sonrisa que desviaba la conversación por otros recovecos menos abstractos y más aceptados. 

“Como ya hemos puesto de relieve, toda idea tiene su origen en la mente del que la piensa. Lo que se extiende desde la mente, por lo tanto, se encuentra todavía en ella, y la mente se conoce a sí misma por lo que extiende”. 

“La palabra ‘conoce’ está usada correctamente aquí porque el Espíritu Santo, mediante Su percepción imparcial, guarda todavía el conocimiento a salvo en tu mente”. 

“Dado que Él nunca ataca, no obstaculiza la comunicación de Dios. Por lo tanto, el estado de ser nunca se ve amenazado. Tu mente que es semejante a la de Dios, jamás puede ser profanada”. 

“El ego no fue nunca parte de ella, ni lo será jamás, pero a través del ego puedes oír, enseñar y aprender lo que no es cierto. Te has enseñado a ti mismo a creer que no eres lo que eres”. 

“No puedes enseñar lo que no has aprendido, y lo que enseñas lo refuerzas en ti al compartirlo. Cada lección que enseñas es una lección que tú mismo estás aprendiendo”. 

Darío se sentía comprendido al afirmar que cada lección que enseñaba era una lección que él mismo estaba aprendiendo. Y esas ocasiones de aprendizaje le ocurrían a menudo en las conversaciones. Muchas veces admitía que además de ser ideas para compartir con los demás eran ideas para él mismo. 

Por ello, al estar en contacto personal con los amigos y conocidos, los temas que salían en sus conversaciones tenían el sabor especial de encontrar novedades de vida que el Espíritu Santo compartía con ellos.

domingo, noviembre 11

PERFECTA IMPARCIALIDAD


Mario reconocía que, cuando conocía alguna persona, su mente le jugaba unas malas pasadas. Siempre buscaba las ventajas de tener dicha amistad. Reconocía que su hermana siempre se lo subrayaba. Si en la familia había alguna persona que pudiera reportarnos alguna ayuda especial, estupendo. 

Cuando en la familia aparecía algún fisioterapeuta o algún médico emparentado con algunas de las sobrinas, era motivo de alegría y de gloria. De hecho, unos de los médicos era oftalmólogo y, al tener necesidad, mi hermana lo visitaba particularmente sin pagarle nada. La familia estaba para apoyar. 

Lo triste del caso era que las personas que no reportaban ninguna ventaja las relaciones quedaban reducidas a lo mínimo. Ahora que leía las características del amor especial comprendía esas actitudes. Los demás sólo nos interesaban en cuanto rellenaban alguna de nuestras necesidades. 

Si en algún momento no lo hacían, se les criticaba y se los alejaba. El amor especial no era natural. Su mensaje estaba claro: si me ayudas, te aprecio. Si no me ayudas, te alejo de mis relaciones. Así era de injusto y de parcial el amor especial. 

Por ello, Mario sentía cierto regocijo en su interior al ver que la perfecta imparcialidad ponía las relaciones de amor no en las ventajas personales de las relaciones, sino en el compartir la ayuda cuando se presentaba de forma natural. El amor que se ofrecía no tenía ninguna condición establecida. 

“El Espíritu Santo te fue dado con perfecta imparcialidad, y a menos que lo reconozcas imparcialmente no podrás reconocerlo en absoluto. El ego es legión, pero el Espíritu Santo es uno”. 

“No hay tinieblas en ninguna parte del Reino, y tu papel sólo consiste en impedir que las tinieblas moren en tu mente. Esta armonía con la luz es ilimitada porque está en armonía con la luz del mundo”. 

“Cada uno de nosotros es la luz del mundo, y al unir nuestras mentes en esa luz proclamamos el Reino de Dios juntos y cual uno solo”. 

Mario aceptaba que era una liberación aceptar el amor sin condiciones. Era una delicia no valorar a las personas por lo que nos pudieran dar. Eso era, más bien, al contrario. Siempre era más hermoso dar que recibir. Y esa experiencia de amor, de aceptación, de identificación con las personas era una experiencia más allá de toda comprensión.

viernes, noviembre 9

UNIÓN SIN FISURAS


Luis se regocijaba en su mente, en sus pensamientos y en sus horizontes todos llenos de azul, con la idea de la universalidad y unión de todos los nacidos de mujer con las mismas cualidades y capacidades latentes en su interior. Un anhelo que anidaba en muchos corazones. 

