jueves, septiembre 27

TU REALIDAD LA CREAS TÚ

Lucas siempre había escuchado acerca de la realidad, de la creación de la realidad, que la realidad no era la misma para cada persona. Guardaba todas esas afirmaciones en su cerebro un tanto desconcertado ante el tema de la realidad. Él creía que la realidad que estaba viviendo él mismo era la realidad que existía. 

Admitía que la diferencia de cultura, de formación, de nivel económico influían para crear la realidad. Cada nivel tenía su propia especificidad. Eso sí que lo entendía y lo aceptaba. Sin embargo, esa afirmación de que cada uno de nosotros creábamos nuestra propia realidad era un tanto difícil de entender. 

Cierto día estaba viendo la televisión y un programa de reforma y de adquisición de casas de segunda mano le captó la atención. Fue siguiendo el programa y no entendía cómo una pareja norteamericana con un poder adquisitivo para aspirar a comprarse una casa de un millón de dólares estaba pasando un mal momento. 

La pareja tenía problemas entre ellos con la distribución de su nueva casa. Cada uno tenía su visión. No trabajaban en conjunto. No aceptaban las propuestas del otro. Eso les había desanimado en la consecución de una casa adecuada para ellos. Lucas, que tenía un poder adquisitivo para la casa de doscientos mil dólares, no entendía a esa pareja. 

En ese momento entendió que el nivel económico no era trascendente para crear una mejor realidad por tener más dinero. Lucas vivía muy feliz con su presupuesto y con su casa ajustada a sus planes y a sus necesidades. Entonces fue comprendiendo que la realidad era obra de cada uno de nosotros. 

Podíamos aceptar, adaptarnos a nuestro nivel. Podíamos rechazar y enfrentarnos a todo lo que no nos salía bien. Podíamos, a pesar del excelente nivel económico, expresar nuestra disconformidad. Tanto ‘Podíamos’ proporcionaba el tipo de realidad que estábamos creando. 

“Todo lo que aceptas en tu mente se vuelve real para ti. Es tu aceptación lo que le confiere realidad. El permitirle la entrada al ego en tu mente y entronizarlo allí, es lo que lo convierte en tu realidad”. 

“Eso se debe a que la mente es capaz de crear realidad o fabricar ilusiones. Dije anteriormente que debes aprender a pensar con Dios. Pensar con Él es pensar como Él, lo cual produce dicha y no culpabilidad porque es algo natural”. 

“La culpabilidad es un signo inequívoco de que tu pensamiento no es natural. El pensamiento que no es natural va siempre acompañado de culpabilidad porque es la creencia en el pecado”. 

“El ego no percibe el pecado como una falta de amor, sino como un decidido acto de agresión. Esto es necesario para su supervivencia porque, tan pronto como consideres que el pecado es una insuficiencia, tratarás automáticamente de remediar la situación”. 

“Y lo lograrás. Para el ego eso es la perdición, pero tú tienes que aprender a verlo como tu emancipación”. 

Lucas se repetía esa idea: “tan pronto como consideres que el pecado es una insuficiencia, tratarás automáticamente de remediar la situación. Y lo lograrás”. Esa era la nueva idea que aceptaba en su mente y crear su nueva realidad.

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