Iván observaba que el verbo ‘deshacer’ era nuevo en el campo de la creencia y de la cristiandad. Sonaba de forma muy diferente. Por el pecado se pagaba la culpa o la retribución. Esa sombra de castigo resonaba en nuestro interior de forma que no se atrevía a decir nada.
Deshacer significaba que podía evaporarse, diluirse como se perdía la sal en un vaso de agua después de removerla. Sabíamos que estaba en el agua, pero no era evidente a nuestros ojos. A Iván le gustaba deshacerse como una masa de niebla que desaparecía cuando los primeros rayos de luz limpiaban la atmósfera.
Referido a las preocupaciones, en algunos momentos, tuvo la experiencia de ver cómo se deshacían cuando la confianza, la tranquilidad y la sabiduría le impedían centrarse de una forma compulsiva en los pensamientos que le asediaban la cabeza y no podía liberarse de ellos. Deshacer era estupendo.
“Pero ha llegado el momento. No se te ha pedido que elabores el plan de la salvación porque, como ya te dije anteriormente, el remedio no pudo haber sido obra tuya”.
“Dios Mismo te dio la Corrección perfecta para todo lo que has inventado que no esté de acuerdo con Su santa Voluntad. Te estoy haciendo perfectamente explícito Su plan, y te diré también cuál es tu papel en él y cuan urgente es que lo lleves a cabo”.
“Dios se lamenta ante el ‘sacrificio’ de Sus Hijos que creen que Él se olvidó de ellos. Siempre que no te sientes completamente dichoso es porque has reaccionado sin amor ante una de las creaciones de Dios”.
“Al percibir eso como un ‘pecado’ te pones a la defensiva porque prevés un ataque. Tú eres el que toma la decisión de reaccionar de esa manera, y, por lo tanto, lo puedes revocar”.
“No puedes revocarla arrepintiéndote en el sentido usual de la palabra porque eso implicaría culpabilidad. Si sucumbes al sentimiento de culpabilidad, reforzarás el error en vez de permitir que sea deshecho”.
Iván veía que la liberación llamaba a sus puertas. Deshacerse de ideas de pecado, ataque, culpabilidad, arrepentimiento, lo dejaba libre para buscar su camino ascendente de superación considerando el error como un incidente de aprendizaje y de perdón.
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