Había sentido en muchas ocasiones vibrar con accidentes de personas muy lejanas geográficamente, pero muy cercanas en sus mentes y en sus circunstancias. Una ola de apoyo personal e interno invadía muchos pensamientos y la ayuda internacional mostraba la compasión y el milagro de la unidad. 

Felicidad interna al encontrar la solución del problema que ocupaba a todo el mundo. Tristeza común cuando el desenlace de los accidentes no era totalmente oportuno para todos. La humanidad se henchía y se llenaba de dignidad cuando se expresaba de una forma tan unida y solidaria. 

“La diferencia entre la proyección del ego y la extensión del Espíritu Santo es muy simple. El ego proyecta para excluir, y, por lo tanto, para engañar. El Espíritu Santo extiende al reconocerse a Sí Mismo en cada mente, y de esta manera las percibe a todas como una sola”. 

“Nada está en conflicto en esta percepción porque lo que el Espíritu Santo percibe es todo igual. Dondequiera que mira se ve a Sí Mismo, y puesto que está unido, siempre ofrece el Reino en su totalidad”. 

“Este es el único mensaje que Dios le dio, en favor del cual tiene que hablar porque eso es lo que Él es. La paz de Dios reside en ese mensaje, y, por consiguiente, la paz de Dios reside en ti”. 

“La gran paz del Reino refulge en tu mente para siempre, pero tiene que irradiar desde ti hacia afuera para que tomes conciencia de ella”. 

Luis comprendía mucho mejor ese planteamiento del Espíritu Santo. Su planteamiento era sencillo. Se veía a Sí Mismo en cada una de las personas venidas a este mundo. Era una réplica del Creador y su función era unir a todos. 

Así desaparecían de un plumazo las diferencias de cualquier motivo. La mente era el asiento de la unidad. El cuerpo podía ser distinto. La mente era la misma en cada una de las personas. Y ese vibrar común se veía en cada incidencia que ocurría en cada parte del globo terrestre.

jueves, noviembre 8

HACER FÁCIL LO DIFÍCIL


Enrique, como profesor, guardaba en su corazón algunas de las afirmaciones que sus alumnos le habían expresado. Le decían que hacía muy fácil lo que otros decían que era difícil. Todo un desafío que le daba ánimo e ilusión para seguir en ese mismo sendero. 

Había conocido algunos profesores universitarios que, con lenguajes muy crípticos, trataban de decir a sus alumnos que la materia era difícil y requería un esfuerzo continuo y notable para pasarla. La idea de facilitar su comprensión no estaba en su método de enseñanza. 

La expresión más excelsa de un maestro, dicho con palabras sencillas, era pasar todas las experiencias anteriores a la siguiente generación de modo que las pudieran entender de una forma comprensible y sin grandes dificultades. Eso no implicaba que los alumnos no debieran esforzarse y estudiar de forma continua. 

“El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar porque puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil. Sin embargo, el Espíritu Santo te dice que incluso el retorno es innecesario porque lo que nunca ocurrió no puede ser difícil”. 

“Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la vez necesaria y difícil. Con todo, está muy claro que los que son perfectos no tienen necesidad de nada, y tú no puedes experimentar la perfección como algo difícil de alcanzar, puesto que eso es lo que eres”. 

“Así es como tienes que percibir las creaciones de Dios, de modo que todas tus percepciones estén en línea directa con la única manera de ver del Espíritu Santo”. 

“Esta es la línea directa de comunicación con Dios, y le permite a tu mente converger con la Suya. Nada está en conflicto con esta percepción, ya que significa que toda percepción está guiada por el Espíritu Santo, cuya Mente está fija en Dios”. 

