martes, mayo 29

LA IMAGEN DE UNO MISMO

Marcos tenía un deseo intenso de separarse de sus padres. Tenía en su corazón cicatrices de desacuerdos con la filosofía de vida de la familia. Otros presupuestos entraban en sus cálculos. Deseaba cambiar, deseaba ser distinto, ser diferente. Era el deseo más arraigado en su alma. 

Junto con su novia estuvieron diseñando la nueva filosofía, las nuevas directrices para seguir por caminos que salieran del corazón en cada momento y pudieran vivir experiencias distintas, diferentes, plenas y colmadas de felicidad. Los dos trabajaban cada día para aportar en sus casas el dinero necesario. 

Pero sabían que, cuando se casaran, la libertad sería total entre ellos. Ya nunca más seguirían las normas de sus casas. Ilusiones y alegrías los acompañaban. La novedad de vida era motivo de una gran fuerza en sus vidas. Sentían que estaban hecho el uno para el otro y que la sinceridad era el vínculo más fuerte entre ellos. 

Era una oportunidad que les brindaba la existencia. Recogían todo lo bueno que habían vivido en sus hogares paternos y añadían los nuevos métodos y retoques que le darían su orientación personal. 

“Comer de la fruta del árbol del conocimiento es una expresión que simboliza la usurpación de la capacidad de auto-crearse. Solamente en este sentido no son Dios y Sus creaciones co-creadoras”. 

“La creencia de que lo son está implícita en el ‘auto-concepto’, o sea, la tendencia del ser a forjarse una imagen de sí mismo. Las imágenes sólo se pueden percibir, no conocer”. 

“El conocimiento no puede engañar, pero la percepción sí. Puedes percibirte como tu propio creador, pero lo que a lo sumo puedes hacer es creerlo. No puedes hacer que sea verdad”. 

“Y como dije anteriormente, cuando por fin percibas correctamente no podrás sino alegrarte de que así sea. Hasta entonces, empero, la creencia de que sí puedes es la piedra angular de tu sistema de pensamiento, y utilizas todas tus defensas para atacar las ideas que podrían ponerla al descubierto”. 

“Todavía crees que eres una imagen que tú mismo fabricaste. Tu mente está en desacuerdo con el Espíritu Santo en ese punto, y no hay posibilidad de resolver esto mientras te empeñes en creer lo que es literalmente inconcebible”. 

“Esa es la razón de que no puedas crear y de que tengas miedo de todo lo que fabricas”. 

Marcos pensaba en todas las normas nuevas que debía incorporar. Unos amigos de ellos, desearon poner la norma de no intervenir en el desarrollo de los niños. Debían ser niños libres en todo momento. Esto impactó a Marcos. Un niño debía ser conocedor de sus equivocaciones en todo momento. 

Sus amigos tuvieron una niña. Marcos y su esposa tuvieron también una niña un mes después. Varios años después sus amigos descubrieron que no se podían hacer con el comportamiento de su hija. Había sido criada en una libertad total. Pero Marcos opinaba que a edades pequeñas no se podía valorar ni dar una responsabilidad indebida a los pequeños. 

La mente de los pequeños era la mente de los padres. La responsabilidad de los pequeños era la responsabilidad de los padres. A medida que maduraban los pequeños iban adquiriendo esa parte de comprensión y de responsabilidad. Marcos deseaba adquirir nuevas orientaciones educativas. 

Pero sabía que no era un creador de sí mismo. Las relaciones con sus hijos estaban escritas en su corazón y en su comprensión y debía seguirlas con todo cariño y amor. Los primeros pasos en la construcción de un nuevo hogar siguiendo las huellas del Creador. En esa línea eran co-creadores con Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario