Josué cada día tenía más claro en su mente esa obra hermosa de la universalidad. Era muchísimo más interesante y estimulante que la obra de la exclusión y de la superioridad, de la diferencia de clases y del orgullo de nacimiento en una familia ilustre.
Cierto día una reconstrucción teatral de una sesión donde Abraham Lincoln era presidente en sus primeros días le impactó. La gente rica quería burlarse de él y le recordaba que su padre era el zapatero que arreglaba los zapatos de la familia. Lincoln le contestó que era un auténtico placer ejercer su labor para que toda la familia disfrutara con su bien hacer.
No había más dignidad que sentirse todos iguales. Esa familia tenía problemas con los zapatos como cualquier otra. Arreglarlos, moldearlos para que no ofrecieran ningún problema era un asunto universal. No por ser ricos tenían pies de cristal.
“El espíritu sabe que la conciencia de todos sus hermanos está incluida en su propia conciencia, tal como está incluida en Dios. El poder de toda la Filiación y de su Creador es, por lo tanto, la propia plenitud del espíritu, que hace que sus creaciones sean igualmente plenas y perfectas”.
“El ego no puede prevalecer contra una totalidad que no incluye a Dios, y toda totalidad tiene que incluir a Dios. Dios le da todo Su poder a todo lo que Él creó porque ello forma parte de Él y comparte Su Ser con Él”.
“Crear es lo opuesto a perder, tal como la bendición es lo opuesto al sacrificio. El Ser tiene que ser extendido. Así es como conserva el conocimiento de sí mismo”.
“El espíritu anhela compartir su Ser tal como su Creador lo compartió. Puesto que el espíritu fue creado como resultado de un acto de compartir, su voluntad es crear”.
“No desea limitar a Dios, sino que su voluntad es extender Su Ser”.
Josué se alegró de que Lincoln no aceptara la idea de desprecio lanzada contra él por uno de los congresistas. Era cierto que era una familia rica ilustre. Pero la dignidad no radicaba en el dinero ni en la superioridad. La dignidad era un tesoro que iba más allá de las diferencias de clase.
La contestación de Lincoln le llenó. Subrayó el hermoso respeto que tenía por la familia y por todos aquellos que confiaban en la destreza de su padre de arreglarles los zapatos para que no dañaran los pies. Su objetivo era solucionarles un problema y eso le llenaba. También su objetivo era solucionar los problemas de los sencillos y de los menos favorecidos.
Todos tenían en común una misma cualidad: los pies podían ser dañados por zapatos rígidos, mal ajustados, según las necesidades de cada uno. Ese tratar a todos por igual elevaba la dignidad alto en los aires de la entrega y de la universalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario