viernes, abril 6

SOMOS CREADORES

Adolfo siempre había escuchado que somos creadores de nuestro propio destino. Somos creadores de nuestras propias oportunidades. Sentía que en parte era cierto, pero en momentos no lo tenía claro. ¿Cómo crear? ¿era como inventar? 

Además, era un terreno en el que debía sentirse seguro y tener cierta confianza de que iba bien orientado. La cercanía entre la creación y la magia le desconcertaba en ocasiones. La lectura de ese párrafo le estaba dejando las cosas un poco más claras. 

“Una de las maneras en que puedes corregir la confusión entre la magia y los milagros es recordando que tú no te creaste a ti mismo. Tiendes a olvidarte de esto cuando te vuelves egocéntrico, lo cual te coloca en una posición en la que es prácticamente inevitable creer en la magia”. 

“Tu voluntad de crear te fue dada por tu Creador, Quien estaba expresando esa misma Voluntad en Su creación. Puesto que la capacidad de crear reside en la mente, todo lo que creas es necesariamente una cuestión de voluntad”. 

“De ello se desprende también que lo que haces por tu cuenta es real para ti, mas no lo es en la Mente de Dios. Esta distinción básica conduce directamente al verdadero significado del Juicio Final”. 

Adolfo veía con claridad que su poder de creación residía en su voluntad, en su mente. Tenía ese poder por creación. Si recordaba la fuente de su creación, Dios, entonces su voluntad creaba con la Misma Mente divina. 

Si su voluntad se olvidaba de su propia fuente, entonces se centraba en él mismo y creaba en su mente con leyes muy distintas, con objetivos muy diversos y con logros totalmente opuestos a la unidad global de todos los humanos, Dios. 

Su corazón latía con un ritmo armónico y más pausado. Ya no había que decidir si tenía el poder de crear. Ese poder residía en cada persona. Se encontraba en la mente y lo dirigía la voluntad de la persona. 

Lo único que había que vigilar era si esa creación estaba en la línea de la Fuente o estaba en la base del egocentrismo. Dos bases totalmente opuestas e irreconocibles entre ellas mismas.

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