“Siempre que le niegas la bendición a un herman@ te sientes desposeíd@, ya que la negación es tan total como el amor”.
“Negar parte de la Filiación es tan imposible como lo es amarla sólo en parte”.
“No es posible tampoco amarla totalmente sólo a veces”.
“No puedes estar totalmente comprometido sólo en algunas ocasiones”.
“La negación de por sí no tiene ningún poder, pero tú puedes conferirle el poder de tu mente, el cual es ilimitado”.
“Es imposible apreciar la realidad parcialmente”.
“La mente es demasiado poderosa como para estar sujeta a ninguna exclusión”.
“Nunca podrás excluirte a ti mismo de tus pensamientos”.
Eran las cuatro de la tarde. La clase estaba realizando una serie de ejercicios. Se levantó una mano. El profesor le dio la palabra. Una alumna de catorce años preguntaba por un ejercicio que no entendía. El profesor trató de explicarlo para toda la clase.
La alumna siguió preguntando y en sus argumentos apareció la idea de que los profesores no podían ser justos porque había alumn@s que les caían bien y otr@s que les caían mal.
El profesor trató de compartir la idea de que la frase juvenil: Me cae bien, me cae mal referido a las personas no actuaba nunca en educación. En el proceso de enseñanza siempre se trata de motivar a los alumn@s para dar lo mejor de sí. Cada alumn@ es un enorme desafío para el profesor para tratar de motivar y desarrollar sus mejores dones.
La alumna no lo aceptaba. Estaba ella muy metida en el Reino del ego. Allí todo era comparación. Tú eres mi amig@. Tú no eres mi amig@. Se utilizaba como única razón para el rechazo: no me cae bien.
El profesor estaba en el Reino del Amor. En este reino no hay comparación. No hay diferencias. Hay unicidades. Hay hermosas extensiones de Dios. Los hij@s de los demás eran como sus hij@s.
La reflexión aquella tarde no llegaba a acuerdos. La alumna se empeñaba en que, a pesar de las afirmaciones del profesor, el Reino del ego tenía su zarpa también en los profesores.
Por ello, es bueno saber que a nadie se le niega la bendición de nuestra atención, de nuestra ayuda, de nuestro apoyo porque eso es lo oportuno en el Reino del amor. De no hacerse así, estaríamos en el Reino del ego.
La claridad mental nos hace fuertes frente a las decisiones de la vida. El profesor salió de clase tranquilo, seguro. Sabía que no se hacía ninguna diferencia. El Reino del Amor no las concibe. El mundo juvenil del Reino del ego las vivía a cada momento.
La tranquilidad de seguir las orientaciones del Reino del amor nos hace equilibrad@s para dar esa seguridad que nuestr@s alumn@s requieren.
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