domingo, enero 24

EL EFECTO BOOMERANG

Siempre nos encanta jugar con el efecto “eco”. Estar en un paraje, rodeado de montañas. Gritar un nombre y recibirlo con una profundidad, una amplitud y una fuerza no utilizada.

Gritamos: “amor” y nos devuelve: “AAAMMMMMMOOOOOOORRRR”. Si no decimos ninguna palabra, no nos devuelve nada. El origen del eco está en nosotros. Sin palabra, no hay devolución de la palabra. 

Si decimos una palabra negativa, nos devuelve la misma palabra negativa ampliada, profundizada y malsonante. Eso es la vida. Todo tiene el origen en nosotros. No puede ser de otra manera. Nosotros somos los creativos, los generadores de la vida, de las palabras y de nuestras realidades. 

El efecto boomerang actúa de la misma forma. Lo que lanzamos nos es devuelto. ¡Qué maravilla lanzar amor, bondad y comprensión! Siempre habrá personas que resonarán con nuestras palabras y nos las devolverán ampliadas y compartidas. 

Nos maravillamos y decimos: “esta persona es fabulosa. Me ama”. Es cierto. Puede que el eco nos devuelva ese regalo. Pero nunca debemos olvidar que la palabra de amor en nuestro interior fue la generadora de tal situación. El amor está en nosotros, en nuestro interior. Nadie nos lo puede quitar. Nadie nos puede frustrar. 

Nunca debemos olvidar que nuestro lanzamiento de amor procede de nosotros. Los demás son el eco de nuestra iniciativa. Y esa iniciativa nunca acaba, termina o desaparece. 

Así nos descubrimos poderosos, amantes, comprensivos y adquirimos una correcta visión de nuestro entorno creado por esas palabras lanzadas al eco en cada situación. 

Nunca perdamos esa claridad en la vida. El amor siempre está en tu interior. Lo lanzas. Hay personas que vibran y responden, bien como montañas amigas, bien como montañas amantes, o bien como montañas comprensivas. Ellas se unen a tus palabras en una amplitud conjunta de fuerza y sintonía.

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