lunes, marzo 11

EL ESPÍRITU SANTO TE EVITARÁ EL DOLOR


Marcos hacía dos asociaciones en su mente. Una era el ego asociada con la idea de sacrificio. Durante mucho tiempo siempre le habían dicho que en el camino del espíritu el sacrificio era imposible de evitar. Parecía que la idea tenía algo de verdad. Seguía esta idea con mucha dedicación. 

Pero, la otra asociación era diferente. El Espíritu Santo era la dicha. Solamente había un problema cuando tanto el ego como el Espíritu Santo habitaban dentro de uno mismo. La dicha que provocaba el Espíritu le causaba dolor al ego. Y, entonces, había que conocer la diferencia. 

“El Espíritu Santo te dirigirá sólo a fin de evitarte dolor. Obviamente nadie se opondría a este objetivo si lo reconociese. Mas el problema no estriba en si lo que el Espíritu Santo dice es verdad o no, sino en si quieres escucharle o no”. 

“No puedes reconocer lo que es doloroso, de la misma manera en que tampoco sabes lo que es dichoso, y, de hecho, eres muy propenso a confundir ambas cosas”. 

“La función primordial del Espíritu Santo es enseñarte a distinguir entre una cosa y otra. Lo que a ti te hace dichoso le causa dolor al ego, y mientras tengas dudas con respecto a lo que eres, seguirás confundiendo la dicha con el dolor”. 

“Esta confusión es la causa del concepto de sacrificio. Obedece al Espíritu Santo y estarás renunciando al ego. Pero no estarás sacrificando nada. Al contrario, lo estarás ganándolo todo. Si creyeses esto no tendrías conflictos”. 

Marcos tenía una visión de cómo distinguir al ego del Espíritu Santo. Si al llevar a cabo una buena acción, tu interior sufre es el ego el que sufre. Si al perdonar a tu hermano que te ha herido y tú lo has comprendido y lo apoyas y quieres ser su luz y su camino, si sufres en algún momento, es el ego quien sufre. 

El Espíritu Santo no sufre nunca cuando llevas a cabo una buena acción, cuando el perdón es la comprensión total de tu hermano, cuando la unidad renace entre todos. El Espíritu Santo tiene siempre el concepto de ganancia. El ego tiene siempre el concepto de pérdida. El sufrimiento ya sabemos de dónde viene.

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