viernes, enero 20

EFLUVIOS DE ENERGÍA, ENTUSIASMO Y UNIÓN

Guille se dejaba llevar por el paisaje que tenía delante. Un cielo azul claro, muy claro; pocas nubes blancas, suavemente deslizando; un sol tenue no muy fuerte, colores bellos difuminados; paz en sus ojos, cristal en su mirada; latido de su corazón, hermosamente latiendo; sentado en su sillón, delante de su ventana abierta y suspirando; melodías deliciosas, sus oídos disfrutando. 

Su mente se dejaba llevar por la música, por la melodía, por la paz y por el aire que alegremente entraba. Aquellas líneas se dibujaban en su alma. Aquellas palabras enraizaban en sus entrañas. Sentía algo nuevo. Le subía desde los pies. Una nueva energía, desconocida, se traslucía y se palpaba. 

Las palabras iban cayendo, una tras otra, en el perfil de su conciencia totalmente serena y preparada. 

Cuando me amas, me recuerdas que soy una joya. Cuando me amas, me recuerdas que me valoras, que me consideras vital en tu vida. Cuando me amas, sacas de mí lo impensable, lo inefable, lo certero, lo grande, lo exquisito. Cuando me amas, toda la energía del mundo pulula por mis pulmones y mis verdades. Cuando me amas, me cambias, me transformas, me elevas, me abres la sonrisa y me das, como regalo, tu vida entera. 

Cuando me amas, me empiezo a ver en la auténtica dimensión. Cuando me amas, me equilibras, me equilibrio. Cuando me amas, me haces sentir todo el fuego que arde en mi interior. Cuando me amas, ya no me haces dudar, ya no dudo de nada, se instala la seguridad. Cuando me amas, siento que el oxígeno es más puro en cada una de mis mañanas. 

Cuando te amo, sé que poseo un tesoro que debo compartir y que no me pertenece solo a mí. Cuando te amo, descubro el poder que vibra en mi interior con matices encarnados de auténtica pasión. Cuando te amo, me siento pleno como nunca lo había experimentado, como nunca había descubierto en otros caminos, por mí, equivocados. Cuando te amo, descubro los nuevos matices del arco iris del amor, del arco iris de la belleza, de la armonía y del candor. 

Cuando te amo, me comprendo como nunca había pensado, como nunca había imaginado, como nunca me había completado. Cuando aceptas mi amor, te doy gracias por tu regalo. Nunca el detalle precioso de tu aceptación, me había hecho sentir lo que siente mi corazón. Cuando te amo, te comprendo en un nivel distinto, diferente, nuevo, con una luz especial que disipa las nubes de la incomprensión. 

Cuando te amo, no puedo dejar de expresar la alegría de la ilusión que nunca acaba, ni acabará: fuego eterno que alumbra nuestra mirada y nuestra claridad. 

Guille dejaba que todo fuera pasando por su mente, por su corazón, por sus pulmones, por su ilusión y por su reflexión. Algo tenía aquello que lo hacía vivir con una solemne maravilla en su diario existir.

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