“Sólo el Espíritu Santo puede resolver conflictos porque sólo el Espíritu Santo está libre de conflictos. Él percibe únicamente lo que es verdad en tu mente, y lo extiende sólo a lo que es verdad en otras mentes”. 

Enrique entendía que transmitir con facilidad la comprensión que había en su mente a las mentes de sus discípulos conectaba con la acción del Espíritu Santo. Después de mucho trabajo, reflexión, aprendizaje y una buena dosis de humildad, había alcanzado esa facilidad. 

Y vio que no había nada tan hermoso en la vida que compartir esa claridad de mente a esos alumnos deseosos de encontrar la comprensión en su materia.

miércoles, noviembre 7

SUEÑOS VIVIDOS


Carlos sabía, por propia experiencia, la intensa realidad con que se vivían los sueños que se desarrollaban en nuestra mente. Era imposible no dar crédito a lo que pasaba en un sueño. Se sufría, se pasaba miedo, se aceleraba el corazón, el cuerpo respondía con total normalidad a todo lo que discurría en el sueño. 

Nadie nos podíamos atrever a decir que aquello no era cierto para nuestra mente y nuestro cuerpo. Sin embargo, al despertar, nos dábamos cuenta de que era un sueño y que se vivía con la misma intensidad que la vida. Eso ha dado pie para considerar que, incluso en la vida de vigilia, la vivíamos como un sueño. 

Vivir la vida de vigilia como un sueño dependía de nuestras creencias. Si creíamos que cierto sonido que nos llegaba era debido a un derrumbe de una de las paredes de nuestra casa, todos los movimientos iban dirigidos y orientados para escapar, para ponerse a salvo, para avisar a los bomberos, tal como lo haríamos en un sueño. 

El derrumbe podría ser o no cierto, pero nuestras conductas se desarrollaban como tal. “El Espíritu Santo hace uso del tiempo, pero no cree en él. Como procede de Dios, usa todo para el bien, pero no cree en lo que no es verdad”. 

“Puesto que se encuentra en tu mente, esta sólo puede creer lo que es verdad. El Espíritu Santo puede hablar únicamente en favor de eso porque habla en favor de Dios”. 

“Te insta a que le devuelvas toda tu mente a Dios, ya que en realidad tu mente nunca se separó de Él. Si nunca se separó de Él, sólo tienes que percibirla tal como es para que retorne a Él”. 

“Tener plena consciencia de la Expiación es, por lo tanto, reconocer que la separación nunca tuvo lugar. El ego no puede prevalecer contra esto porque ello es una afirmación explícita de que él nunca existió”. 

Carlos se daba cuenta de que esa creencia de sentirse separado de Dios era como un sueño vivido durante la vigilia. Se decía a sí mismo que si esa creencia la cambiaba podría pasar de la experiencia de un sueño en vigilia a una verdad que estaba por encima de los sueños. Entraba en la verdad. 

De ahí que nuestros pasos para ir pasando del sueño a la verdad era un proceso de cambiar creencias. El ruido que escuchó aquella persona no era debido al derrumbe de una pared. Vivió la creencia como realidad hasta que se dio cuenta de que la creencia no se ajustaba a la realidad y dejó ir el sueño de la creencia.

martes, noviembre 6

VIBRAR AL UNÍSONO CON EL ETERNO


Sebas se había quedado pensativo con una afirmación. Indicaba que el ser humano creía que debía encontrar por sí mismo su propia identificación, con quién debía sentirse uno y descubrir quién era realmente. Lo inusual del caso era que las personas creían que debían buscar ese objetivo. 

Sin embargo, esa definición ya estaba dada. No era el ser humano quién debía descubrirlo. La única decisión dada al ser humano era aceptar la propuesta de ser bien Hijo de Dios o bien creer que era un enemigo de Dios. No había otro tipo de identificación para el ser humano. 

Esa era la libertad que disponía cada persona. Tenía la libertad de elección. No tenía por sí mismo la facultad de creación. Disponía, con su mente potente, de la posibilidad de fabricar. La diferencia entre crear y fabricar radicaba en el tiempo. La creación era eterna, la fabricación era temporal. 

