lunes, junio 25

PENSAMIENTOS DE ESCASEZ

Benito siempre había visto en su vida el vaso medio lleno. Tenia una tendencia a ver siempre el valor de lo presente y el tesoro de aquello que tenía. Solía soñar mucho. Sus ideas eran un puro estímulo para su acción, para sus ilusiones y para sus logros personales. 

No solía entenderse mucho con aquellos que veían el vaso medio vacío. Sin darse cuenta focalizaban la mente en todo aquello que faltaba y que no se poseía. Eso le daba una visión de una carencia vital. Nunca en la vida se tenían todas aquellas cosas que se deseaban. 

El vaso medio lleno le alegraba la vida, el horizonte y le permitía soñar con el camino para conseguir sus próximos retos en la existencia. Le decían que era un soñador y que verlo todo positivo no lo cambiaba en positivo. Benito los escuchaba y se callaba. No podía actuar con una visión contraria. 

Fijarse en lo que faltaba le cercenaba las energías y lo desanimaban de tal modo que no podía superar los inconvenientes. Prefería, sin dudarlo, seguir con esa visión que le despertaban lo mejor de sus energías internas. 

“Sólo aquellos que tienen una sensación real y duradera de abundancia pueden ser verdaderamente caritativos. Esto resulta obvio cuando consideras lo que realmente quiere decir ser caritativo”. 

“Para el ego dar cualquier cosa significa tener que privarse de ella. Cuando asocias el acto de dar con el sacrificio, das solamente porque crees que de alguna forma vas a obtener algo mejor y puedes, por lo tanto, prescindir de la cosa que das”. 

“Dar para obtener es una ley ineludible del ego, que siempre se evalúa a sí mismo en función de otros egos. Por lo tanto, está siempre obsesionado con la idea de la escasez, que es la creencia que le dio su origen”. 

“Su percepción de otros egos como entes reales no es más que un intento de convencerse a sí mismo de que él es real. La ‘autoestima’ desde el punto de vista del ego no significa otra cosa que el ego se ha engañado a sí mismo creyendo que es real y, por lo tanto, temporalmente es menos depredador”. 

“Esa ‘autoestima’ es siempre vulnerable a la tensión, término este que se refiere a cualquier cosa que él perciba como una amenaza a la falacia de su realidad”. 

Benito veía que estar bajo la falacia de que el ego era real constituía una carga muy pesada para el ser humano. Siempre se hablaba de las carencias, de lo que faltaba y de todas las fuerzas para poder retener todo aquello que se poseía. 

Todo se tenía en abundancia. Todo era exuberante en nuestra vida. El amor, el aprecio, la comprensión, el apoyo, la sonrisa y una mano amigo no nos faltaba nunca a nadie. Esa idea de relacionarse unos con otros estaba la disposición de todos. 

Sin embargo, algunos entendían que debían exigir, reservarlo solamente para aquellos que nos daban, y compartirlo con aquellos que también ofrecían lo mismo. Todo un intercambio comercial entre los humanos. La vida así era un comercio. 

Ese era el concepto de muchos. No obstante, la vida era una generosidad que al que no tenía se le daba y se compartía con todo el mundo tuviera o no tuviera la intención de expresarse.

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