miércoles, mayo 30

'EL DIABLO' ES LA CREENCIA EN LA SEPARACIÓN

Lucas se daba cuenta de que todos sus temores de niño no tenían una consistencia sólida. Eran creencias que le hacían pensar en cosas que no existían realmente. A medida que maduraba, esos miedos iban dejando de tener poder en su vida. 

Por una parte, pensaba en el poder de las creencias. Para él, el poder de esos miedos era fuerte y real. La creencia le creaba esa realidad que lo envolvía y que le hacía sentir miedos horribles en ciertos momentos. Era solamente una creencia, pero esa creencia lo era todo para él. 

Cuando su madre le decía que no era cierto, Lucas, desde su interior, sentía y le decía a su madre que lo vivía con una intensidad auténticamente real. La creencia tenía esa fuerza de hacerle ver y sentir lo que la creencia afirmaba. Por tanto, Lucas veía esa fuerza de lo que creía con asombro y pavor. 

Por otra parte, veía que un conocimiento amplio, sereno, sabio y eficaz era capaz de cambiar la creencia. Una vez la creencia anulada por la luz de la madurez y de la razón, dejaba de tener esa fuerza que lo embargaba y lo angustiaba. La sabiduría deshacía muchas creencias erróneas como el sol deshacía la niebla. 

“La mente puede hacer que la creencia en la separación sea muy real y aterradora, y esta creencia es lo que es el ‘diablo’. Es una idea poderosa, dinámica y destructiva que está en clara oposición a Dios debido a que literalmente niega Su Paternidad”. 

“Examina tu vida y observa lo que el diablo ha hecho. Pero date cuenta de que eso que ha hecho se desvanecerá plenamente a la luz de la verdad, ya que su cimiento es una mentira”. 

“El hecho de que Dios te haya creado constituye el único cimiento que no puede ser debilitado, ya que la luz se encuentra en él. Tu punto de partida es la verdad, y tienes que retornar a tu Origen”. 

“Mucho se ha visto desde entonces, pero en realidad no ha ocurrido nada. Tu Ser no ha dejado de estar en paz, a pesar de que tu mente está en conflicto. Todavía no has retornado lo suficiente y de ahí que tengas tanto miedo”. 

“A medida que te acercas a tu Origen, experimentas el miedo a la destrucción de tu sistema de pensamiento como si se tratase del miedo a la muerte. Pero la muerte no existe. Lo que existe es la creencia en la muerte”. 

Lucas se daba cuenta de que todo se desarrollaba en el interior de la persona. Sus pensamientos, sus creencias, su forma de reflexionar, sus objetivos y su modo de enfrentar los acontecimientos eran los elementos básicos de nuestro paso por la vida. 

No había nada externo que nos pudiera afectar a menos que cambiáramos nuestros planteamientos. Estábamos felices con aquellas cosas que habíamos decidido de antemano que nos alegrarían. Estábamos tristes de la misma manera por haber decidido previamente las cosas que nos entristecerían. 

Todo se desarrollaba en el interior. Todo cambio de pensamiento, de actitud, de creencia, nos hacía cambiar, ser distintos, ser diferentes. Nadie nos podía ofrecer la solución a todo o a ninguna cosa. Toda solución radicaba en tener los auténticos pensamientos que guiaban nuestro camino y elegía las sendas por dónde caminar.

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