“Dios creó a Sus Hijos extendiendo Su Pensamiento y conservando las extensiones de Su Pensamiento en Su Mente. Todos Sus Pensamientos están, por lo tanto, perfectamente unidos dentro de sí mismos y entre sí”. 

“El Espíritu Santo te capacita para poder percibir esta plenitud ahora. Dios te creó para que creases. No puede extender Su Reino hasta que no conozcas la plenitud de este”. 

“Los pensamientos se originan en la mente del pensador, y desde ahí se extienden hacia afuera. Esto es tan cierto del Pensamiento de Dios como del tuyo. Puesto que tu mente está dividida, puedes percibir y también pensar”. 

“No obstante, la percepción no puede eludir las leyes básicas de la mente. Percibes desde tu mente y proyectas tus percepciones al exterior. Aunque la percepción es irreal, el Espíritu Santo puede usarla provechosamente por el hecho de que la concebiste”. 

“Él puede inspirar cualquier percepción y canalizarla hacia Dios. Esta convergencia parece encontrarse en un futuro lejano sólo porque tu mente no está en armonía con esta idea y, consecuentemente, no la desea ahora”. 

Nuestra libertad de elección tiene todo su lugar en ese campo. Aceptar la plenitud del Reino es nuestra decisión y nuestro paso personal para ser parte de ese Reino tan excelso unido armónicamente con el Creador.

lunes, noviembre 5

IGUALES FRENTE A DIOS


Adolfo notaba cómo su corazón latía al captar la idea de que todos los humanos eran iguales ante la ley. Era un canto a la dignidad de la persona. Era una expresión de la grandeza humana. Era una afirmación que ponía una igualdad entre todos los seres humanos que apenas disponían. 

A lo largo de la historia habíamos aprendido que siempre había habido categorías de personas humanas. En época romana los esclavos no eran libres. Se podía disponer incluso de sus vidas. Había sociedades muy clasistas, muy diferenciadoras por el nivel socio-económico y por las desigualdades raciales. 

Siempre resonaba en la mente de Adolfo una afirmación que no lograba entender. Delante de una iglesia protestante había un negro que no le permitían la entrada. Funcionaba como un club privado de blancos. El negro se sentaba en uno de los escalones y dejaba que sus lágrimas cayeran de sus mejillas. 

Se le acercó una persona con tintes raciales acusados. Se interesó por las lágrimas del hombre negro. Balbuceando le decía que no le dejaban entrar porque era negro. La persona que le preguntó le contestó con afabilidad: “no te preocupes. Yo soy Jesús y a mí tampoco me dejan entrar”. 

Jesús conocía bien el sentimiento de separación y de rechazo. Por ello, ante Dios todos teníamos la misma igualdad. Ante él ni ricos, ni pobres, ni blancos, ni negros, ni ninguna diferencia significaba nada. 

“La perfecta igualdad que el Espíritu Santo percibe es el reflejo de la perfecta igualdad del conocimiento de Dios. La percepción del ego no tiene equivalente en Dios, pero el Espíritu Santo sigue siendo el puente entre la percepción y el conocimiento”. 

“Al permitirte usar la percepción de forma que refleje el conocimiento, este finalmente podrá ser recordado. El ego preferiría creer que es imposible que ese recuerdo vuelva a tu mente”. 

“Sin embargo, es tu percepción lo que el Espíritu Santo guía. Tu percepción acabará allí donde comenzó. Todo converge en Dios porque todo fue creado por Él y en Él”. 

El hombre negro y el hombre con tintes de rasgos faciales se levantaron y se marcharon de la iglesia. Una hermosa conversación nació entre ambos. Sintieron que sus experiencias eran paralelas en muchos sentidos. Ello les dio paz y serenidad en sus vidas y en sus experiencias. 

Jesús le dijo que estaba contento porque en la iglesia, aunque hubiera sido en la calle, había encontrado una persona contenta de compartir su conversación. El hombre negro le devolvía una mirada agradecida. Le dijo que no sabía lo que había dentro de aquel templo, pero ese detalle de acompañarle en esos momentos le había dado mucho ánimo. 

