El amor genuino proporciona el poder de la transformación. Sin casi ser consciente de ello, la mujer acepta la mitad de la aportación masculina. El hombre acepta la mitad de la aportación femenina. Una simbiosis de plenitud no pensada. Es una experiencia. La mujer y el hombre se completan.
Se descubren distintos, diferentes a los de la unión. Ahora la simbiosis ha aparecido. La mujer se hace más noble, más comprensiva. Sabe pedir perdón sin perder un ápice de su dignidad. Al contrario, se hace fuerte en bondad y poderosa en genuino amor. Se entrega y se rinde con pasión.
El hombre se vuelve más complejo. Sabe entender el mundo de las emociones mucho mejor. Sabe caminar por la senda de la sensibilidad sin perder nada de su esencia natural. Se vuelve apoyo en el camino del descubrimiento del genuino amor. Y su rendición es total en los brazos de la unión.
Es un milagro de fusión a nuestro alcance. Abrir las puertas al cambio del pensamiento. Abrir la mente a considerar al otro como parte nuestra. Amarnos a nosotr@s mism@s con total dedicación sabiendo que la mitad de nosotr@s es el/la otr@ en nuestro corazón.
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