Saúl estaba absorto escuchando la conferencia del Dr. Alonso Puig. Estaba interesado. Los conceptos se deslizaban con una suavidad y con una precisión que le llegaba al alma. Temblaba su cuerpo. Se alegraba su alma. Veía cómo la verdad se abría paso a través de las barreras que la confusión humana había creado.
Saúl se centraba en esas batallas internas que cada un@ de nosotr@s libramos con nosotr@s mism@s. El ansia de poder, la voluntad de destacar, la necesidad de demostrar que somos mejores que los demás, el orgullo de vencer, la fuerza de creer llevar la razón, el éxito de hacer callar a los demás, no dejarse vencer por la verdad, todo conformaba ese ego que se imponía a lo que realmente somos.
Saúl se encogía cuando descubría, a la luz de las reflexiones el Dr. Alonso Puig, las consecuencias de esas cualidades del ego. Se veía que eso era más importante que salvar la vida de un joven adolescente. Con maestría, se va exponiendo que, gracias a superar esa barrera del qué dirán, y del qué pensarán, la vida de un muchacho adolescente pudo ser salvada.
Aquel catedrático de visita en el hospital. Una eminencia apreciada por todos los diversos especialistas deseosos de escucharle. Se pasó por la sala de cuidados intensivos y se interesó por aquel joven adolescente. Todos los jefes de planta, todos los médicos especialistas, le demostraron su desorientación ante la situación grave del muchacho.
Tenía una septicemia. Una infección en la sangre causada por una bacteria. A pesar de haber hallado e identificado la bacteria, el tratamiento iba hacia adelante y hacia atrás. Desconocían el foco de la infección. Era necesario encontrarlo. De otro modo, al joven intubado, el corazón le fallaba y empezaba a fallarle el riñón.
Con tres órganos fallando el riesgo de fallecimiento era alto. El catedrático, rodeado de todos los médicos y especialistas de la unidad, se quedó pensando en el descubrimiento de ese foco que causaba la infección. En este momento preciso, un joven residente de primer año dejó oír su voz. Hizo una pregunta sencilla. “¿Le han mirado detrás de las orejas?”.
A todos les dejó estupefactos esa pregunta. Muchas mentes pensaban en la osadía de aquel joven e inexperto residente. Creían que no se le haría nada de caso. Trataron de olvidarla. Pero se vieron sorprendidos. El catedrático, hombre noble, bueno, curioso, tuvo a bien aceptar la pregunta del joven. Y así les preguntó a los que lo trataban. “¿Le habéis mirado detrás de las orejas?”.
Saúl se quedó estupefacto ante las reflexiones del Dr. Alonso Puig. Aquel catedrático podría haber ignorado la pregunta. No era nada más que una idea de un inexperto. Podría haberse amparado en su amplio saber para desacreditarlo. Y lo más importante fue que dio su permiso para que aquella incidencia se publicara en la prestigiosa revista de medicina.
La pregunta del catedrático siguiendo la intuición del residente fue cumplida de inmediato. Después de un detallado examen descubrieron el foco de infección. Tenía una garrapata que se la provocaba. Gracias a esa actitud tan noble, tan auténtica, tan humilde, tan buena, aquel joven se curó, pudo recuperarse y seguir con su vida.
Saúl se quedó asombrado. Aquel catedrático no se fiaba ni de su saber. La idea de un joven residente trabajando en equipo para encontrar la verdad había sobresalido sobre todas las demás componendas del ego. La nobleza y la verdad son más poderosas que el prestigio, el saber, la posición, la creencia en nuestro propio poder. La verdad está en cualquier miembro de la comunidad. Para ello, siempre debe encontrar la semilla de un alma buena que la pueda iluminar. Así todos seguiremos y viviremos la verdad con naturalidad.
La verdad tiene sentido cuando tienes alguien con quien compartirla y experimentarla. La verdad, nunca fue hecha a medida de uno sólo. El amor que impulsa nuestras relaciones, es el más grande. Gracias por vivir en nosotros, las carencias de nuestro pensamiento, y recordarnos lo valioso e importante que es retomar los valores auténticos del Altar de Dios en nuestra Mente.
ResponderEliminarHermosa vida que se comparte y vibra unida en nuestros pensamientos.
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