jueves, abril 5

ESTAR LISTO

Rafa estaba preparado para ir a ver los resultados de su acceso a la universidad. Se había preparado bien para dicha prueba. Había invertido todo su saber y todas las horas posibles para alcanzar el resultado apetecido. Era la culminación de un deseo albergado en su interior durante mucho tiempo. 

Poder alcanzar la universidad era el anhelo más profundo que latía en su corazón. En esos momentos estaba listo para enfrentarse a los resultados. Si había pasado, estaba listo para empezar los estudios y culminar su aspiración. Si no hubiera pasado, se abriría otro camino. 

Aquella tarde estaba impaciente. Un amigo suyo tenía coche para desplazarse hasta la capital de provincia y acercarle a la universidad. Fueron los dos. Aparcaron el coche y se dirigieron los dos al hall de la universidad. Al frente de la entrada estaba el mostrador atendido por los bedeles con el fajo de papeletas con los resultados de las pruebas. 

El bedel les atendió de inmediato. Le dio el nombre y el bedel susurraba en voz baja que la mayoría de los presentados estaban suspendidos. Las papeletas pasaban con la nota negativa. Se acercaba su nombre. Para su gran sorpresa, aunque no tanto, apareció su papeleta con la nota positiva. Estaba listo. 

“Estar listo es sólo el prerrequisito para que se pueda lograr algo. No se debe confundir una cosa con la otra. Tan pronto como se da la condición de estar listo, también se da, en cierta manera, el deseo de lograr algo, si bien este no es un deseo indiviso”. 

“Dicha condición de estar listo no es más que el potencial para que pueda tener lugar un cambio de mentalidad. La confianza no puede desarrollarse plenamente hasta que no se haya alcanzado un dominio total”. 

“Hemos tratado ya de corregir el error fundamental de que es posible dominar el miedo, y hemos enfatizado que el verdadero dominio sólo se puede alcanzar por medio del amor”. 

“Estar listo es sólo el comienzo de la confianza. Tal vez pienses que esto implica que tiene que transcurrir mucho tiempo entre el momento en que estás listo y aquel en el que se alcanza el dominio, pero permíteme recordarte que el tiempo y el espacio están bajo mi control”. 

Rafa estaba listo para empezar sus estudios universitarios. La puerta estaba abierta a sus esfuerzos, a sus reflexiones, a sus trabajos, a sus exámenes, a sus clases y a sus conversaciones con sus compañeros y con los profesores. 

Veía que había un trecho entre estar listo y alcanzar el dominio. Pero el camino estaba preparado, trillado, orientado y bien dirigido. La puerta se había abierto. Estaba listo. Y día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, iría ganando parte de ese dominio que algún día lograría. 

“Estar listo es sólo el comienzo de la confianza. Tal vez pienses que esto implica que tiene que transcurrir mucho tiempo entre el momento en que estás listo y aquel en el que se alcanza el dominio, pero permíteme recordarte que el tiempo y el espacio están bajo mi control”. 

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