domingo, abril 14

EL AMOR NUNCA ES IMPOSIBLE


Marcos se afirmaba cada día más en la bondad del amor que unía a las personas. Escuchaba a algunas decir que era un objetivo imposible. No valía la pena intentarlo. Al final, todo se iría al traste y era mejor olvidarlo y dejar que las cosas siguieran su curso. 

Aparentemente, parecía un discurso bien razonado. No exento de desesperanza, pero adaptado a aquellos escépticos que no confiaban en el alma humana. Marcos se revolvía en su interior. Era diferente lo que sentía y no estaba de acuerdo con esas afirmaciones. La utopía era la fuerza de la grandeza humana. 

“Estabas en las tinieblas hasta que una parte de la Filiación decidió acatar completamente la Voluntad de Dios. Una vez que esto se logró, todos lo lograron perfectamente”. 

“¿De qué otra manera sino habría podido lograrse perfectamente? Mi misión consistió simplemente en unir la Filiación con la Voluntad del Padre al ser yo mismo consciente de la Voluntad del Padre”. 

“Esta es la conciencia que vine a impartirte, y el problema que tienes en aceptarla es el problema de este mundo. Eliminarlo es la salvación, y en ese sentido yo soy la salvación del mundo”. 

“El mundo, por lo tanto, no puede sino aborrecerme y rechazarme, ya que el mundo es la creencia de que el amor es imposible. Si aceptases el hecho de que yo estoy contigo estarías negando al mundo y aceptando a Dios”. 

“Mi voluntad es la Suya, y tu decisión de escucharme es la decisión de escuchar Su Voz y de hacer Su Voluntad. De la misma manera en que Dios me envió a ti, yo te enviaré a otros. E iré contigo, para que podamos enseñarles paz y unión”. 

Marcos sentía su corazón latir cuando leía la segunda parte del párrafo. Él lo tenía claro que no se oponía a la idea de que el amor era imposible en este mundo. Había tenido muchas experiencias de la ayuda amorosa compartida y generosamente ofrecida. 

La vida le había dado muchas muestras de cariño y de amor. Ahora quería compartirlas con esas personas que sentían ese espíritu y amor en el fondo de su corazón.

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