martes, mayo 8

LA DUDA

Sebas había aprendido a apoyar a su esposa. No comprendía esos momentos, pero sabía cómo resolverlos. En ocasiones, su esposa dudaba entre dos vestidos para alguna ocasión. Los dos eran adecuados. Los dos estaban a la altura de la ocasión. 

Ante tal dilema siempre le pedía que le dijera cuál escoger. Sebas, para su interior, veía que era una decisión sin real importancia. Pero aprendió a callar y a tomar la decisión según su intuición y ante esa pregunta siempre elegía uno. Su elección tenía el poder de quitar la inquietud en su esposa. 

Ya no dudada. La duda había desaparecido. Sebas pensaba que la mente tenía sus caminos de inseguridad. Le daba importancia a ciertos detalles que no eran para nada relevantes. Una opinión de confianza le quitaba a la mente esa batalla de escoger y la paz volvía a su interior. 

La mente no era un órgano de decisión segura cuando dos posibilidades aparecían en su interior con sus detalles a favor y en contra. La intuición y la recurrencia al espíritu podía ser un buen método para resolver la indecisión. 

“El conocimiento no está sujeto a interpretaciones. Puedes tratar de ‘interpretar’ el significado de algo, pero en eso siempre existe la posibilidad de equivocarse porque se refiere a la ‘percepción’ que se tiene del significado”. 

“Tales incongruencias son el resultado de tus intentos de considerarte a ti mismo separado y no-separado al mismo tiempo. Es imposible incurrir en una confusión tan fundamental sin aumentar aún más tu confusión general”. 

“Tu mente podrá haber llegado a ser muy ingeniosa, pero como siempre ocurre cuando el método y el contenido están en desacuerdo, la usas en un fútil intento de escaparte de un callejón sin salida”. 

“La ingeniosidad no tiene nada que ver con el conocimiento, pues el conocimiento no requiere ingeniosidad. El pensamiento ingenioso no es la verdad que te hará libre, pero te librarás de la necesidad de usarlo una vez que estés dispuesto a prescindir de él”. 

Sebas entraba en la encrucijada de la mente. Mantener dos mentalidades opuestas conducían a resultados incongruentes: “Tales incongruencias son el resultado de tus intentos de considerarte a ti mismo separado y no-separado al mismo tiempo”. 

Sebas había vivido la duda en momentos de su vida. Se dio cuenta de que seguía dos caminos opuestos. Sus principios internos le decían que eran eternos y no debía dejarlos. Algunas experiencias en la vida le decían que era mejor no seguir esos principios. 

Enfrentado a ese dilema, lo pensó mucho. Lo reflexionó en su interior. Se dejó llevar por su natural tendencia. Se planteó con cuál mentalidad se sentiría más feliz, más cómodo, más capaz de enfrentarse a las dificultades según su forma de ser. 

La solución llegó a su vida y decidió sentirse no-separado de su Creador.

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