jueves, marzo 31

METANOIA vs ARREPENTIMIENTO

La palabra que en todo el Nuevo Testamento aparece traducida como arrepentimiento es la palabra griega meta-noia (μετανοια) que significa transformar la mente

Hallamos la raíz griega meta (μετα) en muchísimas palabras de uso corriente, tales como metáfora, metafísica, metamorfosis, etc. 

Tomemos la palabra metáfora; significa transferir el significado. Hablar metafóricamente es hablar más allá de la palabra en su significación literal, llevarla por encima o más allá y de este modo trasladar el sentido de lo que se dice a un plano distinto de la palabra en sí. 

Metamorfosis es la palabra que describe la transformación de la forma en la vida de los insectos como la transformación de una oruga en mariposa. 

Es un traslado, transferencia o transformación de una estructura a otra del todo nueva y que yace más allá de la anterior. La partícula 'meta' indica transferencia, traslado o transformación. Denota algo 'más allá'.

La segunda parte de esta palabra —noia— proviene del griego nous, que significa mente. 

Por consiguiente, la palabra metanoia tiene entonces que ver con la transformación de la mente

¿Por qué, entonces, la palabra arrepentimiento resulta inadecuada? O, dicho de un modo más preciso, ¿por qué constituye aquí un error? La palabra castellana 'arrepentirse' proviene del latín poenitare que quiere decir tener pena. Penar, sentir pena, lamentar, es un estado de ánimo que todos experimentamos de vez en cuando. 

La palabra griega metanoia yace muy por encima de este significado. No se refiere a un estado de ánimo. No contiene ni la menor sugerencia de pena o lamentación. 

Se refiere a una nueva mente, y no a un nuevo corazón, pues es del todo imposible cambiar el corazón, cambiar la manera de sentir, sin haberse hecho una mente nueva

Y una mente nueva significa una nueva manera de pensar, una modalidad de pensamiento totalmente nueva, con ideas nuevas, con nuevos conocimientos, con una actitud enteramente nueva hacia todo en la vida. 

“El Espíritu Santo te enseñará a percibir más allá de tus creencias porque la verdad está más allá de cualquier creencia, y la percepción del Espíritu Santo es verdadera”. 

“Cuanto más aprendes acerca del ego, más te das cuenta de que no puedes creer en él”. 

“El Espíritu Santo mora en la parte de la mente que yace entre el ego y el espíritu, mediando siempre entre ellos a favor del espíritu”.

“El espíritu sabe que la conciencia de tod@s sus herman@s está incluida en su propia conciencia, tal como está incluida en Dios”. 

Así, buscamos la transformación de la mente que sabe interpretar más allá de nuestra manera de pensar y aceptamos la guía del Espíritu Santo. Y la metanoia, o nueva mente, va haciendo su aparición.

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