jueves, junio 20

LA VOLUNTAD DE DIOS ES POSIBLE YA


Josué, desde joven, había tenido la idea de que la presencia de Dios en nuestras vidas era una realidad meridiana. Cuando pensaba en Dios, no lo hacía pensando que estaba en el cielo, que estaba lejos, que estaba en lugares inaccesibles para el ser humano. 

Cuando veía a los demás, los veía como una expresión de la grandeza de Dios. Sabía sus nombres, sus apellidos, la calle donde vivían y algunos de los amigos que tenían. Sin embargo, lo más importante para él era que en el interior de aquellas personas estaba la plenitud de Dios. 

Algunos le decían que era un puro pensamiento, que distaba mucho de la realidad, que había personas tan confundidas que Dios no podía habitar en ellas. Josué pensaba en aquellos momentos que las madres de aquellas personas confundidas superaban a Dios porque una madre jamás renegaba de su hijo. 

“Recuerda, pues, que la Voluntad de Dios es posible ya, y que nada más lo será nunca. En esto reside la simple aceptación de la realidad porque solo eso es real. No puedes distorsionar y, al mismo tiempo, saber lo que es”. 

“Y si la distorsionas experimentarás ansiedad, depresión y finalmente pánico, pues estarás tratando de convertirte a ti mismo en algo irreal. Cuando sientas esas cosas, no trates de buscar la verdad fuera de ti mismo”. 

“La verdad sólo puede encontrarse dentro de ti. Di, por lo tanto: “Cristo está en mí, y donde Él está, Dios tiene que estar, pues Cristo es parte de Él”. 

Josué se afirmaba más con sus experiencias sobre la presencia de Dios en nuestra vida. La sensación de que nosotros éramos los que realmente creábamos nuestra realidad caían en el error de creerse que ellos dirigían las circunstancias. 

Lo maravilloso de todo era constatar que cuando Dios estaba en nuestras vidas y nosotros actuábamos junto con Él, la vida era nuestra mejor maravilla.

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