jueves, marzo 8

LA REVELACIÓN

A Luis le encantaba entrar en esos campos que había escuchado durante mucho tiempo a lo largo de su existencia, pero que no tenía una idea concreta de lo que realmente representaban. Tenía un gran respeto por esas palabras. Sin embargo, le costaba incorporarlas en su vida diaria. 

Ahora tenía la oportunidad de adentrarse y conocer un poco más ese concepto que, aparentemente, era extraordinario. “La revelación produce una suspensión completa, aunque temporal, de la duda y el miedo. Refleja la forma original de comunicación entre Dios y Sus creaciones”. 

“Esta forma de comunicación entraña la sensación extremadamente personal de creación que, a veces, se busca en las relaciones físicas. La proximidad física no puede proporcionarla”. 

“Los milagros, en cambio, son genuinamente interpersonales y conducen a un auténtico acercamiento a los demás. La revelación te une directamente a Dios. Los milagros te unen directamente a tu hermano”. 

“Ni la revelación ni los milagros emanan de la conciencia, aunque ambos se experimentan en ellas. La conciencia es el estado que induce a la acción, aunque no la inspira”. 

“Eres libre de creer lo que quieras, y tus actos dan testimonio de lo que crees”. 

La conexión con Dios establece puentes y caminos para permitir que la revelación llegue hasta nosotros. La conexión con todos los seres humanos proporciona visiones maravillosas para que nuestra unidad se presente ante nosotros y ante nuestro Dios. 

Todo el mundo cree en algo y lo defiende. Nuestros actos nos dan claridad de lo que creemos. Es maravilloso abrirse a la revelación y al milagro. Así nos enlazamos con lo superior de la Creación: Su Origen, es decir, Dios y Sus criaturas creadas, es decir, todos nosotros.

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