Al fin el alma de una persona negra encontraba en la igualdad divina la excelencia de su dignidad, la grandeza de haber sido creado por el mismo Dios de los blancos que se creían superiores.

domingo, noviembre 4

DOS MUNDOS EN NUESTRAS VIDAS


Rafa le daba vueltas al mensaje que estaba leyendo de Juan 17:15-19: 

“No te ruego que te los lleves del mundo, sino que los guardes de la maldad. No pertenecen al mundo, como tampoco yo pertenezco al mundo, Conságralos con la verdad: verdad es el mensaje tuyo”. 

“Igual que a mí me enviaste al mundo, también yo los he enviado a ellos al mundo y por ellos me consagro yo mismo, para que también ellos queden consagrados de verdad”. 

Veía que era cierto el asunto de la libertad del ser humano. Una libertad que debía decidir entre dos tipos de mentalidades, dos tipos de pensamientos y dos tipos de actitud frente a la vida. Jesús sabía que ambas mentalidades debían convivir. 

A pesar de vivir juntas las mentalidades, los ojos de cada mentalidad veían de forma muy diferente. La mentalidad del mundo se fijaba en lo negativo de las personas. La mentalidad de Jesús se centraba en lo maravilloso de las personas. 

Los ojos de Jesús veían así: “Tú eres fabuloso más allá de toda maravilla imaginada. Aunque haces elecciones horrorosas y destructivas no significa que merezcas menos respeto por lo que tú eres en esencia: el pináculo de mi creación y el centro de mi afecto y de mi cariño”. 

Así que las personas que elegían la mentalidad de Jesús no vivían en la mentalidad del mundo: “¿De qué otra forma puedes encontrar dicha en un lugar desdichado, excepto dándote cuenta de que no estás en él?”. 

“Tú no puedes estar donde Dios no te ubicó, y Dios te creó como parte de Él. Eso es al mismo tiempo donde estás y lo que eres. Esto es completamente inalterable. Es inclusión total. No puedes cambiarlo ahora ni nunca”. 

“Es verdad para siempre. No es una creencia, sino un Hecho. Todo lo que Dios creó es tan verdadero como Él. La verdad de ello radica solamente en su perfecta inclusión en Aquel que es el único que es perfecto”. 

“Negar esto es negarte a ti mismo y negarlo a Él, puesto que es imposible aceptar a uno sin el otro”. 

Rafa se sentía pleno. Su interior le decía que la mirada de Jesús, la mentalidad de Jesús era lo que el corazón humano deseaba, anhelaba y esperaba. Era una delicia poder compartir la mentalidad de Jesús con los amigos, los conocidos, los que se cruzaban en las diversas actividades. 

Los ojos de Jesús veían así: “Tú eres fabuloso más allá de toda maravilla imaginada. Aunque haces elecciones horrorosas y destructivas no significa que merezcas menos respeto por lo que tú eres en esencia: el pináculo de mi creación y el centro de mi afecto y de mi cariño”.

viernes, noviembre 2

LA ALTERNATIVA AL EGO


Esteban, mirando el azul horizonte que se extendía ante su vista, aquel día de paseo por la montaña, pensaba en la mirada de Jesús que acababa de leer. Absorto en la intensidad del alba, se dejaba envolver con los matices de los tonos de la mañana y la luz que todo lo envolvía con su estrellado manto de guirnaldas. 

El pensamiento fluía con la cascada de agua pura del desnivel de la roca. Cuando Jesús te miraba no te veía como te veían las gentes que no te conocían. Te veía con una mirada que veía todas tus grandezas dormidas en el interior de tu alma. 

Sentía que ser mirado por Jesús era la grandeza inesperada de la vida. Era como autoafirmarse en la verdad eterna que anidaba en los poros del corazón y en los elementos alados que nos transportaban en momentos más allá de las sensaciones físicas que nos rodeaban. 

Y eso era vivir. Vivir era volar. Vivir era imaginar. Vivir era ver verdades como puños que pasaban a nuestro alrededor. Era ver a los Hijos de Dios caminar, resolver sus asuntos, seguir la jornada, reanudar sus trabajos y decir con sentido saludos que hacían revolotear los pulmones llenos de alegría y de contacto. 

