jueves, mayo 25

COMUNICACIÓN SIN INTERMEDIARIOS

Benjamín se quedó sorprendido por la petición que le hizo su amigo. Iba a ser operado del corazón. Le iban a quitar el corazón un cierto tiempo para repararle una de las válvulas y volvérselo a poner. Para los legos, una intervención un tanto especial y delicada. Estaban sentados juntos uno de los días previos a la intervención.

Las muestras de apoyo y de unidad eran evidente entre los dos. Una cierta sensación de temor se traslucía en su amigo. Benjamín estaba seguro que todo se desarrollaría bien. Su amigo era una persona culta, profunda, espiritual y con una buena conexión con el cielo. Entre los dos amigos había una cierta comprensión espiritual estupenda. Se comprendían mucho. 

En un momento, su amigo le dijo que sabía que tenía una conexión espiritual muy hermosa con el Dios del cielo. Y le preguntó: “¿Si me pasa algo, intercederás ante el Eterno en favor mío?”. Benjamín se quedó sin palabras. No podía entender lo que le pedía. 

En ese momento, viendo la cercanía de la intervención, en lugar de aclarar las ideas desde un punto de comprensión, Benjamín optó por apoyar a su amigo y hacerle sentir su apoyo y su unión. Eran momentos especiales. Pero esa pregunta quedó grabada en su corazón. No tenía ningún sentido desde el punto de vista divino. 

Benjamín dejaba que aquellas líneas le llenaran el corazón: “Mora en paz, donde Dios quiere que estés. Y sé el instrumento por el que tu hermano puede hallar la paz en la que tus deseos se ven colmados. Unámonos para derramar bendiciones sobre el mundo del pecado y de la muerte”. 

“Pues lo que puede salvar a cualquiera de nosotros puede salvarnos a todos. No hay diferencias entre los Hijos de Dios. La unidad que lo especial niega, los salvará a todos, pues en lo que es uno no hay cabida para lo especial y los favores especiales para unos cuantos. Todo les pertenece a todos por igual”. 

“Ningún deseo puede interponerse entre un hermano y lo que es semejante a él. Arrebatarle algo a uno de ellos es desposeerlos a todos. Mas bendecir a uno de ellos, es bendecirlos a todos cual uno solo”. 

Benjamín tenía claro que cada pensamiento elevado por una criatura humana al Padre Eterno era escuchado con sumo cuidado. La relación era directa. No llegó a entender la petición de su amigo. Dios no necesitaba ningún intermediario. El Hijo tenía comunicación directa con su Padre. El Padre se deleitaba en comunicarse directamente con Su Hijo.

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