“Cuando un herman@ actúa insensatamente, te está ofreciendo una oportunidad para que lo bendigas”.
“Su necesidad es la tuya”.
“Tú necesitas la bendición que puedes darle”.
“No hay manera de que tú puedas disponer de ella excepto dándola”.
“Esa es la ley de Dios, la cual no hace excepciones”.
“Careces de aquello que niegas, no porque haya carencia de ello, sino porque se lo has negado a otr@, y, por lo tanto, no eres consciente de ello en ti.
“Lo que crees ser determina tus reacciones. Y lo que deseas ser es lo que crees que eres”.
“Lo que deseas ser, entonces, determina forzosamente todas tus reacciones”.
En mis momentos de meditación, de reflexión y de razonamiento, siempre concluía que los momentos adversos tenían enseñanzas profundas y me hacían caminar un poco más hondo, un poco más amplio, un poco más lúcido.
Aceptaba que esos incidentes portaban una luz inesperada. Al final, me daba cuenta de la cantidad de bendición que tenían y la cantidad de oportunidad que me llegaba a mi vida.
Ahora, con la clarificación expuesta, lo comprendo un poco mejor: “Cuando un herman@ actúa insensatamente, te está ofreciendo una oportunidad para que lo bendigas”.
Una actitud transformadora. Una posición revolucionaria. Una bendición donde nadie la esperaría. Una oportunidad donde pocos la buscarían. Una ocasión que muchos rechazarían y se irían por caminos de poca conciliación.
Todo un cambio de mente, un cambio de mentalidad, un cambio de actitud con nuevas posibilidades de encuentro y de mirada de amor.
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