“Hemos aprendido, no obstante, que hay una alternativa a la proyección. Todas las capacidades del ego se pueden emplear para un propósito mejor, ya que sus capacidades las dirige la mente que dispone de una Voz mejor”. 

“El Espíritu Santo extiende y el ego proyecta. Del mismo modo en que los objetivos de ambos son opuestos, así también son los resultados. El Espíritu Santo comienza viendo tu perfección”. 

“Como sabe que esa perfección es algo que todos comparten, la reconoce en otros, y así la refuerza tanto en ti como en ellos. En vez de ira, esto suscita amor tanto en ellos como en ti porque establece el grado de inclusión”. 

“Puesto que percibe igualdad, el Espíritu Santo percibe, en todos, las mismas necesidades. Esto invita automáticamente a la Expiación porque la Expiación es la necesidad universal de este mundo”. 

“Percibirte a ti mismo de esta manera es la única forma de hallar felicidad en el mundo. Eso se debe a que es el reconocimiento de que tú no estás en este mundo, pues el mundo es lugar infeliz”. 

Esteban seguía grabando las palabras y las ideas en su corazón y en su visión del universo delante de sí. La mirada de Jesús marcaba la diferencia. El objeto de la mirada del Espíritu Santo era la opuesta: “El Espíritu Santo comienza percibiendo tu perfección”. 

Algo sencillo al alcance de nuestras manos, de nuestros ojos, de nuestros pensamientos y de nuestros objetivos amplios de unidad personal.

jueves, noviembre 1

LA PROYECCIÓN TE DISTORSIONA


Santiago descubría que, cada vez que veía algo negativo en los demás, era porque su mente estaba dividida y enfocada en los aspectos negativos. Se había dado cuenta en la forma de actuar de su director de la institución. En su boca nunca había un elemento negativo contra nadie. 

Ese tipo de vocabulario le había llamado la atención. Entraba dentro de su especialidad de Filología. Veía que no todas las palabras tenían un perfil neutro. Algunas destacaban un perfil claramente negativo en el juicio a los demás y otras subrayaban el perfil positivo. 

Mucha gente creía que las palabras: “no era cierto” y “mentira” eran sinónimos. Afirmaban que querían decir lo mismo. No se daban cuenta de que las palabras además de aportar un contenido léxico, también llevaban un contenido de juicio y de valoración. La mentira era algo no permitido. Equivocarse era algo aceptado. 

La proyección siempre utilizaba palabras valorativas negativas sobre los demás y descubría la parte negativa en nosotros mismos. “La proyección, sin embargo, siempre te hará daño. La proyección refuerza tu creencia de que tu propia mente está dividida”. 

“Esta creencia tenía el único propósito de mantener vigente la separación entre las personas. La proyección no es más que un mecanismo del ego para hacerte sentir diferente de tus hermanos y separado de ellos”. 

“El ego justifica esto basándose en el hecho de que ello te hace parecer ‘mejor’ que tus hermanos y de esta manera empaña tu igualdad con ellos todavía más. La proyección y el ataque están inevitablemente relacionados, ya que la proyección es siempre un medio para justificar el ataque”. 

“Sin proyección no puede haber ira. El ego utiliza la proyección con el solo propósito de destruir la percepción que tienes de ti mismo y de tus hermanos. El proceso comienza excluyendo algo que existe en ti, pero que repudias y conduce directamente a que te excluyas a ti mismo de tus hermanos”. 

Santiago acababa triste al leer esa definición de proyección. Un medio para separarse de los demás. Un medio para ir contra natura. Un medio para no gozar de todos los rostros que te esperaron con alegría el día cuando naciste. Un medio para sentirse distinto de las manos y rostros que te dieron lo mejor de ellos cuando lo necesitabas en tu crecimiento. 

Era estupendo estar preparado y saber que nuestros ojos podían focalizarse en todas las virtudes buenas que las personas tenían y con esa mirada formar un círculo de manos unidas rodeando a nuestro Padre Celestial.