jueves, octubre 6

EL PODER DE LA PAZ-ENTENDIMIENTO ES TUYO

Lucas estaba ensimismado. Discurría con sus ideas. Se encontraba feliz con la conexión entre la paz y el entendimiento. En muchas ocasiones había seguido discutiendo y discurriendo en su mente para no llegar a ninguna conclusión. La paz había desaparecido. Entendía por qué, en ocasiones, era mejor dejar el tema y permitir que la mente se relajara y la paz retomara su lugar.

En una ocasión puntual, alguien le comentó que el tiempo todo lo ponía en su lugar y todo lo presentaba desde una perspectiva distinta. Lucas, en ese momento, lleno de furia y violencia interna, se rebelaba con toda su alma. Su mente le decía que tenía razón. “La razón no podía abandonarse aunque pasaran los días”, se repetía en su interior. 

Sin embargo, después de descubrir los efectos balsámicos de la paz, de la tranquilidad y del sosiego, su perspectiva cambiaba y la comprensión aumentaba en gran manera. Una bendición que agradecía después de sentir que algo se agitaba en su interior por mucho tiempo. 

Se iba conociendo mucho mejor. Esa conquista de la paz por la intervención del entendimiento, se había revelado como muy poderosa. Ya no ponía su foco sobre su sentimiento de verdad. Se centraba en esa máxima maravillosa que había descubierto. Si la paz te abandonaba, la decisión que habías tomado en tu entendimiento no era oportuna. 

Un paso decisivo en su vida. Quería construir un automatismo precioso. Falta de paz = Aparición de una decisión inoportuna. Ponía su foco en la decisión inoportuna y la cambiaba. La paz se restauraba. Era una solución bella, hermosa, preciosa y encantadora. Su semblante se recomponía enseguida. De inmediato reconocía su equivocación. La paz era una prueba discriminatoria indiscutible. Su vida empezaba a cambiar de rumbo, de dirección. 

Era la paz el elemento que destacaba. Abandonó su idea de que tenía razón. Admitía que sus grandes frustraciones nacían de los momentos donde su mente le repetía que estaba en lo correcto, estaba en lo cierto y que no debía dar su brazo a torcer. Lucas sintió que todas esas “razones” le quitaban la paz. Descubrió otros caminos para restaurar la paz y encontrar esas “razones” de forma completamente distinta. 

Leía con ilusión aquellas líneas: “El poder del Padre, de donde el entendimiento y la paz emanan, es tan tuyo como Suyo”. 

“Tú crees que no conoces al Padre únicamente porque, solo, es imposible conocerlo”. 

“Mas si contemplas las obras imponentes que Él hará a través de ti, te convencerás de que las hiciste a través de Él”. 

“Hazle sitio a Él, y te encontrarás tan lleno de poder que nada podrá prevalecer contra tu paz”. 

“Y esta será la prueba por la que reconocerás que has entendido”.

Lucas se quedaba boquiabierto. Había unido “Entendimiento-Paz”, ahora aparecía la siguiente conexión: “entendimiento-paz” emana del poder del Padre que es tan tuyo como Suyo. Un rayo de luz se filtraba a través de su oscuridad para iluminar una parte esencial de su vida. No se lo podía creer. Sin embargo, allí estaba.

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