miércoles, noviembre 23

TU FUTURO ESTÁ EN LAS MANOS DE TU PRESENTE

Guillermo le seguía dando vueltas a ese gran descubrimiento de su presente, de vivir su presente y de que todo en su vida emanaba de ese presente. Era cierto que, en muchos momentos, cuando leía historias de las personas, biografía de ciertos héroes de su mente, veía que habían muchas coincidencias que se aunaban para prestar una ayuda inestimable.

Sin embargo, en todos veía un esfuerzo y una dedicación en su momento presente que les facilitaba llegar a ciertos niveles donde las coincidencias ocurrían. Se habían preparado para ello. 

Recordaba el entusiasmo que le imprimió a su estudio del francés. Trataba de incorporar, en su vida diaria, aquellas palabras, aquellas frases, aquellos sonidos que le iban entrando en sus estudios. Cada día estudiaba, cada día descubría algo nuevo, cada día iba adentrándose en la pronunciación y en la escritura. En cierta ocasión, estando en su colegio mayor, alguien desde una distancia le dijo algo en francés. Él le contestó en francés. 

Una persona que estaba escuchando, le gritó en sonoro español lo mal que pronunciaba francés. Guillermo no lo tomó en cuenta. Siguió haciendo su trabajo diario. Lectura, pronunciación, gramática, escritura, todo se desarrollaba cada día, cada semana como una gotita que iba cayendo sobre su mente y sobre su memoria. 

Pasó el tiempo, un verano obtuvo trabajo para atender a un grupo de franceses que se alojarían en aquella institución. Los responsables le pidieron a Guillermo que los atendiera con la mejor disposición. Le rogaron que hablara francés y que les solucionara todo tipo de incidencias que pudieran surgir. Una oportunidad que no podía dejar pasar. Se vio dirigiéndose al grupo en francés cada mañana para organizar las actividades del día. 

En una de esas sesiones, se le acercó esa persona que se burló en su día por su mala pronunciación del francés. Le dijo que su trabajo había logrado su objetivo. Le impresionaba la pronunciación y la fluidez con que hablaba dicho idioma. Los franceses estaban muy contentos con la atención que recibían de Guillermo. 

Esa ocasión, pensaba Guillermo, se había dado por ese trabajo diario que todo lo superaba y que labraba el futuro de una forma genial. 

Comprendía la sabiduría ancestral. En ese camino de labrarse el futuro le vino a la mente una pequeña historia que nunca olvidaba: Un señor iba a un lugar. No sabía muy bien las distancias y las direcciones que debía tomar. En un cruce de caminos vio a un hombre y le preguntó la dirección para llegar al punto que quería. El señor con amabilidad se la indicó. El señor le preguntó también que le dijera cuánto tardaría. Pero, no recibió respuesta. 

Se sintió incómodo. No sabía a qué se debía su mutismo. Esperó un cierto tiempo para ver si respondía. Cansado de esperar, inició su camino. Al comenzar a caminar, recibió la respuesta. “A esa marcha, tardará usted una hora”. Ese pensamiento había quedado claro en la mente de Guillermo. Se daba cuenta de que, a veces, planteaba cuestiones incompletas. 

Pensamos en el futuro, pero no somos conscientes de que ese futuro depende de nuestro presente, de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, de nuestra marcha, de nuestras actitudes. El futuro germina en nuestro presente. Sin marcha, no hay llegada al punto de destino. El tiempo está en nuestras manos. Se podría parodiar la sabiduría popular: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. 

En el terreno del tiempo podría ser: “Dime cómo administras tu presente y te diré las oportunidades y las dificultades que puedes encontrar”. De ahí la importancia del tiempo presente. No podemos llevar fardos pesados del pasado para que el presente sea claro, fuerte, sabio y potente. Y con ese presente lleno de esas bellas cualidades, se construye el edificio del futuro con unos cimientos sólidos, robustos y también muy potentes. 

Sin lugar a dudas, tu presente tiene la llave de tu vida en todos los sentidos: Fui creado en el presente, fui amado en el presente, fui educado en el presente, fue creciendo en el presente. Ahora sigo dando todo mi amor en el presente. Ahora sigo construyendo todo en el presente. Viva el presente. Viva la vida en su momento de acción.

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