viernes, septiembre 28

UNA FORMA DE MAGIA

Juan repasaba sus años de juventud y se quedaba pensando en aquellas experiencias en las que orientado por una visión de una espiritualidad de autocastigo esperaba alcanzar las mejores cotas afligiendo su cuerpo con azotes, golpes, sufrimientos físicos y renunciamientos. 

Era una forma de menospreciar el cuerpo como cárcel del alma y, de alguna manera, liberaba lo mejor del ser humano. Reconocía que la mente dirigida por pensamientos equivocados era capaz de realizar tales tratos desalmados contra sí mismo. 

Poco a poco fue descubriendo que, si se trataba tan mal a sí mismo, también, sin darse cuenta, podría tratar a los demás en otros órdenes de la vida. Nadie podía dar paz si no la tenía. Nadie podía compartir serenidad si ni siquiera la vivía en su experiencia diaria. 

“La mente que está libre de culpa no puede sufrir. Al estar sana, sana a su vez el cuerpo porque ella misma ha sanado. Las enfermedades son inconcebibles para la mente sana, ya que no puede concebir atacar a nada ni a nadie”. 

“Dije antes que la enfermedad es una forma de magia. Quizás sería mejor decir que es una forma de solución mágica. El ego cree que castigándose a sí mismo mitigará el castigo de Dios”. 

“Mas incluso en esto es arrogante. Le atribuye a Dios la intención de castigar, y luego adopta esa intención como su propia prerrogativa”. 

“El ego trata de usurpar todas las funciones de Dios tal como las percibe porque reconoce que sólo se puede confiar en una lealtad absoluta”. 

Juan veía que el cuerpo y la mente estaban totalmente conectados: “La mente que está libre de culpa no puede sufrir. Al estar sana, sana a su vez el cuerpo porque ella misma ha sanado. Las enfermedades son inconcebibles para la mente sana, ya que no puede concebir atacar a nada ni a nadie”. 

Sin duda, una mente sana era un tesoro para la misma persona. Todo ataque personal como a los demás distorsionaba las relaciones con nosotros mismos y con los otros. Con la ausencia de ataque de la mente sana todo era un estado de plenitud excelente.

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