domingo, septiembre 25

LA GUERRA Y LA PAZ DEL CORAZÓN

Fran estaba dejándose llenar por otra aportación del Dr. Alonso Puig. Sus precisiones, sus afirmaciones bien definidas, su visión basada en su profunda experiencia y en su conocimiento científico, le daban, a sus propuestas, ese toque de fuerza y de claridad mental que tanto le gustaban.

El título del tema ya era por sí mismo sugerente: La guerra y la paz del corazón. 

Un enfrentamiento de los sentimientos, de las emociones que establecían la dirección de los pensamientos. Un corazón en guerra se basaba en dos elementos para afirmar su falta de seguridad, su falta de confianza en sí mismo, y por ende, en los demás. 

Esos dos elementos eran la necesidad de controlar y la ansiedad de dominar. Un corazón que domina no acepta la posición de los demás. No se abre a nuevas propuestas. No le interesa el conocimiento. No le interesa la búsqueda de la verdad. Su única obsesión es dominar. Él ya tiene toda la razón. Tiene el dominio y la verdad ya no importa más. 

Fran veía que ese análisis era certero. La búsqueda de la verdad estaba más allá de esos dominios personales impuestos. Mientras la paz se basaba en tres pilares hermosos: respeto, compasión y misericordia.

Le impacto cómo definió al respeto: tratar con los demás era como pisar tierra sagrada. Pisar tierra sagrada se hacía con un cuidado exquisito con tal de no dañar nada en absoluto. Una actitud sobrecogedora, llena de precisión y sabiduría. 

A la compasión le dio su sello especial también. La percepción de la violencia en el otro era una demostración del terrible sufrimiento que se estaba debatiendo en su interior. Era una comprensión distinta de la violencia. No se fijaba en el destinatario. Se centraba en el emisor y en sus terribles contradicciones. Era un acercamiento muy humano. 

A la tercera, misericordia, le dio también su toque. Era enviar el corazón a los demás. No era una cuestión de si lo merecían o no lo merecían. Era cuestión de vivir así. Fran se quedó también sorprendido por esa humana y maravillosa comprensión. 

La historia de los cinco monjes del monasterio sellaba de una forma sublime esa guerra y esa paz del corazón. Los cinco monjes decidieron construir tierra sagrada en su visión de los demás. Cambiaron totalmente su percepción los unos de los otros. Y cuando se cambiaba la percepción, lo mejor del corazón florecía. 

Con esa sencilla metodología los monjes lograron la inesperada y desesperada solución. Fran entendía, comprendía, que, una vez más, el Dr. Alonso Puig había logrado cambiar su percepción. Le daba las gracias en su corazón y decidió aplicar a los demás ese concepto tan vivificante de tierra sagrada.

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