Mateo sentía desde pequeño la lejanía de un Ser infinito llamado Dios que estaba muy lejos, que era omnipotente, omnisapiente, omnipresente. Lo sabía todo de nosotros y nosotros no podíamos sentir su cercanía. Recordaba en la página de uno de sus libros de primaria un triángulo con un ojo que decía: Dios te vigila.
Esa idea le hacía llenar de temor, miedo, grandeza, falta de libertad, omnipotencia del eterno. Una serie de emociones encontradas que no sabía cómo darles salida. A medida que se fue haciendo mayor, a sus veinte años leyó una definición que le atrapó la conciencia.
Decía así: “orar era el acto de abrir el corazón a Dios como a un amigo”. Esa idea de amigo en una edad donde los amigos eran tan importantes en nuestro desarrollo le llegó muy hondamente. A veces, nadie como los amigos te podían comprender.
Fue profundizando en esa idea y dejó de temerle. El Eterno era su amigo y eso lo decía todo. Desde entonces se fue forjando una nueva relación basada en la confianza y en la comprensión mutua. La amistad llenaba de paz y de apertura sus experiencias y sus pensamientos.
“¿Qué podría despertar más dulcemente a un niño que una tierna voz que no le asusta, sino que simplemente le recuerda que la noche ya pasó y que la luz ha llegado?”
“No se le dice que las pesadillas que lo estaban aterrorizando tanto no eran reales, pues los niños creen en la magia. Simplemente se le asegura que ahora está a salvo”
“Más tarde se le enseña a distinguir la diferencia entre estar dormido y estar despierto, para que entienda que no debe tener miedo de los sueños. Y así, cuando vuelva a tener pesadillas, el mismo invocará la luz para desvanecerlas”.
Algunos sueños están cargados de pesadillas, de temores, de angustias y de sinsabores. Es una maravilla despertar y darse cuenta de que todo ese mundo de pensamientos llevados a cabo en su mente no era totalmente cierto.
El sueño era una demostración de lo que la mente podía llevar a cabo en una vertiente irreal pero sentida como real durante el sueño. Al despertar del sueño, los temores desaparecían y se centraban en una realidad distinta llena de amor de su madre, llena de comprensión por todos los que le amaban.
Hermoso despertar que nos llama a nuestra puerta cada día para poner en práctica las opciones de perdón, comprensión y apoyo a todas las personas, que como Dios, eran nuestros amigos.
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