martes, febrero 14

LA FE Y EL DESEO VAN DE LA MANO

Samuel nunca había considerado esos detalles en la nueva forma que se le proponía. Eran invenciones que cada persona hacía. Después la defendía con todas sus fuerzas. No se podía negar que cada uno de nosotros era un creador. Lo triste era que no éramos conscientes de tal actitud ni de tal creación.

Desde pequeño se había dado cuenta de esas actitudes. En cierta ocasión, sus padres habían tenido un revés con una persona. Samuel escuchaba todas las razones que exponían para explicar las causas de ese desencuentro. Desde la óptica de sus padres todo parecía cuadrar con su tesis, con sus presupuestos, con sus actitudes. Le daban a la persona toda una serie de intenciones que le daban una apariencia sólida de sus mezquinos resultados. 

Samuel veía que todo el asunto quedaba aclarado con la visión de sus padres. La persona quedaba malparada. Era indeseable, deshonesta, egoísta, desagradecida y mala. Mis padres, según ellos, habían actuado bien en todo el proceso del enfrentamiento. Samuel no sabía a qué atenerse. Por una parte, sus padres eran sus padres y les daba su confianza. Por otra, no conocía a la persona. 

Se pregunta realmente: ¿sería, en verdad, así como la había definido sus padres? Algo de exageración había visto. ¿Tanta diferencia había entre esa persona y sus padres? A él siempre le había parecido una persona similar a su familia. Era una persona trabajadora, luchadora, con las mismas responsabilidades que sus progenitores. 

Aquella discusión y reflexión de la que había sido testigo, le había dejado una honda huella en su interior. Las siguientes líneas se lo hacían recordar muy bien: “La fe y el deseo van de la mano, pues todo el mundo cree en lo que desea”. “Verás aquello que desees ver. Y si la realidad de lo que ves es falsa, lo defenderás no dándote cuenta de los ajustes que has tenido que hacer para que ello sea como lo ves”. 

Samuel se daba cuenta de que la frustración en sus padres era tanta que habían construido toda una serie de supuestos para atacar a esa persona. Se había creado todo un malentendido. Habían malinterpretado los gestos, las palabras, las actitudes y los deseos de paz de la persona. ¿Cómo era posible crear toda una irrealidad para justificar sus deseos interiores?

“La fe y el deseo van de la mano, pues todo el mundo cree en lo que desea”. Esa frase le había dado la llave del problema. El deseo de sus padres era echarle en cara a esa persona todo lo mal que se había portado. La fe en todo lo que habían creado seguía sus deseos. Toda la interpretación era errónea. Samuel escuchó a aquella persona explicar todo el proceso. 

Desde sus ojos de niño, sus oídos captaban verdades como puños que no se correspondían al montante de sus padres. No era realmente una persona desagradecida. Era tan solo una incidencia que debía explicar. Una incidencia que mis padres interpretaban de otra manera. Una manera que atacaba directamente al ser interno de una forma despiadada. 

“Mas la verdad es que tú y tu hermano (la persona) fuisteis creados por un Padre amoroso, que os creó juntos y como uno solo. Reconoce que fuiste tú quién fabricó todo lo que aparentemente se interpone entre tú y la persona que os mantiene separados el uno del otro, y a los dos de vuestro Padre, y tu instante de liberación habrá llegado”. 

“Todos los efectos de eso que hiciste desaparecerán porque su fuente se habrá puesto al descubierto”. La fuente del enfrentamiento desaparecía. Todos éramos similares. Todos teníamos los mismos sentimientos. Todos éramos realmente humanos y todos éramos verdaderamente hermanos. Los padres de Samuel reconocieron su error. 

Fueron capaces de aceptar la bondad de aquella persona. Samuel reía en su interior por la paz alcanzada. Pero, le daba vueltas a ese poder destructor cuando se consideraba al otro desde otro punto de vista, desde otra fuente de separación donde la mala intencionalidad y la maldad florecía. Debía erradicarla de su deseo. No deseaba seguir un fin perverso. 

“La fe y el deseo van de la mano, pues todo el mundo cree en lo que desea”.

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