La persona es mucho más que un conjunto de órganos. Es mucho más que un conjunto de sistemas corporales. El humanismo y la ciencia deben caminar de la mano. Lo más importante de la persona es el encuentro con otra persona.
Es en el encuentro donde se produce todo el desarrollo. Allí se da toda la potencialidad. Se produce el crecimiento o su frustración personal. Es bueno recordar las características de un encuentro santo:
“Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro santo. Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. Tal como lo trates, así te tratarás a ti mismo. Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo”.
La ciencia nos aporta visiones de influencia de este encuentro en nuestro propio cuerpo. La psico-neuro-endocrino-inmunología es una ciencia que estudia la influencia del pensamiento en nuestro sistema de defensa. Por ello, El Dr. Mario Alonso Puig se especializa en conocer la relación encuentro-ciencias de la salud del cuerpo.
Así se sabe que la colaboración, el apoyo que se siente en diversas situaciones elevan el nivel de una enzima llamada Telomerasa. En ambientes hostiles el nivel de esta enzima disminuye.
Se nos advierte que seamos cuidadosos donde ponemos nuestra atención. De nuestra atención dependen toda una serie de emociones. Y se necesitan la ilusión, el entusiasmo y la confianza. Por ello, debemos poner nuestro mayor energía en la búsqueda de la solución.
Cuando un equipo se pone en la búsqueda de la solución la encuentra. La solución está. Lo que pasaba es que no se la veía. Pero, con la energía puesta en ella, se la descubre y genera una enorme energía nueva. Esta actitud nos vuelve más creativos, irriga mejor el cerebro, se aprende más rápido.
Se clarifica una distinción muy sugerente entre el bienestar subjetivo y la felicidad. El bienestar subjetivo es todo aquello que satisface a los sentidos. Una buena comida, un buen viaje, una buena casa, unas buenas vacaciones, etc. El bienestar subjetivo se relaciona con el tener. Nivel de la sensibilidad.
La felicidad es algo más amplio. Se relaciona con el ser. Todos conocemos personas que lo tienen todo en el nivel del bienestar subjetivo pero no se sienten plenas, felices, completas. Les falta algo.
Y hay personas que tienen muchas carencias. No poseen muchos elementos. En cambio, se sienten felices, plenas. Tienen su corazón colmado. Secretos de la vida que unas personas descubren y otras van en su busca. Nivel de la suprasensibilidad.
El Dr. Alonso Puig nos adentra en la definición de la zona de confort como aquella zona en la que no se crece. Una zona llena de automatismos donde todo es repetitivo sin ninguna posibilidad de cambio.
El crecimiento es básico en la vida. El crecimiento es la esencia de nuestro existir. Venimos a aprender y a superarnos. Los automatismos nos robotizan y nos quitan ese aroma de encanto que todos necesitamos.
Salir de la zona de confort nos da miedo, mejor dicho, pánico. Sin embargo, el proceso que genera en nuestro interior, nos abre nuevos horizontes, nuevas posibilidades ignoradas hasta ese momento. Todo un mundo maravilloso esperando ser descubierto.
Todo un desafío de elección ante nosotros para poder dirigir nuestra mirada en una dirección oportuna. Nuestro cerebro está a nuestra disposición. Nuestro cuerpo, también. Nuestros entusiasmos, nuestras ilusiones y nuestras confianzas haciendo su camino para hacer de esta vida algo maravilloso de ser vivido.
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