Julián estaba contento. Había descubierto que la palabra “metanoeite”, pronunciada por Jesús, no se correspondía a la traducción de la Biblia. Se continuaba traduciendo como “arrepentimiento”. La buena nueva, significado de la palabra “evangelio”, no era “arrepentíos”.
La buena nueva era “metanoeite”: Id más allá del pensamiento. Pensad como palomas y no como gusanos. Las cualidades de paloma están dentro de vosotros. Pensad en esas grandes posibilidades que tenéis de volar.
Julián se gozaba. Tenía una alegría poco común. Así, se ponía el acento en las grandes posibilidades de crecer en nuestro interior. Eso era realmente una buena nueva.
La palabra “arrepentimiento”, que no se corresponde para nada con la palabra griega “metanoeite”, se centra en el pasado. Indicaba que habíamos hecho cosas equivocadas y debíamos arrepentirnos.
La palabra utilizada por Jesús se fija en las enormes posibilidades del ser humano. Y decía que esas posibilidades radicaban en nuestra nueva forma de pensar. Julián no cabía en sí de gozo.
También había encontrado otra cita: “Ciertamente tienes control sobre tu mente, ya que la mente es el mecanismo de decisión”.
“Si reconocieseis que cualquier ataque que percibes se encuentra en tu mente, y sólo en tu mente, habrías por fin localizado su origen, y allí, donde el ataque tiene su origen, allí mismo tiene que terminar”.
“Pues en ese mismo lugar reside también la salvación”.
Julián repasaba en su experiencia los momentos en los que había cambiado un pensamiento y el cambio total de actitud que se había producido en su vida. Reconocía que esta propuesta tenía el respaldo de su vivencia interna. Estaba feliz, gozoso. Tenía la llave del cambio de su vida en sus manos.
Ahora entendía, mucho mejor, la idea de los pensamientos positivos, la idea de la valoración personal, la idea de la propia grandeza del ser humano, la función de todas aquellas personas que compartían caminos de palomas y no de gusanos.
Todo un descubrimiento en su vida. Se sentía invitado a tener visiones de paloma y no limitarse a su gusano interior. Y eso le transmitía una nueva paz en su mente y en su corazón.
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