viernes, junio 9

UNIÓN EN LA SUPERACIÓN

Rafa tenía muy bien grabada en su experiencia aquella tarde. La clase de las cuatro. La ultima clase de la jornada. Una relativa calma se respiraba entre todos los componentes de la misma. En un momento saltó la noticia. Alguien nos informaba de una acusación de una chica del grupo. 

Hubo interés general por conocer de qué se trataba. La chica concernida estaba preocupada. Al ahondar en el problema, en sus causas, en sus actitudes y en su desarrollo, algo no bueno afloraba. El apoyo general espontáneo fue cayendo en un apoyo reflexivo. La apoyábamos como persona, pero no estábamos de acuerdo en los motivos que le impulsaron a hacerlo. 

La voz resonó clara en los oídos de Rafa. Era el profesor de la clase. La chica en cuestión expresó: “Eres mi amigo, y como amigo, debes apoyarme”. Rafa le expresó su apoyo de amistad, de persona, y de estudiante. Habían mantenido conversaciones interesantes. Su inteligencia destacaba. 

Sabía que el corazón de aquella muchacha estaba lleno de dones y de maravillosas aspiraciones. En esos momentos descubrió también algunos deseos inconfesables. Se había tomado la justicia por la mano y había difamado atrozmente a una compañera del otro grupo de clase. 

Rafa no podía apoyarla en esa actitud, en esa utilización de la justicia. No era correcto. Debía entenderlo. Se lo expresó. Sin embargo, sus palabras fueron arteras y aceradas. “Si no me defiendes ahora, dejas de ser mi amigo”. El concepto de amistad se volvía en un concepto de chantaje más que en la maravillosa virtud de la hermosa amistad. 

“¿Qué puede significar el hecho de que percibes algunas formas de ataque como si fueran injusticias contra ti? Significa que tiene que haber otras que tu consideras justas. Pues de otro modo, ¿cómo se podrían juzgar algunas como injustas?”

“Por lo tanto, a algunas se les atribuye significado y se perciben como sensatas. Y sólo otras se consideran insensatas. Y esto niega el hecho de que todas carecen de sentido, de que están desprovistas por igual de causa o consecuencias y de que no pueden tener efectos de ninguna clase”. 

“Su Presencia se nubla con cualquier velo que se interponga entre Su radiante inocencia y tu conciencia de que dicha inocencia es la tuya propia y de que le pertenece por igual a toda cosa viviente junto contigo”. 

“Dios no pone límites. Y lo que tiene límites no puede ser el Cielo. Por lo tanto, tiene que ser el infierno”. 

Rafa debía seguir el concepto de amistad en su línea de bondad. Los errores se superaban. El apoyo se daba en ese proceso de recuperación, de comprensión y no en la línea de tomarse la justicia por la mano.

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