miércoles, mayo 15

TU CUERPO TE AYUDA A DESCUBRIR EL PODER DE TU MENTE


Abel iba descubriendo esa función del cuerpo para descubrir la mente. Por una parte, sabía que el cuerpo podía atacar a los demás. Ciertamente, el ataque lo producía el cuerpo. Por otra parte, el cuerpo facilitaba el acercamiento para ponerse en contacto con otros y descubrir el poder de la mente. 

Casi siempre que recordábamos a los demás, nos llegaban las ideas del poder de la mente de la otra persona: su forma de ser, los momentos donde habíamos llegado a acuerdos, algunas disensiones que se pudieron superar, el agrado de pasar momentos juntos conversando. 

La amistad tenía esas hermosas experiencias que le gustaba recordar de los demás. Por ello, en ocasiones, cogíamos el teléfono o le enviábamos algún mensaje para quedar y pasar un rato juntos y gozar mutuamente de la compañía entre nosotros. 

“Si usas el cuerpo para atacar, este se convierte en algo perjudicial para ti. Si lo usas con el solo propósito de llegar hasta las mentes de aquellos que creen ser cuerpos para enseñarles a través del mismo cuerpo que eso no es verdad, entenderás el poder de la mente que reside en ti”. 

“Si usas el cuerpo con este fin, y sólo con este fin, no lo podrás usar para atacar. Cuando se usa con el propósito de unir, se convierte en una hermosa lección de comunión, que tiene valor hasta que la unión se consuma”. 

“Esta es la forma en que Dios hace que lo que tú has limitado sea ilimitado. El Espíritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios en favor de la función que Él le asigna”. 

Abel quedaba boquiabierto. Era una gozada utilizar el cuerpo para unir. La idea de que se convertía en una hermosa lección de comunión le llegaba muy hondo. Valía la pena adquirir, en la forma de pensar, la visión del Espíritu Santo. Así se superaban muchos obstáculos que los humanos, equivocados, poníamos en el cuerpo como obstáculo. 

Era todo un gran desafío descubrir el poder de la mente que residía en nosotros.

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