miércoles, abril 24

LA UNIDAD NOS INCLUYE A TODOS


Rafa se estaba convenciendo de esa idea de unidad que nos asemejaba a todos en un mismo lugar, en una misma concepción nuestra, en un poder que nos igualaba y que nos hacía sentir la similitud que había en cada corazón abierto, noble y sereno. 

Eso tenía un lado práctico en cada conversación con las personas que se cruzaban en su camino, en la idea que se hacía de los otros respecto a él, en el objetivo de que el éxito de la relación entre todos los humanos radicaba en la comprensión y en la equiparación de todos los dones. 

Por ello, le encantaba encontrar caminos de realización de esos encuentros entre todos los humanos en su devenir por la vida. “La voluntad indivisa de la Filiación – la voluntad de Dios – es el creador perfecto, por ser completamente semejante a Dios”. 

“No puedes estar excluido de ella si es que has de entender lo que es y lo que eres tú. Al creer que tu voluntad está separada de la mía te excluyes de la Voluntad de Dios que es lo que eres”. 

“Con todo, curar sigue siendo brindar plenitud. Por lo tanto, curar es unirse a los que son como tú, ya que percibir esta semejanza es reconocer al Padre. Si tu perfección reside en Él, y sólo en Él, ¿cómo podrías conocerla sin reconocerlo a Él?” 

“Reconocer a Dios es reconocerte a ti mismo. No hay separación entre Dios y Su creación. Te darás cuenta de esto cuando comprendas que no hay separación entre tu voluntad y la mía”. 

“Deja que el Amor de Dios irradie sobre ti mediante tu aceptación de mí. Mi realidad es tuya y Suya. Cuando unes tu mente a la mía estás proclamando que eres consciente de que la Voluntad de Dios es una”. 

Rafa quedaba impactado y alborozado a la vez. La invitación de Dios era inequívoca. La invitación de Jesús era clara: “Reconocer a Dios es reconocerte a ti mismo. No hay separación entre Dios y Su creación. Te darás cuenta de esto cuando comprendas que no hay separación entre tu voluntad y la mía”. 

Y el objetivo de esa afirmación queda encerrado en el último párrafo que suena a la realización suprema de la vida: “Deja que el Amor de Dios irradie sobre ti mediante tu aceptación de mí. Mi realidad es tuya y Suya. Cuando unes tu mente a la mía estás proclamando que eres consciente de que la Voluntad de Dios es una”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario